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Las bibliotecas de París, un paseo silencioso

El saber ocupa lugar; visita a seis edificios emblemáticos de la arquitectura parisiense, que atesoran grandes colecciones e historias de visitantes famosos




PARIS (The New York Times).- Las bibliotecas parisienses, en edificios que datan del siglo XV al XX, se suman a las glorias de la arquitectura francesa, y el estilo de sus formas es tan imponente como el contenido que atesoran en su interior. Unos cuantos años antes de que Gustave Eiffel construyó su torre, Henri Labrouste se destacaba como el arquitecto supremo del hierro forjado, que dejó su impronta entre 1840 y 1860 con un par de magníficas bibliotecas: la Bibliothèque Sainte-Geneviève y la Biblioteca Nacional. El diseño futurista de Dominique Perrault en la biblioteca François Mitterrand, bastante ridiculizada desde que se terminó de construir en 1994, sirvió de apoyo para la revitalización del 13er. Arrondissement frente al rejuvenecido barrio de Bercy.
Las bibliotecas rara vez aparecen en los circuitos turísticos. Esto las convierte en paraísos ideales para liberarse un poco del resto de la excursión.

La Biblioteca Forney

Esta institución, que lleva el nombre del industrial Samuel-Aimé Forney, que legó 200.000 francos en 1886 para la formación de estudiantes de arte decorativo, está situada desde 1961 en el Hôtel de Sens, una de las tres residencias privadas renacentistas que aún están en pie. El exterior y patio fue construido entre 1475 y 1507, y restaurado en el siglo XX. Detrás de las torres y los muros de ladrillo se encuentra la colección de artes gráficas de la ciudad, que incluye más de un millón de tarjetas postales y 20.000 láminas, una expresión artística en la que los franceses destacados.

La Biblioteca de L´Arsenal

Durante los siglos XIX y XX, los escritores de Francia competían por acceder a cargos cómodos, financiados por sinecuras estatales, para cuidar los libros de otros autores. Charles-Augustin Sainte-Beuve, Leconte de Lisle, Georges Bataille y Anatole France eran bibliotecarios, y Proust en una oportunidad se presentó como asistente ad honórem en la biblioteca Mazarine, uno de sus intentos poco entusiastas de demostrarle a su padre que podía mantener un empleo.
Pero quizá ningún bibliotecario sea tan reconocido en la historia de la literatura francesa como Charles Nodier (1780-1844). Fue uno de los primeros teóricos del Romanticismo y un excéntrico notable. Estuvo a cargo de L´Arsenal en la década de 1820. Su brillante salón no sectario atrajo al joven Victor Hugo, para quien Nodier se convirtió en una figura paterna.

Sainte-Geneviève

"Inauguré mi nueva existencia al ascender las escalinatas de la Bibliothèque Sainte-Geneviève", escribió Simone de Beauvoir en Memorias de una joven formal. Cuando estudiaba en la Sorbona, a fines de la década de 1920, la biblioteca, en el Barrio Latino, tenía una sección reservada exclusiva para damas. La colección general cuenta con más de un millón de volúmenes. Sus fuertes son historia de 1811 a la actualidad y un sector de libros raros y manuscritos con material del siglo IX.
Para los historiadores de la arquitectura, la principal atracción es la sala de lectura Labrouste, en el primer piso. Cuando se inauguró en 1850, el diseño era revolucionario. Las esbeltas columnas de hierro forjado dispuestas en el centro de la sala y los arcos de hierro con motivos de hojas que sostienen las bóvedas gemelas permitieron a Labrouste disponer de una albañilería sólida y darle a la sala un aire señorial que por lo general no se asocia con los productos de la era industrial.

La Biblioteca Nacional

Labrouste tuvo un enfoque más atrevido aun en su diseño de la Biblioteca Nacional en la rue de Richelieu, inaugurada en 1868. Una fortaleza de piedra que se vuelve cálida en el momento en que ingresamos. La sala de lectura está marcada por nueve bóvedas terracota, abierta al cielo en la parte superior. La Salle Ovale, con sus techos de vidrio, es otro espacio paradisíaco para los estudiosos.
Pero fue por las estanterías (cerradas al público, pero visibles a través de un arco vidriado) que Labrouste produjo su experimento más moderno en hierro forjado. Con planos metálicos horizontales y verticales, un marco que contiene cinco niveles de libros, son ejercicios de geometría pura y materiales que nos recuerdan a Mies van der Rohe.

La Biblioteca Nacional François Mitterrand

Hubo bastantes gestos de desaprobación en estos últimos diez años cuando la mayor parte de los libros y los lectores que en una época se encontraba en el edificio atestado y antiguo, aunque querido, de Labrouste se trasladó, al otro lado del río, a esta colosal biblioteca (conocida también como la Très Grande Bibliothèque). Compite con el edificio de la Défense, en el otro extremo de París, como quizá la construcción reciente más despreciada.
Richard B. Wooward
Traducción de Andrea Arko
Datos útiles

Biblioteca Forney

Hotel de Sens, 1, rue du Figuier, Cuarto Arrondissement; 42.78.14.60.
Está abierta de martes a sábado, de 13.30 a 19.

Biblioteca Mazarine

23, Quai de Conti, Sexto Arrondissement; 44.41.44.06; www.bibliotheque-mazarine.fr.
La sala de lectura está abierta de lunes a viernes, de 10 a 18; cierra los feriados y del 29 de julio al 15 de agosto. El pase para dos días consecutivos es gratuito.

Biblioteca de l´Arsenal

1, rue Sully, Cuarto Arrondissement; 53.01.25.25.
El horario es de lunes a viernes, de 10 a 18; sábados, de 10 a 17; cierra el domingo, los feriados y del 10 al 21 de abril.

Biblioteca Sainte-Genevieve

10, Place du Panteón, Quinto Arrondissement; 44.41.97.97; www-bsg.univ-paris1.fr . Abierta de lunes a sábado, de 10 a 22.

Biblioteca Nacional

58, rue de Richelieu, Segundo Arrondissement; 53.79.59.59; www.bnf.fr . La sala de lectura abre de martes a sábado, de 10 a 20, y los domingos, de 9 a 12.30 y de 13.30 a 19.

Biblioteca François Mitterrand

Quai François-Mauriac, 13er. Arrondissement; 53.79.59.59.
Las salas de exposiciones y lectura están abiertas de martes a viernes de 10 a 19, y los sábados, de 13 a 19. Entrada: 3,30 euros. Hasta el 30 de abril hay en esta biblioteca una muestra titulada Livres de Parole, que explora las tradiciones que se superponen de la Torah, la Bibia y el Corán. Mantones, rosarios, fragmentos de Pergaminos del Mar Muerto y otros objetos complementan la muestra.

Leer con vista al Sena

Frente al Sena, en el Quai de Conti, la biblioteca Mazarine es un lugar silencioso y prohibido. Fue fundada en 1643 por el cardenal Mazarino, primer ministro del joven Luis XIV, y es la biblioteca más antigua de Francia. Es además la biblioteca oficial del Institut de France, que supervisa cinco de las academias artísticas, literarias y científicas más veneradas del país; entre ellas, la Académie Française, defensora de la lengua.
La sala de lectura en forma de L, en el primer piso, es relativamente pequeña. Las ventanas de una de las alas dan al río en dirección al Louvre, lo que le da al ambiente una serenidad e intimidad que nos remonta al siglo XVII. Los investigadores se sientan con sus notebooks y las ponen sobre mesas revestidas en cuero, rodeadas de puertas y cielos rasos de madera tallados, y más de un centenar de columnas corintias.

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por Redacción OHLALÁ!


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