
¡Hola!, ¿cómo están hoy? Mientras leen el post, yo estaré de viaje hacia Mardel, espero que comiendo una medialuna de Atalaya. Entonces, dejo este sueño escrito: este año quiero volver a India. Viajé hace seis años, con un corte de pelo olvidable (producto de un peluquero que se creía Dalí, posta), con mi mamá y mi hermana. Y la sensación que me quedó es que es la tierra de los deseos cumplidos, de la inocencia, de los contrastes. Fue paradójico, fui a buscar silencio, pero me encontré con mucho ruido. Aquello que nunca imaginé posible se me cumplió, y los ojos, desde ese viaje, se me hicieron grandes. Desde entonces, veo distinto; la vida tiene otro matiz, puedo honrar la vida, porque allí agradecen cada instante, y también me encontré con mi costado más compasivo ante el dolor, ante la carencia, ante la falta. La misma que surge cuando un nene me pide una moneda en el semáforo, porque no es otra pobreza, claro.
Recuerdo que me miraban como si fuera un bicho raro, algo extraño. Me gustó sentirme visitante, y ellos dándose el gusto de mirar sin pudor, como si yo fuera el animal enjaulado en el zoológico. Entonces, al darme cuenta de que estaba a la merced de la mirada de esos extraños que por algún motivo me eran tan familiares, pensé: "¿cuándo habré estado acá antes?". Y me sumergí en ese misterio.
"Agradecé", "pedí deseos", "cerrá tus ojos", "honrá", "amá", "buscá", son las palabras que me vienen, son las palabras que me marcaron no en ese momento, sino mucho más tarde, porque hay que masticar la experiencia. India decanta con el tiempo.
Hice shopping de cosas que casi nunca usé, todavía tengo saris que siguen doblados en mi placard esperando ser vestido, almohadón, ¡o algo! Pero nada. A veces me animo a ponerme un bindi (la marca en el entrecejo) y me veo linda, ¿pero quién soy yo para ponérmelo? Y tengo algunas imágenes del hinduismo que me inspiran, como Ganesha (el elefante), que remueve los obstáculos y me abre camino. Creo en lo que yo quiero, porque si hay algo que me llevé de allí es una fe indestructible. Hoy creo en lo que me propongo, en principio, y en que estoy siendo cuidada. Creo, solo eso. Y eso, se lo debo a la India, a donde espero volver este año. ¿Quién te dice? Quizás lo logro.

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