Newsletter
Newsletter

La vida es una disquería llena de ofertas




¿La fórmula de la disquería ideal? Mala ubicación + gerente con onda. Es decir, un responsable que ofrezca buenos discos, pero en un mercado sin compradores. Así, los discos terminan a precio de saldo para que los buceadores de siempre caigamos en el momento justo para expropiar el local de toda mercadería que valga la pena.
Claro que la disquería perfecta, por definición, dura poco (de hecho, todo indica que las disquerías en general hoy no tienen mucho futuro): cierra o el gerente es reemplazado por otro tanto más competente para la empresa como frustrante para el cazador de oportunidades. Sigue, en ocasiones, un breve lapso en el que el nuevo encargado se deshace del viejo catálogo a precios irrisorios.
No hace mucho encontré una de estas disquerías en Acapulco, balneario mexicano mítico y ciudad sin rock si las hay. Quedaba en la zona de La Diana. Haría unos 40 grados a la sombra ese día con no sé qué porcentaje de humedad que empeoraba todo, cuando entré en el shopping La Diana para escapar del calor insoportable. Y, obviamente, lo primero que hice fue ingresar en la poco promisoria Mix Up con el mismo interés que hubiera husmeado en una ferretería para ver los precios de los clavos de dos pulgadas.
Sin embargo, no tardé en tropezar con una mesita, un par de cientos de CD y un cartel que promovía Miles de títulos desde 90 pesos. Con el peso mexicano a menos de 10 centavos de dólar, esta sección merecía una parada de oficio, como mínimo.
Enseguida detecté un CD triple de Nick Cave con lados B y rarezas por sólo 15 dólares. Algunos conocen bien la sensación; pueden ponerle el artista y el título y el género que quieran, pero es lo mismo: dar con un discazo en una sección de ofertas implica una aceleración del ritmo cardíaco derivada no sólo del hallazgo en sí, sino de la justificada presunción de que, detrás, podrían aparecer otras perlas. Entonces el melómano toma el disco, lo mira, lo da vuelta, lo vuelve a mirar, observa si hay cerca algún potencial competidor por la presa y, con cara de póquer, lo coloca nuevamente en la batea, reservado hasta que la inspección general termine.
En este caso, tras la caja de Nick Cave siguieron más maravillas a precios insólitos: un disco en vivo de los Pixies; uno de Calexico; un box-set de R.E.M., dos discos de Sondre Lerche; Harvest Moon, de Neil Young; varios de Johnny Cash y Leonard Cohen; Marquee Moon, de Television. A diferencia de lo que hubiera sucedido ante precios normales, no sentía la menor culpa por la cuenta previsiblemente abultada. ¿Qué hice? Dado que de allí partía hacia un compromiso social y que la disquería estaba frente al hotel en el que viviría durante los próximos tres días, opté por dejar todo en su lugar hasta la mañana siguiente.
Crucé al local, 24 horas después. Como un parroquiano de toda la vida, encaré confiado hacia la mesa de saldos. Pero sólo encontré unos cuantos DVD baratos y obvios. Sentí fiebre. Frío. Calor. Temblores. Intenté recordar si había tramitado el seguro médico de viaje; la atención en Acapulco, para extranjeros, debía ser carísima...
Busqué en las bateas normales aquellos discos de oferta. Pero en la C no había nada de Nick Cave, Calexico ni de Cohen, Leonard. Le pregunté a un empleado: ¿Dónde están los discos que ayer estaban acá? "Ahí", dijo señalando un carrito que parecía listo para ser despachado a mejor destino.
Corrí hacia el carrito y desde lejos noté que estaba menos provisto que aquella mesa de saldos que nunca olvidaré. Tuve que arrodillarme (y advertí lo infrecuente de esa posición en un local comercial) para revisar los CD y reconocí varios del día anterior, pero ninguno de los que realmente me habían interesado.
Ni uno apareció. Ni uno solo. La moraleja es obvia, tanto que ni vale la pena pronunciarla. Es de esas cosas que se aprenden y se olvidan al instante. Tiene que ver con las oportunidades y con no dejarlas pasar, y con esas frustraciones de repertorio que siempre parecen nuevas, como algunos buenos discos.

¡Compartilo!

SEGUIR LEYENDO

¿Cuáles son los mejores lugares para probar este clásico postre italiano?

¿Cuáles son los mejores lugares para probar este clásico postre italiano?


por Redacción OHLALÁ!


 RSS

NOSOTROS

DESCUBRÍ

Términos y Condiciones


¿Cómo anunciar?


Preguntas frecuentes

Copyright 2025 SA LA NACION


Todos los derechos reservados.

QR de AFIP