
Ideas para recorrer Sevilla en un día, sin saltearse lo mejor
La ciudad andaluza atrae todo el año Es famosa por estos festejos del calendario religioso, pero siempre mantiene buen temperamento Un recorrido por iglesias, museos, mercados y bares para hacer en 24 horas
20 de abril de 2003

SEVILLA (El País, de Madrid).- Muchos y buenos son los motivos para acercarse y ver cómo palpita la cuarta capital española en número de habitantes, sin su mantilla de Semana Santa o los lunares de la Feria de Abril. Sevilla a pecho descubierto para los que puedan aguantar una jornada completa, dentro de los apretados vaivenes para conocer España.
Un paseo matutino
A quien le guste empezar el día con un paseo, está de suerte. La ciudad ofrece, en pleno centro, espacios idílicos para caminar. Se puede andar a lo largo del Guadalquivir. Desde la Torre del Oro hasta el puente del Alamillo es el recorrido más agradable, trayecto que también puede hacerse en bicicleta. Buena alternativa es el parque de María Luisa, con espacios verdes y rosedales, antes jardines del palacio de los Montpensier y visita obligada en la ciudad.
Desayuno
Para ver la vida pasar no hay mejor sitio que una de las mesas de la confitería La Campana (Sierpes, 1), en pleno centro comercial. Los bollos de leche de este local son como un imán. La media tostada con jamón y aceite puede encontrarse en casi todos los bares, y los churros, en la plaza de la Alfalfa. Si quiere tener una idea general de la ciudad, Tussam es un servicio de los autobuses ideal para escaparle a los turistas. De 6 a 23 se puede optar entre cualquiera de los circuitos circulares (C1 y C2), por 1 dólar.
Mediodía en el mercado
Sevilla vive en la calle; para conocerla, nada mejor que los mercados. El mercado de El Jueves, que toma la calle de Feria (jueves por la mañana), vende desde antigüedades hasta radios o bicicletas robadas. La Alameda de Hércules es el clásico de los domingos.
A tapear
Es la actividad que todos aprenden y jamás olvidan. Cualquier recorrido que se precie comienza por El Rinconcillo (Gerona, 2), fundado en 1670 y el bar más antiguo de la ciudad. Los clásicos nunca decepcionan, como Bodeguita Romero (Harinas, 10), La Flor del Toranzo (Jimios, 1), Manolo León (Guadalquivir, 12). Este último ocupa una casa rehabilitada y permite sentir cómo se respira en un patio andaluz.
Caminatas
La mejor alternativa a la siesta es una visita al hospital de los Venerables, en pleno barrio de Santa Cruz, junto a la Giralda y catedral. Buen ejemplo del barroco, ofrece exposiciones de calidad, y ha incorporado un servicio de audioguía. Si la idea es hacer compras, todo puede hacerse a pie. Para alternativos y locos por la moda, la calle del Amor de Dios es un buen destino y tiene tiendas de segunda mano.
Al caer la noche
La cena es un buen momento para descansar. El restaurante Cacho, abierto hace más de un año, se ha convertido en el favorito de modernos e intelectuales (Capitán Vigueras, 21). También Salvador Rojo (San Fernando, 23) y Atarazana (Dos de Mayo); para una cena más informal: Bauhaus (Marqués de Paradas). Y para cerrar la jornada, un café en Bestiario (Zaragoza, 33) o copita y baile en Antique, que ocupa el antiguo pabellón Olímpico (Matemáticos Rey Pastor y Castro).
Margot Molina
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