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Las doce cuadras más caras de Suiza

En el corazón de la capital económica del país, Bahnhofstrasse es la calle para los adictos al shopping, con joyerías, relojerías, boutiques y, claro, bancos




ZURICH, Suiza.- En el tablero del Monopoly suizo, la calle más costosa bien podría ser la Bahnhofstrasse de Zurich. Conocida como el Shopping Mile, esta calle de unas doce cuadras es la más cara, pero también la más lujosa de una ciudad que ocupa los primeros puestos del mundo por su nivel de vida.
Zurich, la capital económica de Suiza, es su gran vidriera y en cada edificio y a cada paso el país muestra lo mejor: pulcritud, exactitud, perfección, detallismo y precisión. Está rodeada de espacios verdes, colinas y montañas, y al borde de un río que se convierte en lago. No en vano ganó en varias encuestas el codiciado título de ciudad con mejor calidad de vida del mundo.
En este mundo perfecto, la calle de la estación o Bahnhofstrasse lleva la perfección a su máxima realización. Comparable con Rodeo Drive de Los Angeles o con la avenida Montaigne de París es, a la vez, elegante y lujosa, atractiva y actual, con ese toque de discreción y vanguardia que caracteriza la mentalidad suiza. Joyerías, bancos privados, relojerías, casas de moda, hoteles, librerías y grandes tiendas se alternan entre los dos extremos de la calle: el lago y la estación.

Desde la estación

En parte peatonal, la Bahnhofstrasse nace o desemboca sobre la plaza de la Estación Central. En Suiza, donde se rinde un verdadero culto a los transportes públicos, el hall de la estación da una primera impresión de la calle que la prolonga: más que un mero acceso a los andenes tiene aires de un refinado shopping, con negocios de comida y souvenirs, tiendas selectas, florerías y muestras de arte.
En un costado hay un ángel azul con alas amarillas, esculpido por Nikki de Saint Phalle, que recibe a los visitantes y es un guiño al nuevo programa de visitas temáticas que se organiza en la ciudad: arte y arquitectura para conocer Zurich desde sus cimientos romanos hasta los edificios clásicos del siglo XIX, recorriendo algunos de sus 50 museos.
No hay que olvidar que la ciudad hizo su aporte a la cultura y a las artes del siglo XX mediante uno de sus principales movimientos, el dadaísmo, nacido en el legendario Cabaret Voltaire (reabierto en 2004) del centro antiguo, cuando varios artistas se refugiaban en Suiza durante la Primera Guerra Mundial.
El Viejo Zurich se levanta sobre la orilla derecha del Limmat, que baja del Lago de Zurich para encontrarse con el Sihl, el otro curso de agua que atraviesa la ciudad. Sin embargo, es sobre la orilla izquierda donde hay que buscar los vestigios más antiguos de Zurich.
Queda muy poco del puesto fortificado romano, Turicum, que fue el primer núcleo urbano, pero las callejuelas que bajan y suben de la colina tienen muchos edificios antiguos y también mucho arte, como los vitrales de la iglesia del Fraumünster realizados por Marc Chagall.
La Bahnhofstrasse está a dos pasos. Y se pasa con rapidez de la plaza de Lindenhof, donde hubo un castillo que defendía el Limmat, a las vidrieras llamativas del Shopping Mile. En verdad ir de compras por la Bahnhofstrasse no es muy dadá, aunque la reapertura del Cabaret Voltaire haya derivado en la edición de muchos libros y souvenirs que se encuentran en los negocios a lo largo de la calle.

Galería de arte

La calle depara algunas sorpresas: un reloj animado con figuras en trajes típicos en la esquina de la casa Kuz, en el cruce con la calle Werdmühle. La pequeña plaza entre la Schweizergasse y Usteristrasse es uno de los pocos espacios verdes a lo largo de sus cuadras, sobre el muelle del General Guisan, que bordea el lago.
En varias ocasiones la calle se transforma en una muestra de arte a cielo abierto, como hace unos meses, cuando la Bahnhofstrasse recibió cientos de ositos, los summer teddies, vestidos y transformados en piezas únicas adoptadas por artistas, negocios y entidades.
A pesar de ser peatonal en varios de sus tramos, una línea de tranvía atraviesa la calle de punta a punta. El tranvía se puede usar junto con los buses y trenes de las cercanías y algunos barcos, con la Zurich Card, una tarjeta de validez variable que además da acceso gratuito a 43 museos.
Todas las grandes marcas de la moda de París y Milán están sobre la Bahnhofstrasse, en negocios propios o departamentales, además de las grandes tiendas Jelmoli y Globus, los iconos de las compras en Suiza.
Lo imperdible son las visitas a las dos confiterías emblemáticas de Zurich: Sprüngli y Teuscher. Sprüngli tiene dos locales sobre la calle y uno más en el hall de la estación. Su sede histórica está en el cruce de Bahnhofstrasse y Bleicherweg, cerca del lago.
Los golosos del mundo asociarán enseguida su nombre con el de un chocolate famoso: la empresa Chocoladefabriken Lindt & Sprüngli AG comercializa sus chocolates como Lindt y es dueña de otras firmas prestigiosas como Ghirardelli, en San Francisco.
Por Pierre Dumas
Para LA NACION

Clásica vidriera para la producción local

Además del lujo y los chocolates, no se puede pasar por la Bahnhofstrasse sin siquiera mirar los últimos modelos de relojes de las grandes casas suizas. Generalmente se fabrican en ciudades y pueblos del Jura francófono, pero la Bahnhofstrasse de Zurich es su vidriera más prestigiosa.
La casa Bucherer es una de las más tradicionales, en la intersección con Kuttelgasse, pero muchas marcas tienen también su propio local. Por supuesto, no pueden faltar los negocios donde comprar cortaplumas y una multitud de objetos que tienen los colores y la cruz suiza.
Muy de moda, hay desde carteras hasta lápices o utensilios de cocina. Lo esencial es tener una billetera sólida, ya que en la opulenta Suiza los precios son más elevados que en muchas otras partes de Europa, y en la lujosa Bahnhofstrasse, son más altos.

Datos útiles

Excursiones

Para conocer la ciudad se puede optar por diversos city-tours. A bordo del Classic Trolley, un trolebús especialmente acondicionado, se ofrece un paseo urbano de dos horas (con comentarios en español).
También hay visitas guiadas a pie por el Viejo Zurich (dos horas), una visita de la ciudad y alrededores con ascenso en teleférico hasta la cumbre del Felsenegg, y un paseo en barco sobre el lago.
Una alternativa más extensa es el crucero lacustre que se puede combinar con el paseo en trolley, que dura unas cuatro horas, o bien la visita a Üetliberg, una montaña cercana donde hay un amplio panorama de la ciudad y la región.

Compras

Relojes en Bucherer, con la mayor selección de modelos y marcas de la Bahnhofstrasse; también en las emblemáticas casas de Swatch y Omega.
Cuchillos en Dolmetsch y Riethmüller. Libros y música en Ex Libris (tiene dos locales sobre la calle que vale la pena visitar) y en Barth, Orell & Füssli.
En las grandes tiendas de Jelmoli y Globus hay negocios con numerosos recuerdos de Suiza y se trata de los almacenes más conocidos.

Más Información

Zurich Tourismus: tiene un quiosco de informes en la Estación Central, donde se puede comprar el pase Zurich Card.
Se puede contactar por e-mail a information@zurichtourism.ch.

En Internet

Toda Suiza en español en el link http://saes.myswitzerland.com/sp/welcome.cfm .

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por Redacción OHLALÁ!

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