Newsletter
Newsletter

HELSINKI El arte marca su mejor perfil

Las líneas que siguen las bicisendas, los tranvías así como los edificios y artesanías, exhiben su forma de vida




HELSINKI, Finlandia.- El contorno de una bicicleta iluminado por la luz verde no enceguece, pero sorprende. Cuando cambia al rojo no hay quien no se detenga y, a la vez, no aproveche para abrir más los ojos y mirar bien: aunque no se crea en cada senda hay un pequeño semáforo destinado exclusivamente a regular la circulación de esos rodados. Más de uno le saca una foto, ya que puede resultar una buena postal de Helsinki.
Lo que a un turista le parece increíble, para un vecino es inconcebible que no sea así: en Finlandia todo parece ordenado, cuidado, conservado y limpio. Pero es mucho más que una apariencia; más bien, hasta puede ser una señal de su idiosincrasia. Cada uno transita por su carril: los peatones caminan por las veredas, los ciclistas circulan por la acera junto al cordón, las vías centrales de la calle están reservadas a los tranvías y los bulevares sirven para su detención.
El hecho de que un extranjero capte estas características no implica que sea un mero observador. A menudo se le distingue no sólo por su aspecto, que contrasta con el rubio finés, de tez blanca y ojos claros, sino también por su bullicioso andar. Salta la diferencia, porque el finlandés más bien es tranquilo, respetuoso y sus educadas expresiones difícilmente aturdan.
Sea por las bicisendas que atraviesan el centro y la mayoría de los parques; en el rápido y económico tranvía; mediante la extensa red de trenes que cruza el área o, incluso desde las lanchas que comunican con sus más de 300 islas, la opción siempre es recorrerla hasta donde dé el tiempo. Es que más allá de señas, características y medios, Helsinki es el escenario ideal para echar a rodar y satisfacer esas ansias.

Los hitos de la ciudad

Antes de que llegue el intenso frío, la vida transcurre en la calle en busca de la energía del sol para pasar la oscuridad en que se llega a vivir durante parte del invierno. La plaza y la avenida Esplanadi y sus calles aledañas son un centro cultural al aire libre, aunque en esta época del año los espectáculos y conciertos callejeros ya dieron paso a una escena más escueta. Vecinos, y turistas que copian la costumbre, se asientan en bares y restaurantes, que transforman sus veredas en terrazas, donde se sirve un humeante tazón de café.
Desde la estatua de los Tres Herreros sale una de las calles comerciales más importantes de la ciudad, Aleksanterinkatu. Aunque su nombre resulte impronunciable, y los precios de, por ejemplo, los suéteres con dibujos escandinavos espanten, vale la pena echarle un vistazo. En las inmediaciones, están Mannerheimintie y Fredifikinkatu, otras de las dos calles a que conviene apuntar, además de Esplanadi.
A metros, y al ritmo de la entrada y salida de lanchas de turistas que arriban al muelle del puerto Sur que trepa la Plaza del Mercado, circulan locales y extranjeros. Unos por frutas, otros por souvenirs, todos por el atractivo y curiosidad que diariamente, de 6.30 a 14, ofrece la feria al aire libre que da origen al nombre de ese paseo. Una nutrida cantidad de berries , muchas otras frutas y verduras y grandes ramilletes de flores se exhiben junto a coloridas muñecas laponas, distintos tamaños de kuksas o tazas de maderas para sorber más de un trago de wodka, gruesas medias, pantuflas y abrigadas botas.
El centro antiguo de la ciudad está en la Plaza del Senado, donde la estatua del zar Alejandro I se levanta como un vigía, a espaldas de la imponente catedral luterana. Esta iglesia, junto con la mayor parte de los edificios gubernamentales que la rodean, datan de 1800 y fueron concebidos por el arquitecto berlinés Carl Ludvig Egel, artífice de buena parte de Tallin, en la actual Estonia, y de San Petersburgo, en Rusia. La cripta de la catedral alberga exhibiciones de historia y arquitectura.
Entre los edificios de la administración pública cercanos se destaca la Universidad de Helsinki y el Consejo de Estado, antigua sede del Senado Imperial del Gran Ducado.
La otra religión de Finlandia es la que se rinde culto en la catedral ortodoxa rusa Upenski, erigida al borde del golfo, desde cuya perspectiva se divisa su altiva cúpula de cobre. Un punto neurálgico de la ciudad es el que se teje en la Estación Central de Trenes, terminada de construir en 1914, merced al diseño de Eliel Saarinen, cuyas manos también sembraron el prestigio de la arquitectura finlandesa. En su fachada exhibe cuatro monumentales portadores de antorchas, una obra de Emil Wikström.
Frente a la estación está el Ateneum, el museo donde se conserva la más importante colección pictórica del país. A pasos, el recientemente inaugurado Museo Kiasma, que expone arte finlandés contemporáneo, así como reconocidas creaciones de artistas extranjeros.

Concentración monumental

Además de los atractivos del centro, el cual recae en una suerte de pequeñas penínsulas hacia el borde del golfo de Finlandia, hay otro barrio que concentra varios hitos culturales de Helsinki. En Töölö se dan cita teatros, museos salas de conciertos y estadios que, como en todos los rincones de esta ciudad, están enmarcados por parques, bosques y lagos. La sede del Teatro de la Opera es un soberbio ambiente en el que vibra este género musical, entre otros, según la célebre batuta del músico más importante del país, Jean Sibelius. Allí, también luce el ballet nacional.
La Casa de Finlandia es una de las tantas expresiones arquitectónicas de vanguardia que proyectó Alvar Aalto. Sus claras y armoniosas líneas dan vida a gran cantidad de recitales y espectáculos. El Museo Nacional y el Museo Municipal también hacen de este barrio un centro cultural.
La iglesia luterana de Temppeliaukio fue esculpida en la roca en forma circular durante 1969 por los hermanos Timo y Tuomo Suomalainen. Su cúpula, vista desde adentro, es una ilusión óptica, ya que es llana y se levanta a 13 metros de altura. No obstante, se observa como una espiral de hilos de cobre, que desde afuera es la única parte visible del edificio. Estructurada como un panteón, sus paredes de granito amplifican muy bien los sonidos, por lo que se ha convertido en el lugar favorito para ejecutar conciertos. De junio a noviembre se ofrecen en forma gratuita. La iglesia está abierta de lunes a viernes, de 10 a 20.
Poco más lejos, está el monumento a Jean Sibelius en el parque homónimo. Con una imaginación audaz y original, la escultora Eila Hiltunen empeñó su vida y demostró su habilidad técnica para soldar y labrar decenas de tubos de aceros. Un órgano gigantesco con que rindió homenaje a este compositor finlandés.
Los edificios de estilo art nouveau de la calle Huvilakatu, en el barrio Eira, construidos a principios de siglo denotan un rincón diferente de Helsinki. Katajanokka, es el barrio histórico, donde se asiente el puerto de amarre de la flota de rompehielos finlandesa.
De entre los centenares de islas que pululan en la capital se destacan Seurasaari, un museo al aire libre donde, en verano, tienen lugar numerosas manifestaciones culturales. En la isla de Suomenlinna se encuentra la fortaleza levantada durante la dominación sueca, en 1748, cuya cima suele verse repleta de curiosos que contemplan el paso de cruceros.
Hay muchas perspectivas de Helsinki, desde el golfo, sus cúpulas o sus calles. Pero algunos aseguran que la mejor vista de la ciudad se tiene desde la torre del estadio Olímpico, abierta de lunes a viernes, de 9 a 20, y los fines de semana, hasta las 18.

La costumbre de un baño sauna

HELSINKI, Finlandia.- Es un rito que se repite hace siglos. No hay finlandés que no tenga la costumbre de refugiarse al amparo del calor -entre 80 y 100 grados- que emana del sauna. Es considerado una invención local y el lugar donde relajarse, meditar, tener reuniones y tomar decisiones.
Los característicos son recintos de madera -tanto sus paredes como sus asientos-, que tienen una estufa alimentada originalmente con leña o más recientemente con electricidad. Esta recalienta piedras, a las que se le arroja agua y, así, se genera vapor, intensifica el calor, y estimula la transpiración. Con todo, en este lugar sacro, se cree que se logra no sólo una purificación física, sino mental. Su envolvente vapor hace recobrar fuerzas y permite ahogar el cansancio o el stress. Una invitación a tomar un baño sauna es una muestra de hospitalidad y signo de amistad. Negarse, además de una descortesía, es un error.
Quienes lo prueban suelen hacerlo en una habitación o spa de hotel, aunque existe la alternativa de disfrutar de un sauna público con piscina o en una casa de campo a orillas de un lago. La cantidad da cuenta de su arraigo: un millón seiscientos mil saunas para 5 millones de habitantes.
  • Las piletas públicas que ofrecen saunas son la del estadio de natación, en la calle Hammarskjöldintie, y el de Kumpula, en Allastie.
  • El Parque Deportivo de Oulunkylö, (00358) 9-7281863, y Sauna-Seura, en Vaskiniemi; (00358) 9-678677/679180.

¡Compartilo!

SEGUIR LEYENDO

¿Cuáles son los mejores lugares para probar este clásico postre italiano?

¿Cuáles son los mejores lugares para probar este clásico postre italiano?


por Redacción OHLALÁ!


 RSS

NOSOTROS

DESCUBRÍ

Términos y Condiciones


¿Cómo anunciar?


Preguntas frecuentes

Copyright 2022 SA LA NACION


Todos los derechos reservados.

QR de AFIP