

La temporada de esquí se aseguró sus primeros pasos: una gran nevada está cayendo desde las últimas horas del jueves a lo largo de toda la cordillera esquiable.
El martes último, en Catedral, el gobernador rionegrino, Pablo Verani, inauguró la temporada invernal, y no faltaron los brindis porque el mismo día quedó habilitado el nuevo aeropuerto de Bariloche.
Aunque Chapelco postergó su inauguración oficial para el próximo sábado, las pistas se abrieron el sábado 19.
También se esquía en Chillán, Valle Nevado y Portillo, en Chile. Los copos caen desde los últimos días en toda la cordillera, incluido Cerro Castor, nuevo centro de esquí alpino cerca de Ushuaia. Las novedades en las alturas componen el informe que sigue.
Reverenciada Catedral
En Cerro Catedral lograron, por fin, la eficacia esperada de los 40 cañones de fabricación de nieve. Cubre la pista de Plataforma 1200 de Alta Patagonia y asegura la llegada a la base, a 1030 metros sobre el nivel del mar y a 19 kilómetros de San Carlos de Bariloche.
En total, el lugar recluta 33 medios de elevación para 975 metros de desnivel vertical y casi 70 kilómetros de pistas. Es la pasarela de los notorios -hoy culmina el teleshow en vivo Estrellas en la nieve -, y el escenario de los deportistas extremos y de las competencias oficiales de esquí y de snowboard.
Los abonados a Alta Patagonia -con acceso de tarjetas a chip electrónico-, disponen ahora de un telemensaje gratuito que los mantiene comunicados con informes sobre el estado de las pistas y medios. La villa tiene nuevo alumbrado público junto con el último tramo del camino Carlos Bustos. Un furgón que cobija un estudio de radio en la base generó alguna controversia.
Los esquiadores incipientes acceden a pases rebajados. Luego de los primeros pasos de clase en la base, pasan a la Plataforma 1200 y al T-bar corto y bajan por el Caminito. Los expertos usan el T-bar largo o las sillas Cóndor (I a III) hasta Piedra del Cóndor, zona del snowboard park. Se desciende hasta Intermedia, tumultuosa y con bumps. Pero los adeptos de la nieve en polvo prefieren el sector de Punta Nevada (cota 1972). Llegan con la rápida aerosilla Barrilete, séxtuple superbubble y combinada con la cuádruple a la cima. Desde allí se baja a Barrilete, Militares y Vientocero, para faldear hasta Plataforma 1200 o, por Avalancha (por debajo de Piedra del Cóndor), para conectar con Intermedia.
El boscoso sector Robles cuenta con dos telesquís que luego pasan a los De la Base y Del Bosque, o recurren al primer tramo de aerosillas hasta Placita Oertle con un telesquíes para principiantes. En el área superior se usan tres medios de arrastre y con la tercera aerosilla se alcanza Punta Princesa, un breve telesquíes para principiantes y -más abajo- la falda del cerro de los telesquís 2000 y Liepe.
Cuando la nieve lo cubre todo, desde La Hoya o Las Nubes se baja por la pista Carlitos a La Plaza y luego por el camino. O se sale por debajo de la pista 6, quizá la más fascinante y a tomar desde el filo divisorio del sector 2000.
La Hoya popular
A 13 kilómetros enripiados de Esquel, la base de La Hoya (cota 1350) reabrió la hostería Pirrén Chayá (a 25 pesos por día) junto a los edificios de servicios y salida de su antigua aerosilla hasta intermedia, asiento de la confitería La Piedra. Está frente a dos medios de arrastre para esquiadores bisoños. En total son 8 para 14 kilómetros de pistas con 650 metros de desnivel vertical.
El T-bar combina con el telesquí Del Plateau, da con pistas fáciles o una travesía para volver a 1500 (se descuelgan de allí 3 pistas más difíciles) o se hace la conexión con el Parador del Sol, zona-escuela. De 1500 parte la casi flamante aerosilla Del Cañadón que conecta con la Del Filo. Desde el parador arranca el telesquí Del Sol que aprovecha un faldeo de descensos para intermedios. Con buena nieve, vale combinar las dos áreas, remontarse hasta el Filo y ensayar las variantes con retorno a La Piedra.
Cerro Bayo, buen pelaje
A nueve kilómetros de Villa La Angostura (7 enripiados) y a 1050 metros sobre el nivel del mar, está Cerro Bayo, de armado casi artesanal por Jean Pierre Raemdonck. Tiene 630 metros de desnivel vertical, 22 kilómetros de pistas, tres aerosillas y 5 medios de arrastre.
Una aerosilla a la cota 1500 alcanza la zona de principiantes y dos lift de arrastre y una nueva aerosilla conecta el Camino Panorámico con Intermedia, verdadero circuito de aprendices. Desde intermedia, los expertos trepan por el T-bar cumbrero, pero en sentido contrario usan el esquilift 18 y bajan la pista El Tren Fantasma o la Estadio y la pista Principal hacia a la base. También remontan en otra aerosilla, la tercera del área.
Chapelco familiar
Chapelco está a 1250 metros sobre el nivel del mar, a 20 kilómetros (15 de pavimento) de San Martín de los Andes y con 11 medios de elevación surte a 29 pistas que totalizan un desnivel vertical de 730 metros.
Es un paraíso de lengas con nuevas rampas de acceso a las telecabinas séxtuples y con ampliación del área de servicios.
El medio -con acceso por snowpass, la tarjeta electrónica- lleva a Antulaufquen, único lugar a compartir con los que no esquían frente a la pista 63, iluminada la noche de los viernes y cerca del nuevo jardín de nieve Pichi Astete.
Con nieve total se puede esquiar hasta la base por las fáciles pistas Pioneros y Especial (ésta, en combinación con La Brava) o bajar por debajo de las telecabinas hasta dar con El Balcón y la base. Los principiantes lo hacen por el Caminito o permanecen en la corta aerosilla 63. Los expertos prefieren la cuádruple Del Graef, que desembarca junto al refugio pionero. Hasta allí, desde la base, se combinan las aerosillas triple y doble.
De aquí se ataca el Filo, previo paso por el esquilift Palito, junto al snowboard park. Desde la cumbre se baja entre bumps, que alisará el nuevo pisapistas alemán con malacate llegado hace días.
Desde el Graef hay tres variantes hacia Antulaufquen o a la base (también por la boscosa pista De los Italianos). Más fascinante es conectar con la cuádruple Del Mallín y trepar a la cumbre del cerro Teta, del que se descuelgan arriesgadas pistas negras. O se encara hacia El Filo y deriva al Cañadón, que llega al snowboard park. Por un tobogán -a pura adrenalina- se da a una travesía dirigida al tope del T-bar de Pradera del Puma.
El nuevo pisanieves con malacate alisará allí una nueva pista negra y y generará una travesía desde el Filo, ambas hasta la Pradera, sede del snack de pizzas. El esquilift Del Puente supera un lomo y da a una pista boscosa o a la vertiginosa Panamericana. La familia desparramada por el área, se reagrupa, feliz, en Antulaufquen.
Caviahue de las araucarias
Caviahue es Araucarias, un agrio lago y poco tránsito esquiador. Tiene sólo 350 metros de desnivel vertical, en parte desandados por su pista Faldeo (aerosilla Ñirantal) o la variante Muro.
Un esquilift supera el lomo tope de la aerosilla para dar al Anfiteatro y a un T-bar y sus pistas La Vega, El Búho y El Rodeo. En vehículos antárticos de oruga se va a Copahue, el centro termal cubierto por nieve donde operan tres hoteles entre calles entibiadas por geotermia. Hay esquí fuera de pista al regreso o desde a la cima del volcán (2974 metros) para bajar en esquí libre. Está a 1656 metros sobre el nivel del mar y a 356 kilómetros pavimentados desde Neuquén. Suma 14 kilómetros de pistas.
Las Leñas, acopio invernal
El acceso (ruta 222, recién repavimentada) llega a los 2256 metros después de 1186 kilómetros desde la City. Tiene 12 medios de elevación para 74 kilómetros de pistas y un desnivel vertical de 1174 metros. Su gigante extensión esquiable la comanda Roberto Thostrup secundado por Jorge Coco Torres. La villa con tres mil camas, triplicó el comedor InsbrŸck, agregó un snowbus para 12 esquiadores fuera de pista y mejoró el servicio de transportación interna. Los hospedados en Malargüe, a 70 kilómetros, tienen 50 por ciento de descuento en los medios.
La más larga pista-escuela (Venus) conecta con Neptuno y las dos pistas fáciles desde su tope Bacus, el comedor más alto. Los viernes, Bacus y el Ellurra, sirven iluminadas cenas. De Bacus se baja a la aerosilla Marte, la más aérea, que conecta con el esquilift Iris a la cumbre Los Fósiles.
Desde la cima, los novicios bajan por Apolo, los expertos por las variantes rojas (Júpiter) más entretenidas para el retorno a Bacus, a la estación de Marte o la continuidad hacia la villa (Neptuno y Venus) para sumar siete kilómetros desde la cúspide.
Eros es el esquilift corto iluminado por las noches, da al arrastre Minerva. Es zona de iniciados y cruzada por la aerosilla cuádruple Caris.
La aerosilla Minerva (cerca del arrastre homónimo) deriva al restaurante Elurra y a la zona de Vulcano: allí llega la aerosilla Vesta, directa desde la base, y en Vulcano esperan dos pistas rojas de buen declive.
La velocidad posible de controlar, el buen ajuste de las botas, la adecuada presión de fijaciones y la precaución de no arriesgar en pistas extremas (acompañarse de instructores), es la cautela por imponerse. También el mejor estado y salud; comer y beber frugalmente y elegir el destino de esquí donde el cuerpo responde con naturalidad al esfuerzo.
Francisco N. Juárez
El valor de los adultos
Se puede aprender a esquiar a cualquier edad, y como sucede con otras deportes, no se pierde la habilidad. El bávaro Otto Meiling, el más notorio pionero del esquí barilochense desde 1931, corrió La Carrera del Recuerdo (de fondo) cuando tenía casi 80 años. Gustavo Kammerer -que fue instructor civil del curso militar de esquí que dirigió Juan Domingo Perón en Puente del Inca (1941)- también fue instructor de la Escuela de Esquí Catedral hasta después de los 70 años. Andrés Noworyta, con casi 80 años -ex campeón de saltos-, ha mostrado en los últimos años su delicioso estilo de esquiar.
Claro que cuando pasan los años, los mayores se conforman con unas pocas bajadas y fue un estilo por varias décadas que las estaciones de esquí europeas rebajaran o otorgaran sin cargo los pases para los veteranos. Localmente se adoptó hace unos años esa modalidad.
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