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Guatraché, gravedad cero




GUATRACHE.- Es una noche cálida en la pampa. Una orquesta típica de club social arremete con acordes populares sobre el playón de cemento que balconea hacia la laguna. Las milongas, la salsa y los ritmos del Caribe mueven los cuerpos de parejas desparejas que taconean en un clásico vaivén de baile tropical. Agarraditas las manos, pegadas las cinturas; hay sonrisas de labios empastados en rojo y dientes blancos con ventanas. Es el entusiasmo de un sábado cualquiera.
En los alrededores, el valle está desierto. La noche cerrada lleva un guiño de luz de luna creciente. Las aguas descansan, aunque de a ratos hay una brisa; hay olitas de un chasquido suave. En un recodo, una bahía diminuta, hay alguien que aprovecha la calidez de la laguna y se suelta a un chapuzón nocturno.

Un pequeño mar muerto


Cuando vuelve la mañana, el balneario recibe a sus huéspedes cotidianos. Los más chicos llegan desde temprano a apropiarse del silencio matutino para transformarlo en bullicio infantil. Varias parejas de ancianos bajan a sumergirse en las aguas curativas, buscando soluciones para la artritis o intentando eliminar algunas quemaduras del sol. Un viajero que llegó por casualidad se recuesta sobre las aguas y lee, mientras su mujer aprovecha el tiempo para deslizarse por la laguna flotando sin esfuerzo. Los pequeños siguen jugando y, de tanto en tanto, berrean por la sal que se les cuela entre los ojos y les provoca un ardor insoportable. "Son como mil abejas que clavan sus aguijones", se queja uno de los niños que corre a enjuagarse los ojos en las duchas que cerca de la orilla quitan el sodio de la piel de los bañistas.
"Es como volver al vientre materno. La laguna de Guatraché es una especie de líquido amniótico que envuelve y sostiene", cuenta Noemí, una odontóloga que llegó hace unos años de visita y se quedó a vivir en el pueblo. Y es así, en este pequeño mar muerto el agua es densa, pesada por la sal, tan pesada que sostiene los cuerpos y brinda la terapéutica posibilidad de recostarse y relajarse sin hundirse.
Hay grupos que se aventuran a un recorrido hacia los morros que rodean el valle. Así, por la orilla, siguiendo la espuma café con leche que regalan las olitas y luego ascendiendo por el lecho de un arroyo seco; la excursión termina generalmente frente al Cristo, vestido con flores y ofrendas, que corona la cima del cerro principal. Desde allí se puede disfrutar una vista general de todo el lugar. El agua, el bosque y el horizonte se tiñen al atardecer con el dorado de los últimos minutos de sol. Si bien hay jabalíes, pumas y ciervos que deambulan por el monte, no es una zona peligrosa .
Del otro lado de la laguna existe un viejo cementerio aborigen que se conserva como testimonio histórico y en uno de los costados hay un picadero indígena en el que se han descubierto algunas piezas de importante valor antropológico.

El pueblo y el polvo

Guatraché, al sur de Santa Rosa en la provincia de La Pampa, puede recorrerse en pocos minutos. De veredas prolijas y un diseño de calles diagonales que llevan velozmente a todas partes, el pueblito tiene al polvo como uno de sus invitados más frecuentes, la tierra suele correr maratones diarias por la superficie.
Hay un museo histórico en el edificio de la antigua comisaría sobre la avenida Sarmiento, en el que puede conocerse un poco más a fondo la idiosincrasia local y la vida del pueblo a través de los años. Hay cuatro salas: una dedicada al mundo aborigen, otra que relata la historia del ferrocarril en la zona, una tercera que muestra cómo era la cotidianidad en los primeros tiempos de la Colonia y la última en la que se exhiben cuadros y fotografías de artistas locales. La abandonada estación de Ferrocarriles Argentinos es un sitio interesante para darse una vuelta. Con esqueletos de viejos vagones y locomotoras en vías de extinción.
La iglesia exhibe su fachada y sus bordes filosos de puntas que bordean al art déco. Inaugurado en 1935, este santuario marca uno de los centros geográficos del pueblo.
Don Rau es un viejo acordeonista que animaba tiempo atrás algunas fiestas locales y hoy convive entre rulemanes, tuberías, ejes de viejos camiones, grifos y engranajes. El, sobre la avenida principal de Guatraché, ha abierto el primer museo mecánico del país. Con paciencia y simpatía de abuelo, don Rau explica a los visitantes las razones de tal emprendimiento, mientras acaricia con devoción los elementos que componen la bujía antigua de un tractor de un modelo ya extinguido.
En el filo del descampado pampeano, lugares como Guatraché atesoran con recelo ciertos atractivos que serían envidia de los más importantes centros turísticos. Hay mares muertos, museos mecánicos, cementerios indígenas, vientos y polvos fantasmales.
Por Martín Correa Urquiza
Las termas
El agua tiene entre 31 y 32 grados, temperatura ideal para mantener todas las propiedades curativas en condiciones óptimas. La misma sale de la tierra, se lleva hacia los tanques de recepción y desde allí se reparte a los piletones en los que los huéspedes toman sus baños. Según las especialistas que trabajan en el complejo, las propiedades se utilizan para contrarrestar los efectos de la soriasis, las alergias, las quemaduras, la artrosis y la artritis, entre otros males. Existen tres productos principales que allí se elaboran a partir de elementos naturales; barros para fangoterapia, algas especiales y aguas termales ricas en sulfato, calcio, vitaminas y minerales. Las termas en Guatraché están dentro de un complejo construido hace pocos años en una de las orillas de la laguna.
Datos útiles
  • La empresa de ómnibus Chevallier ($ 35) une la capital con Guatraché todos los días, menos los domingos. Salé de Retiro a las 22.50 y llega a las 9.
Hay alrededor de 100 plazas hoteleras en total.
Puba: calle Zeballos y Pringles. Habitaciones con aire acondicionado.
La Chacra: Pringles y Avellaneda.
  • Municipalidad y Dirección de Turismo: calle Las Heras 20; 0924-92001.
  • Cabañas en la laguna: $ 30 por persona. Incluye habitación, desayuno y comida.
  • Baño termal y sesiones de fangoterapia: entre 5 y 10 pesos. Teléfonos: 0924 -92005/92127/92498. Horario de las termas: todos los días, de 9 a 12 y de 17 a 21.
  • Hay un camping al borde de la laguna para los más aventureros. Carpa por día, 4 pesos.

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