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I have a dream




Cuando estaba embarazada tenía sueños horrorosos. Creo que es algo medianamente común. Me acuerdo que soné que tenía pérdidas al menos unas tres veces. También que tenía un bebé con algunas rarezas (ni siquiera eran patologías, eran cosas bien raras, que no existen en realidad) y también que nos peleábamos con el hombre de la casa y yo entonces iba sola a la sala de partos; sola recibía al bebé, sola atendía a las visitas y sola me iba de la clínica. Sí, muy feo todo.
En un principio pensé que esos sueños raros y relativos el bebé se terminaban con el nacimiento. Pues no. Acabo de soñar con Benjamín. Soñé que estábamos en un restaurante, como tantas veces: él en su huevito y nosotros en nuestras sillas. Entonces de repente él se empezaba a mover. Se movía un poco, otro poco, de golpe se paraba, se estiraba para alcanzar al papá y... púmbale!: se caía al piso.
Antes ya soñé que un día iba hasta su cunita. Él estaba despierto. Yo lo miraba, le sonreía, y él me devolvía la sonrisa y adivinen qué: estaba lleno de dientes!
También otra vez soñé que había un terremoto y salíamos todos corriendo -creo que yo la primera- y ahí nos lo olvidábamos a él, en su sillita de comer (!). Y otra vez soñé que lo iba a saludar porque me iba y me encontraba con que ya había crecido. Era un chico que estaba terminando la primaria. Y yo me pregunta cómo? cuándo creció así? qué pasó?
En fin. Supongo que estos sueños también serán normales, no?

(ahora, la pregunta es... qué cuernos soñará él?)

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por Redacción OHLALÁ!


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