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Jorge Luis Borges regresa a Adrogué

La sencilla casa donde el escritor pasó varios veranos acaba de abrirse al público como museo para dar testimonio de su vínculo con esta localidad bonaerense




"Sólo una cosa no hay. Es el olvido. Dios que salva el metal salva la escoria y cifra en su profética memoria las lunas que serán y las que han sido." Así comienza el poema "Everness", de Jorge Luis Borges, inscripto en un mural de la pared del patio de la flamante Casa Borges de Adrogué, abierta a fines de octubre pasado con el aval de la Fundación Internacional Jorge Luis Borges.
La casa-museo, donde el gran escritor pasó algunos veranos y fines de semana junto con su madre, ya viuda, y su hermana Norah, hasta su venta en 1953, resulta una grata invitación a reencontrarse con su imprescindible obra.
Es una vivienda austera, de dos habitaciones, una cocina pequeña, el living, que funciona como distribuidor, y un patio, cuyas paredes exhiben fragmentos de textos del autor de El Aleph relacionados con la localidad. De los recuerdos de Adrogué surgieron muchos de sus mejores cuentos, porque Borges pasó veranos completos también en el antiguo hotel La Delicia y en una quinta alquilada, y luego siguió visitando el hotel y esta otra casa, ahora acondicionada como museo.
"En cualquier lugar del mundo en que me encuentre, cuando siento el olor de los eucaliptos, estoy en Adrogué", dijo una vez el autor de Ficciones, que siempre que podía volvía a ese lugar de la infancia, de los recuerdos, "entre los eucaliptos y el laberinto, el lugar en que uno puede perderse".
El paseo borgiano por la zona debería incluir también el circuito de las calles, diagonales, plazas, bulevares, cafés y restaurantes de este pueblo arbolado y sus alrededores; inspirador, además, del diseño de la ciudad de La Plata. Así como también los lugares citados en los cuentos de Borges, aunque ya no existan como tales ni hayan sido exactamente como los plasmó el maestro: el almacén Santa Rita, aún en pie en la esquina de Quintana y De La Peña; el Puente de Turdera; la biblioteca popular y municipal Esteban Adrogué -que soñaba dirigir cuando su amiga Victoria Ocampo lo propuso para el cargo de director de la Biblioteca Nacional-; la Casa de la Cultura (ex Hotel La Delicia) y la plaza Byron donde, dicen, le confesó su amor a Estela Canto.

Adrogué en mis libros

El municipio de Almirante Brown editó un bello libro titulado Borges en Almirante Brown, que incluye entre otros textos la conferencia Adrogué en mis libros, que dictó Borges en marzo de 1977. Allí se lee: "Porque Adrogué era eso entonces (no sé si ahora lo es): un largo laberinto tranquilo, de quintas, un laberinto de vastas noches quietas"; el libro de poemas Adrogué que cuenta con dibujos de Norah Borges, editado por única vez en 1977 y reeditado ahora, con el permiso de María Kodama, más el prólogo "Develaciones", de su amigo Félix Della Paolera, y hermosas fotos, algunas inéditas hasta ahora.
Fernando González Oubiña, coordinador del museo, fue uno de los encargados de "contextualizar las líneas temáticas que vinculan Adrogué, la obra de Borges, Almirante Brown y esta casa". Fue un año dedicado a la selección de textos, fotos, artistas que intervinieron el lugar siguiendo algunas ideas fijas de Borges: los tigres, los espejos, los laberintos, el tiempo? "Finalmente todo fue aprobado por María Kodama y el conjunto constituye una labor de difusión de Borges para Adrogué y para el mundo, que se volcó en la puesta en valor de la casa y también en el libro", cuenta González Oubiña.
Y es que Borges "tomó personajes de aquí y los ficcionalizó en sus relatos, como el peluquero Cammarota o Mr. Foy, ingeniero del Ferrocarril del Sud, entre otros", agrega.
Recuerda Borges en la citada conferencia que "en 1918, hacia el fin de la Guerra, Europa fue asolada por la peste española. La municipalidad de Ginebra hizo quemar eucaliptos en grandes calderos en las plazas de la ciudad. De pronto sentí estar en Adrogué, estaba de nuevo en Adrogué, había vuelto. O mejor dicho no me había alejado nunca, porque en algún modo yo siempre estuve aquí, siempre estoy aquí. Los lugares se llevan, los lugares están en uno".
La leyenda cuenta que el autor escribió El hombre de la esquina rosada en la casa de la plaza Brown: por la ventana veía el Palacio Municipal pintado entonces del mismo color que la Casa Rosada.
Los cuentos y poemas de Borges asoman desde las paredes y los patios de la sencilla vivienda, se multiplican y se vuelven eternos desde ese Sur que tanto amó.
Cómo llegar
Casa Borges queda en Diagonal Brown N° 301, Adrogué, Almirante Brown. Tel. 5034-6282. Abre de lunes a sábados, de 9 a 18; domingos, de 12 a 18. Visitas guiadas.

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por Redacción OHLALÁ!

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