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Las Gaviotas levanta vuelo

Vecino de Mar de las Pampas, este balneario de apenas siete cuadras no tiene nombre conocido, pero sí playas agrestes




LAS GAVIOTAS.- Y sí, eran otros tiempos. Menos autos, menos gente, menos cemento, más aire a pueblo. Héctor Medina sacude la cabeza. Dice que se radicó en estas playas agrestes en busca de la tranquilidad soñada, pero que ahora se viven días agitados.
Hay que aclarar que en Las Gaviotas los que hablan de "otros tiempos" se refieren a hace cinco años apenas, seis a lo sumo. Hay una era antes de 2002 y otra después de 2002 , el año en que explotó el boom de la construcción posterior al corralito y arreciaron los complejos de cabañas, aparts y posadas.
Porque, justamente, en esta porción de arena que se extiende entre Mar de las Pampas y Mar Azul, en el partido de Villa Gesell, hay pocas casas y muchos complejos, la mayoría de ellos chicos, nuevísimos y con servicios de calidad (sin excepción, incluyen mucama y ropa blanca; con excepciones, spa).
La razón detrás del perfil de alojamiento es simple: Las Gaviotas fue concebida como zona hotelera desde el vamos, ya que sus lotes son mucho más grandes que los de los balnearios vecinos. No tan simple es explicar por qué. Los antiguos dueños de esta franja costera fueron varios y, dicen las malas lenguas, hasta se jugaban los terrenos en partidos de cartas. Pero lo que importa es que se hicieron tres loteos y por tanto surgieron tres balnearios. Distintos, parecidos y pegados entre sí.
Mar Azul, con lotes chicos, aires rústicos y bosque espeso, fue el pionero. Muchos años después, casi de la noche a la mañana, irrumpió Mar de las Pampas, con la traza azarosa y a la vez cuidada de sus calles, un coqueto centro comercial y una muy buena dosis de marketing. Y en el medio quedó esa tierra de nadie que pasó a llamarse Nichi, ni chicha ni limonada, un descampado de apenas siete cuadras.
Es cierto, Las Gaviotas es ínfima. Tanto, que el que no conoce bien la zona puede pensar que está en Mar de las Pampas o en Mar Azul. Incluso, ignorar por completo la existencia de este barrio de calles de arena y nombres de aves.
"Tengo una amiga que el verano pasado veraneó en Mar de las Pampas. Cuando le comenté que venía a Las Gaviotas, me preguntó dónde quedaba eso", confirma Camila Canals, una mendocina que llegó con su familia a través de recomendaciones.
Pero el ascendente balneario, por otro lado, supo delinear su propio estilo. Más allá de la abundancia de aparts, uno de sus rasgos más notables es que aquí no hay bosque, sino un monte de acacias, cortaderas y arbustos bajos. Es decir, hay verde, pero menos sombra, muchísimo sol y más espacio entre las construcciones. Sin contar con una ventaja insuperable: la vista al mar. Sucede que como en Las Gaviotas no se levantaron médanos costeros para fijar la vegetación, a diferencia de sus vecinos más boscosos, algunos complejos se alzan directamente sobre la playa, y desde muchos otros, aun a varias cuadras de distancia, todavía es posible divisar el vaivén de las olas.
Por lo demás, las playas son tan anchas y silvestres como las de Mar de las Pampas y Mar Azul, el pueblo igualmente encantador, y el perfil del público bastante similar: argentinos en su gran mayoría, familias, muchas parejas jóvenes y pocos adolescentes (prefieren la movida de Gesell, sobre todo la nocturna).
El lugar está representado además por el Centro de Emprendedores Turísticos (CET), una suerte de sociedad de fomento que brega por el crecimiento ordenado del balneario y hace hincapié en el cuidado del medio ambiente.
Por si fuera poco, Las Gaviotas ostenta también su propio centro comercial, un puñado de locales construidos en madera y piedra sobre la calle Punta del Este, en el cruce con la 33 (el trazado aquí es una cuadrícula en la que las calles paralelas al mar tienen nombres de playas como Copacabana y Mar del Plata, y las que cortan están numeradas: van de la 27 a la 34). Hay un poco de todo: un maxiquiosco, un locutorio, una parrilla y hasta un minigolf.
Después estará Mar de las Pampas, para tomar el té o cuchichear en las boutiques (ya se instalaron varios negocios de marcas conocidas), o Mar Azul, para necesidades de otro tipo, como compras en el supermercado y repuestos en la ferretería. También, para hacer una parada y tomar unos tragos en Mr Gone, un colorido pub donde años atrás tocaron Botafogo, Willy Crook y Celeste Carballo, todos amigos de la casa, y que acaba de reabrir con nuevos dueños, Tony y Karina, y muchas ganas de recobrar el espíritu de los viejos tiempos. Aquellos tiempos en los que Mar Azul era sólo "el final de la Villa" y Las Gaviotas, un punto indefinido en el mapa.

Seguridad

El ocasional zumbido del helicóptero es lo único que interrumpe el silencio absoluto de las noches. Los vuelos son parte del operativo de vigilancia desplegado por la flamante intendencia de Jorge Rodríguez Erneta, que también reforzó la seguridad con más efectivos (se los ve en cuatriciclos, bicicletas y a pie), cámaras y puestos de control en las entradas a los balnearios.
Y no es para menos: Mar Azul fue noticia a fines de 2007, y no necesariamente por su bucólico paisaje, sino porque hubo una seguidilla de robos a mano armada en una misma noche. Ahora, dice Rodríguez Erneta, se está haciendo todo lo posible para minimizar los riesgos.

Datos útiles

Cómo llegar

  • Las Gaviotas está a 7 km de Villa Gesell. Además de auto, se puede llegar vía aérea. Desde el 1° de enero, la línea Sol tiene un vuelo diario al aeropuerto de Gesell, de domingo a viernes, desde Aeroparque (son 50 minutos). El precio varía entre $ 373 y 488.

Dónde alojarse

En enero, los precios de los aparts van de los 3000 a los 5000 pesos la semana, para dos personas, o desde 3500 hasta 6000 para cuatro personas, según la ubicación y los servicios. Algunos de ellos son:
  • Altué, con 14 modernos aparts, pileta y spa, y descuentos con Nativa (Banco Río) y Santander. www.altue.com.ar

Dónde comer

  • Parrilla Don Rogelio , en el centro comercial; Palapa , el restaurante gourmet de Rincón del Mar, con especialidad en frutos de mar y pastas; Heiwa , sushi bar sobre la playa; Café del Paseo , en la calle 33 y Punta del Este.

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por Redacción OHLALÁ!


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