En una época tuve un novio que me traumatizó un poco. Yo venía de unos años bastante escabrosos emocionalmente y justo en la cresta de la crisis lo conocí. Por alguna habilidad suya o por casualidad resultó que en un par de días ya había quedado claro para los dos que ahí pasaba algo.
Empezamos a salir y yo estaba completamente fascinada, pero al poco tiempo mostró la hilacha: trabajábamos en el mismo lugar y me di cuenta de que interceptaba mi correo electrónico (o bueno, no sé si ése es el verbo que tengo que usar. Lo que hacía era estudiarse el servidor y ver quién me mandaba mails a mí) ¿y cómo lo sé? ¡Porque después me pedía explicaciones! Yo estaba MUY mal de la cabeza y con tal de no quedarme sola, se las daba. Cada vez que lo hacía sentía crecer una úlcera en la boca de mi estómago, pero lo hacía.
A la vez, este especímen tenía otro tic: le encantaba preguntarme sobre mi vida amorosa pasada, con lujo de detalles. Decía que quería saber todo de mí, que le parecía que una pareja no tenía que tener secretos. A mí esto mucho no me cerraba. Digo, no andar detallando tus ex relaciones no se parece en nada a guardar un secreto, pero claro, al tiempo me di cuenta de que el morbo de este cristiano era enorme.
Mis sospechas de que lidiaba con un psycho se terminaron de confirmar la noche en la que se sacó de una manera DESORBITADA porque le dije que no podía salir porque tenía una comida familiar. Me empezó a gritar barbaridades violentísimo y me cortó el teléfono.
Yo, desesperada por verme sola y enfrentada a mis propios demonios, lo llamé de vuelta y como a la quinta vez me atendió al grito de : ANDATE CON MPABLOM, QUE ES LO QUE QUERÉS!.
Lo tuve que pensar un buen rato pero logré acordarme: mpablom@algo.com era el mail de un proveedor del lugar en el que trabajábamos y esa semana habíamos estado mandándonos una serie de datos laborales.
Traté de aclarárselo pero bueno, querer hablar desde la razón con un psicótico de esa envergadura es una pérdida de tiempo así que más bien tuve que esperar a que se le pasara la furia, cosa que ocurrió enseguida.
Estuve casi dos años con Gomi (tal es el nombre con el que me referí a él desde que lo dejé) y fueron un calvario. "Yo tengo miedo de ser sólo un catalizador para vos" me decía y yo que no, que para nada. Pero claro, uno no tiene idea de que es así hasta que la relación pasa, no?
*Catalizador: m. quím. Un catalizador propiamente dicho es una sustancia que está presente en una reacción química en contacto físico con los reactivos, y acelera, induce o propicia dicha reacción sin actuar en la misma.
Gomi fue un catalizador, y uno de los peores. Fue él como podría haber sido cualquier otro que se cruzara en mi camino en ese momento. De hecho, ¡ojalá hubiera sido cualquier otro!
(sigamos en los comments)