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La nueva vida de los sassi de Matera

Después de años de abandono, la zona de cuevas y calles intrincadas cavadas en la piedra resurge con restaurantes, hoteles y arte rupestre




MATERA.- Asomarse de noche a los sassi de Matera es mágico. En medio del silencio, las lucecitas que salen de este conjunto de intrincadas callecitas, palacetes, antiguas casas, iglesias, construidas como cuevas en la piedra caliza (de ahí, justamente, la denominación de sassi), forman un paisaje que parece no ser de este mundo.
Reina un clima místico y la sensación es la de estar en un pesebre. No por nada grandes maestros del cine como Pier Paolo Pasolini y Mel Gibson decidieron ambientar aquí sus películas.
La gente de este lugar de la región de Basilicata, sur de Italia, recuerda con orgullo que el mismo Pasolini prefirió en los años 60 filmar en estos paisajes su famoso Evangelio según Mateo, incluso después de hacer un viaje de reconocimiento a Palestina. Lo mismo ocurrió con Mel Gibson, que hace unos años rodó aquí La pasión de Cristo en un clima tan increíblemente místico que "nunca utilizó efectos especiales", según aseguran muchos.

El efecto Gibson

Matera, un lugar fascinante por lo general obviado por los circuitos turísticos tradicionales, pero digno de ser sumado a la lista de sitios extraordinarios de Italia -y desde 1993 Patrimonio de la Humanidad por la Unesco-, se vio seguramente beneficiado por el efecto Gibson.
Entre los 60.000 habitantes no es difícil encontrar a alguien que no haya sido extra en alguna escena o no tenga alguna historia sobre el tema. "Hay un restaurante donde solía comer el director que ahora ofrece en su menú los spaghetti Mel Gibson, con garbanzos y hongos, como él quería", cuenta Lucía, dueña de un quiosco.
Más allá de las anécdotas, recorrer los sassi de Matera, un lugar lleno de historia, con centenares de iglesias rupestres impactantes, es único.
Giovanni Ricciardi, mi excelente guía (info@percorsiguidati.it), cuenta que este territorio fue habitado desde el paleolítico, como demuestran los hallazgos ahora visibles en el Museo Arqueológico Nacional Ridola. Fue durante la Edad Media cuando estuvieron los longobardos que la ciudad fue bautizada Materia, debido a la abundancia de material lígneo en los hogares, que se utilizaba para alimentar los hornos públicos famosos por hacer un pan excepcional de grano duro. También pasaron por aquí los sarracenos -que asediaron y destruyeron la ciudad-, los normandos, monjes bizantinos, benedictinos, y de aquí hasta partieron 500 Caballeros Templarios para combatir las Cruzadas en Tierra Santa.
El núcleo más antiguo de Matera es la denominada Civita, que se desarrolló en una posición dominante y más defendible de la ciudad. A su lado se levantaban las dos zonas de grutas habitadas: el Sasso Barisano y el Sasso Caveoso, que se asoman, como en un acantilado, sobre el torrente Gravina. Se trata de un grupo de casas y grutas ubicadas en varios niveles -hasta tal punto que el techo de una vivienda también puede ser la calle del piso superior y viceversa-, que hace unos años se encontraba totalmente deshabitada. Entre 1950 y 1960, en efecto, esta zona, que era considerada una vergüenza nacional, símbolo de la degradación del mundo campesino, fue totalmente evacuada gracias a unas reformas. Y los habitantes fueron trasladados a otros centros residenciales modernos y normales.

Grutas fashion

Hoy este lugar está siendo recuperado y revalorizado. En la zona de los sassi, adentro de las viejas grutas de piedra, se levantan ahora restaurantes y hoteles encantadores, totalmente originales, muy fashion, donde uno puede sentir en carne propia la experiencia de vivir en las grutas. También hay tiendas de souvenirs, galerías de arte y hasta modernísimas empresas: nadie se imaginaría que debajo de las milenarias piedras de Matera también existe, por ejemplo, Datacontact, empresa que hace consultorías y ofrece servicios de comunicación y marketing.
"Yo nací en los sassi, y me acuerdo que de chico me decían que tenía que avergonzarme por eso. Los sassi eran una vergüenza, los campesinos vivían en terribles condiciones higiénicas, el 80% de la gente vivía en grutas, y no eran un patrimonio de la humanidad, como hoy", cuenta Nicola Rizzi, presidente del Circolo La Scaletta, que para muchos salvó este tesoro oculto y por mucho tiempo olvidado de Matera. "Fuimos nosotros, con nuestra asociación cultural que comenzamos a decir que los sassi no eran ninguna vergüenza, sino nuestra memoria, nuestra identidad", dice.

Construcciones milenarias

Para dar una idea de lo que costó cambiar la mentalidad de la gente, Nicola hasta recuerda que su padre, un panadero, pensaba lo mismo. Y destaca que en las décadas del 60 y 70 hasta hubo quienes pensaban que había que destruir los sassi.
Por suerte, nada de eso ocurrió. ¿Cómo admirar, si no, bellezas como las iglesias de la Madonna della Virtú, del siglo XI, y el convento de San Nicola dei Greci, consideradas joyas de la arquitectura rupestre?
Se trata de construcciones milenarias cavadas en medio de la piedra, donde también pueden verse viejas bodegas con piletones para el vino, que habían sido abandonadas -cuando las rescataron encontraron ganado, inmundicia, residuos en estos lugares, cuenta Nicola-, y que hoy son complejos culturales. En verano, entre imponentes muros de piedra que protegen de un calor al parecer sofocante, ahora reina en Matera una frenética actividad cultural, como por ejemplo una importantísima muestra donde se exhiben obras de escultores de todo el mundo. "Las esculturas vuelven al vientre materno", explica Nicola.
Pero Matera es mucho más que los sassi. En las 8000 hectáreas del parque regional de la Murgia Materana que rodea la ciudad pueden admirarse 16 antiguos poblados del neolítico y más de 180 iglesias rupestres realizadas entre los siglos IX y XVIII; pueden hacerse caminatas por la zona.
Aunque quizá lo más impactante es ver la denominada Cripta del Pecado Original, que se levanta en medio de un campo agrícola privado, lleno de añejos olivares, a 14 km de Matera. Considerada la Capilla Sixtina de la pintura rupestre, tiene frescos en perfecto estado realizados 500 años antes de Giotto, testimonio excepcional del arte monástico bizantino longobardo. Sólo es posible ver este sitio, tan mágico como los sassi, con reserva previa www.artezeta.it
Por Elisabetta Piqué
Corresponsal en Roma

Datos útiles

Cómo llegar

Desde Roma, en tren o avión hasta Bari. Y desde Bari, en tren o autobús hasta Matera.

Dónde comer

Para comer las especialidades de la zona en una gruta: Restaurante Baccanti ( www.baccantiristorante.com ); Via Sant´Angelo 58-61. Rione Sassi.

Dónde dormir

En el corazón de los sassi en un complejo del año 1700 recientemente restaurado: Sassi Hotel ( www.hotelsassi.it ). Via San Giovanni Vecchio 89 (tel: +39-0835-331009. e-mail: hotelsassi@virgilio.it

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