
Kutná Hora, la ciudad de la plata
Las minas de plata la convirtieron en el tesoro del reinado checo. Un tour por la ciudad incluye el palacio de la moneda, la catedral gótica y un curioso osario
20 de septiembre de 2015
KUTNÁ HORA.- No hay señales del paso del tiempo en este pequeña ciudad a una hora de Praga, en República Checa. Seguramente hace 100 años, o más, la gran feria que convoca a todos por ser un día feriado (y el pueblo) se verían exactamente como ahora. Los chicos giran felices en una curiosa calesita con cinco caballitos de verdad, que no se cansan de dar vueltas en un círculo mínimo, eso sí con música y todo, pero sin sortija. Otros chicos suben y bajan de una montaña rusa de las de antes y los grandes caminan entre puestos de dulces, comidas típicas y artesanías.
Caen unos delicados copos de nieve, pero nadie se mueve, ni los caballitos, ni los chicos ni sus padres. El frío, de esos de verdad, con temperaturas muy por debajo de cero son habituales en República Checa. Esto es apenas una nevadita suave, fuera de temporada, que vuelve más bucólica la escena y el paseo por esta comunidad declarada Patrimonio de la Humanidad, un buen destino, para hacerse una escapada por el día desde Praga.
Además de la ocasional feria que distrae un buen rato a los viajeros, lo que realmente atrae de este lugar es su pasado como ciudad de la plata, de hace cientos de años, de la época medieval, cuando fue una de los sitios más ricos del este de Europa.
Kutna Horá fue el gran centro de extracción de este metal de las minas de la región y de acuñación de monedas. Se estima que el 40 % del abastecimiento de plata entre el siglo XIV y XVI en toda Europa provenía de aquí.
Y si había mucha plata, había riqueza, prosperidad. Entre el siglo XIII y el XVI fue el tesoro de la corona checa, la ciudad más rica e importante de la región, que hasta llegó a competir con Praga como capital checa. En la época medieval alcanzó los 50.000 habitantes (ahora se cuentan menos de la mitad). Uno de los reyes checos, Wenceslao II unificó las monedas en el reino, donde había más de 17 y otorgó a Kutná Hora el privilegio de tener la Casa de la Moneda Real.
En la Corte Italiana, como se llamaba la casa de la moneda, se acuñaban metálicos para todo el reino. Cada moneda que se llamaba groszes era de muy buena calidad: 95 % de plata y 5 % de cobre.
Un golpe millonario
Durante la visita al palacio, un hombre se encarga de mostrar cómo se acuñaban las monedas a la antigua usanza y hasta se puede probar y aplastar con un gran martillo una moneda como souvenir... de humilde chapa, no de plata, claro. Un trabajo peligroso, (más de un dedo debe haber quedado aplastado) pero codiciado.
Para tener una idea, un minero ganaba 6 groszes por semana y los que las fabricaban, 20 por día.
Allí también se puede visitar un pequeño museo con objetos que se usaban para torturas en la época medieval.
Ya no quedan minas activas, pero en la época de esplendor había cientos de kilómetros de minas subterráneas, a más de 500 metros de profundidad y en varios niveles. Muchas incluso todavía sin descubrir. Suele suceder que cada tanto aparece un agujero en el piso, profundo, que lleva a nuevos yacimientos que no se conocían.
Como en otros centros mineros, se pueden conocer las minas, aunque sólo se descienden 30 metros.
La catedral de Santa Bárbara, uno de los sitios imperdibles de Kutná Hora, también tiene tradición minera, porque es la virgen es patrona de los mineros. Es una enorme iglesia de estilo gótico, que se comenzó a construir en 1380, con vitrales que recuerdan el pasado minero y uno de los órgano más importantes de la región.
Otra de las tradiciones locales es la fabricación de estos instrumentos musicales para iglesias, por la gran cantidad de metales que había en la zona. Además de plata, sacaban zinc y bronce. Ahora sólo queda una fábrica que se ocupa de restauración de órganos antiguos
En el pueblo hay más de 10 órganos que todavía funcionan. El de la catedral tiene 4000 tubos. Pero hay uno más grande en la iglesia de Santiago, que tiene 6000. Incluso todos los años se realiza el Festival de Música en Órgano.
Quizá la visita más memorable del tour por Kutná Hora es el osario de Sedlec, uno de los barrios de la ciudad. Es una pequeña capilla subterránea debajo de la iglesia del cementerio donde el interior está decorado del piso al techo con huesos humanos.
Dicen que hay restos de más de 40.000 muertos, todos expuestos cuidadosamente como obras de arte, algunos decoran columnas, otros paredes, arañas, forman cruces y altares. Hasta hay nombres escritos con pequeños huesos, que podrían ser los de las manos.
Cuesta entrar, es como meterse de cabeza en una fosa común, pero cuidadosamente ordenada.
¿Cómo se llegó a esta capilla? Cuenta la leyenda que hacia fines del 1200 un abad del monasterio viajó a Tierra Santa, juntó tierra del Gólgota y al regreso, la esparció en el cementerio de Sedlec. Pronto el sitio se volvió sagrado y todos quisieron este lugar para el descanso eterno en Europa Central. Fueron muchos, la peste negra y las guerras husitas hicieron crecer rápidamente el cementerio.
Hacia el siglo XV, muchos huesos del cementerio fueron trasladados a una capilla subterránea que se construyó para hacer más lugar en el cementerio. En 1870 se contrató a un artesano para que pusiera los huesos en orden y su gran idea fue que sean parte de la decoración.
Y allí están, pero no se sabe por cuánto tiempo más. Uno de los problemas es que los huesos poco a poco se están convirtiendo en polvo y todavía no saben cómo los van a reconstruir.
Datos útiles
Cómo llegar. En tren, desde Praga, cuesta 6 euros, de ida y vuela. La excursión a Kutná Hora, que dura alrededor de 6 horas, cuesta 38 euros por persona. Incluye traslados y las entradas.
Entradas. La visita a la casa de la Moneda Real, cuesta 3 euros. De lunes a domingo, de 10 a 17.
Para visitar la catedral de Santa Barbara, el osario y catedral de Sedlec, el ticket combinado cuesta 7 euros.
Gastronomía. El restaurante Dacicky, de cocina tradicional de Bohemia es una buena alternativa para saborear platos checos. El platos de goulash cuesta 8 euros. (Rakova 8).
En Internet. kutnahora.cz
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