Desenterrado el Pujllay, que ayer vio la luz como cada febrero, comienzan los festejos de la Chaya. El muñeco de trapo que representa a un príncipe diaguita salió de su aposento y dio inicio así a la celebración más importante de La Rioja, que se extenderá hasta el domingo próximo.
Este festejo popular, donde se agradece a la Pachamama la buena cosecha del algarrobo, se basa en la leyenda de una niña diaguita que se convirtió en nube por la imposibilidad de su amor por el príncipe.
En los pueblos, barrios y las calles, la gente se pliega a la Chaya lanzando harina, pintura, barro y vino. La municipalidad local, por su parte, pone en marcha el Febrero Chayero, serie de actividades en las que se premia el trabajo y el fervor de los habitantes de la ciudad. El domingo próximo, con la quema del Pujllay finaliza la Chaya, pero habrá actividades hasta fin de mes.
En encuentro más convocante es el festival de música que comenzará el viernes, en el Estadio del Centro, con la participación del Chaqueño Palavecino, Los Nocheros y Los Auténticos Decadentes, entre otros.