La decisión de mi vida
Dalia nos cuenta sobre el día que dijo: “Ok, tengamos un hijo”.
3 de agosto de 2014
¿Segura? Ok, tengamos un hijo - Créditos: Corbis
Cuando todavía no era mamá, escuchaba una y otra vez esa frase que tanto dicen las madres: "Vos no entendés porque no tenés hijos". A mí me daba una intriga tremenda entender qué corno era eso tan misterioso que se sentía. Pero también sentía que todavía no había llegado EL MOMENTO... Pareciera que NUNCA es el momento perfecto: por el laburo, porque no entramos en la casa, porque hice mucho spinning y no quiero perder este lomazo (esa nunca me pasó).
Pero un día sucedió la típica: un atraso. Y por primera vez tuve esa sensación de "ojalá esté embarazada". Finalmente, "me vino", pero el deseo había llegado para quedarse. Y yo, que siempre fui "chica diario íntimo", escribí esto:
"Hablé con Sebastián para dejar de cuidarnos y empezar a buscar un bebé. O sea, a partir de este mes, vamos a empezar a buscar un bebé (sic). Sí, ya sé..., es una flor de decisión, pero creo que es EL MOMENTO para empezar a hacerlo. Y si bien es cierto que nunca hay un ‘momento ideal’, creo que el momento ideal es hacerlo cuando sentís que querés tener un hijo con tu marido, que querés ampliar la familia y que estás preparada para bancarte dejar de ser el centro de atención de tu vida para que tu hijo empiece a serlo".
La decisión que te cambia la vida - Créditos: Corbis
Dejar de ser el centro de tu vida no es fácil: cambian tus rutinas, tus salidas son un milagro de coincidencias, y dormir como "Dios manda" es solo un viejo recuerdo. Todo es un viejo recuerdo. Es como si fueras otra, como si la vida sin tus hijos no hubiera existido nunca.
Sí, era otra vida. Otra vida probablemente más libre que la que tengo ahora, pero a la que no extraño. Porque finalmente entendí a qué se referían "las mamis" cuando me decían: "Vos no entendés porque no tenés hijos". Porque cuando tenés hijos, no hay nada ni nadie que te importe más que ellos.
Dato útil
1) Si vas a hacerle un regalo a un niño: tené en cuenta que las mamis odiamos los juguetes ruidosos o grandotes. Preguntá antes.
2) Tené cuidado con esa muñequita de publicidad: esa que canta, baila, rapea y hace fliflá... Porque casi siempre, cuando vas por la segunda cuota de la tarjeta, no sé si le agarra un calambre o qué, pero por más pilas que le pongas, suele perder todas las habilidades.
3) Elegí un lugar con juegos para comer si no querés sentirte la única desubicada: ¡ahí los chicos descargan energías y todas nos sentimos desubicadas por igual!
La fija: tu hijo vive haciendo payasadas. Pero cuando se las querés mostrar a alguien, siempre te deja de garpe. Como decía mi abuela, "los chicos no trabajan a pedido".
Twitter: ¡Sos re open mind hasta que tu hijo empieza a coparse demasiado con tus collares y querés que patee más la pelota! #MamiClosedMind
Polémica delantera: estoy preocupadísima por cómo quedaron mis tetas después de amamantar a dos criaturas. Mi marido me dice: "A mí me gustan", y yo pienso: "¿Con qué otras cosas me engañará?".
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