LONDRES.- Poco importa que la decisión sea difícil ante una oferta tan amplia. Cuando el viajero recorre las calles de Londres, encuentra a cada paso las más variadas posibilidades gastronómicas que pueda imaginar. Curiosamente, no sobresalen los restaurantes de especialidades típicas británicas, sino las asiáticas. Está claro que el Soho, ese barrio tumultuoso y divertido, es la parte alegre del corazón de esta ciudad que combina el estilo sobrio y tradicional con las locuras más sorprendentes. Allí, los sibaritas tienen un paraíso.
Una calle con ojos rasgados es la Gerrard Street, muy próxima a Piccadilly y Leicester Square. No es un barrio chino imponente como el de Los Angeles, Nueva York o Amsterdam, sino una calle de apenas dos cuadras que tiene una arcada oriental típica llena de luces en un extremo, simulando el ingreso en un mundo distinto enclavado en medio de Occidente.
Uno junto a otro aparecen los restaurantes que cuelgan en las vidrieras patos untados con miel y cocinados al horno, de color amarronado brillante. Es sólo una de las evidencias del gusto oriental por el sabor agridulce. Sería injusto arriesgar una valoración de la calidad de la comida de esos locales, pero no es atrevido exponer que uno de ellos, Lee Ho Fook, en el 15/16 de la Gerrard Street, tiene combinaciones de platos varios que permiten una degustación apropiada de la cocina china.
Los vecinos del país de la Muralla poseen también sus espacios en los alrededores. En realidad, el Soho es una sucesión de bares, pubs, restaurantes y lugares de diversión nocturna. Comedores vietnamitas, tailandeses, indonesios, laosianos, japoneses, pasan frente a los ojos del caminante, mezclados en un laberinto de locales italianos, españoles, griegos, franceses, además de los célebres Adam´s Ribs, especializados en costillitas de cordero al estilo norteamericano, o Angus Steak Houses, que ofrecen excelentes carnes a precios que, para un argentino, son poco amigables.
La inmigración masiva, producto de siglos de colonialismo inglés, diseminó por todos lados ciertos aspectos de las culturas que los inmigrantes traían a cuestas. En ese sentido, la gastronomía ocupa un lugar destacado en el aporte de quienes llegaron de ultramar para incorporarse a la vida cotidiana de los londinenses. Una lista de restaurantes recomendables en Londres sería demasiado extensa, pero hay sitios que ningún viajero debería dejar de conocer. Uno de ellos es The Bombay Brasserie, ubicado en Courtfield Close, en el barrio de Kensington.
Entre el picante y las pastas
Allí, en un ambiente lujoso, los camareros indios se desviven por ofrecer los mejores platos de varias provincias de la India. En el menú están las fotografías de las celebridades que disfrutan regularmente de una buena comida en el lugar durante su estancia en la capital británica. Pero cuidado: quien se deje tentar por el consejo de Faye Dunaway, escrito en la carta, acerca de los sabores fuertes, tendrá que tener una capacidad notable de absorción del picante. Quien se anime puede pedir un Mirchi Korma, que son trozos de carne estofada en ajíes que superan largamente a los nuestros de la mala palabra. La carta de vinos es acotada, excelente y carísima. Y como postre, el helado de mango permite refrescar el paladar. Eso sí, comer en ese lugar no es nada barato: debe esperarse que el costo supere el equivalente a setenta dólares por mandíbula. Como en todas las grandes ciudades, los parámetros de la moda local son un atractivo en sí mismos. Eso es aprovechado por uno de los principales gurúes de la cocina de Londres, sir Terence Conran, que abrió Quaglino´s, en el 16 de Bury Street, para complacer a los exigentes, que en esta ciudad son muchos.
Una de las áreas londinenses de mayor cultura culinaria fuera del Soho es Mayfair. Allí, el restaurante Cacciatori, que forma parte de la cadena Spaghetti House, entrega al visitante una de las mejores cocinas italianas que hay en la ciudad.
Precisamente en ese barrio, en el 55 de Sheppherd Market, está Tiddy Dol´s, una joya de la gastronomía inglesa. Tradicional como pocos, este restaurante ocupa nueve minúsculas casas construidas hace siglos y lleva el nombre de alguien llamado el rey de los vendedores ambulantes del siglo XVIII, obviamente conocido como Tiddy Dol. Con fama de excéntrico, este vendedor de pan de jengibre quedó reflejado en las paredes del restaurante, en las que cuelga una maravillosa colección de caricaturas del siglo XVIII. Poseedoras del inefable humor inglés, estas caricaturas satíricas reflejan acontecimientos cotidianos, a veces de contenido político, y circularon por Londres con la firma estampada de los mejores artistas del género de aquella época, como James Gillray, George Cruikshank y William Heath. Pero evidentemente nada en la ambientación alcanzaría si la comida no fuese tan buena como es. Una cena aconsejable en Tiddy Dol´s puede incluir un Lakeland Grill (morcilla como base) de entrada y un Wellington Beef (lomo con paté de fois gras, cebolla y champignon, todo envuelto en hojaldre) como plato principal.
Distribuidas en ambientes pequeños, las mesas de las distintas salas siempre están cerca de un piano. Allí se sienta un hombre joven para tocar y cantar antiguas canciones inglesas, muchas de ellas para niños. Si al escucharlo se cierran los ojos, aparecerá una Londres que ya no está a la vista, pero que sobrevive en ciertas sensaciones.
Leonardo Freidenberg
Datos útiles para el viajero
Aéreo
El boleto aéreo a Londres de British Airways cuesta en clase turista 1290 dólares más impuestos, durante junio, y 1590 más impuestos en julio, que ya es temporada alta. Se puede viajar todos los días menos jueves y domingo, y se sale a las 18.20, llegando al día siguiente a las 11.20, salvo los martes que se parte a las 19.15 arribando a las 12.15.
Medios de transporte
Desde el aeropuerto London Heathrow, a unos 28 km al oeste de Londres, parten servicios regulares de airbus (ómnibus rojos de dos pisos) con dirección al centro, tardando aproximadamente una hora y cuarto en llegar. El aeropuerto de Gatwick dista unos 40 km al sur de Londres y se conecta mediante el servicio ferroviario Gatwick Express, que llega en media hora a la estación Victoria. Desde la Oficina de Turismo británica de Buenos Aires se puede adquirir un pase ilimitado para subterráneo y autobuses, que por un día cuesta 8 pesos; 3 días, 25, y la semana, 55.
Clima
Es inestable, por lo que es conveniente llevar abrigo e impermeable. La temperatura media invernal es de 4 grados y alcanza los 18 en verano.
Moneda
Libra esterlina igual a U$S 1,70.
Tarjetas de crédito
Visa, MasterCard y American Express son las más aceptadas. Algunos comercios están autorizados a cobrar recargo por la mercadería, pero son muy pocos los que lo hacen.
Propinas
Si bien el servicio está incluido en bares y restaurantes, se acostumbra a dejar una propina del 10 al 15 por ciento. En los taxis se deja el 10, y los maleteros reciben un dólar y medio.
Bancos
La mayoría de los bancos funciona de lunes a viernes, de 9.30 a 15.30. En el aeropuerto, casas de cambio y grandes tiendas se cambia moneda a cualquier hora del día.
Corriente eléctrica
El voltaje es de 230 a 240 vAC. Es conveniente llevar un adaptador con tres patas achatadas o un conversor eléctrico.
Para mayor información
British Tourist Authority - Avda. Córdoba 645, 2º piso - Capital Federal (1054), 314-8955/6735. Horario de atención: 10 a 13.
En Londres: existen cinco centros de información turística principales ubicados en Victoria Station Forecourt, Selfridges Department Store, Liverpool Street Underground Station, las estaciones de subterráneo de las terminales 1, 2 y 3 del aeropuerto de Heathrow y el British Travel Centre (BTC) en 12 Lower Regent Street.La dirección de BTA en Internet es www.visitbritain.com