
-No entiendo la vorágine en la que entraste con el tema de la casa, Sofía.
-...
¿Vorágine? ¿De qué me habla esta mujer?
Cuando decidís mudarte, lo querés hacer en un tiempo relativamente corto, no prolongarlo por los siglos de los siglos porque para eso te quedás donde estás en tu mundo cómodo, sin cambios ni grandes riesgos. Es decir, hay que empezar a activar desde algún lado y en algún momento, si no puede pasar un año y la cosa sigue igual. Mi madre no entiende mis tiempos. Dice que soy una ansiosa, que estas cosas tardan, que hay que tenerles paciencia. Últimamente nada se da en los tiempos que quiero (ni los besos). No puedo acelerar eso pero sí puedo activar una búsqueda.
Hoy tengo agendadas dos citas inmobiliarias para la media mañana. Termino esta reunión que tengo ahora y me escapo antes de ir a la agencia. Un departamento y un PH de los que apenas vi unas fotos diminutas en la web pero que pueden tener potencial. Creo. ¿Qué hay con las fotos que saca la gente de sus casas? Uno pensaría al mirarlas que lo último que quieren es venderlas (no es el caso de nuestra lectora amiga). En una de éstas en particular, los dueños habían dejado la cortina del baño amablemente corrida para mostrar un despliegue vergonzoso de bombachas de todos los colores y tamaños que estaban aireándose en un tender improvisado. Nauseabundo.
Sin embargo, hoy voy con mis anteojos de creativa soñadora que quiere ser propietaria y puede imaginarse cómo el bulín inmundo de mala muerte se convierte en palacete (y con mi amiga Sol que tiene un poco más de idea que yo).
Cuando llegue después del mediodía les cuento.
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