Todas hemos tenido una de esas abuelas que te recordaban eso de siempre andar con una bombachita decente por si te pasaba algo en la calle.
Alguna vez alguien dijo:
-Si me pasa algo en la calle que involucra quedar tirada en bombacha, toda despatarrada, tendría bastante más de qué preocuparme que una bombacha en mal estado.
Y yo no puedo estar más de acuerdo.
Aún así, una vez al año me trato de acordar de hacer un examen a conciencia acerca de qué prendas de ropa interior pueden pasar de grado y cuáles van a parar al tacho de la basura. Porque convengamos que ni para limpiar vidrios ni para regalar.
Después están las amigas que te dicen que siempre tenés que estar bien depilada "por si acaso". (Yo soy una de esas). La verdad es que nunca tuve que efectivamente suspender sexo sorpresa por un cavado (aunque ahora, claramente debería repensar mi visita a la depiladora porque hay serios riesgos).
Pero bueno, últimamente tampoco tengo mucho sexo sorpresa.
Ni del otro. ¿Para qué les voy a mentir?