

LAS GRUTAS.- Al Sur, bien al Sur, Las Grutas fue durante mucho tiempo uno de los secretos mejor guardados de la Patagonia, una playa de la que se conocían algunas imágenes sueltas y, sobre todo, un dato que despertaba escepticismo: tiene las aguas más cálidas del litoral argentino.
Con esas cualidades, el secreto no podía durar: hoy Las Grutas es la playa más concurrida de la costa patagónica, la dueña de la movida rionegrina y una localidad paradisíaca, donde el Atlántico se mimetiza de Mediterráneo y la naturaleza del ecosistema desierto-mar brilla en todo su esplendor.
Si París bien vale una misa, Las Grutas bien vale un viaje que lleva 1200 kilómetros al sur de Buenos Aires, hasta las orillas del golfo San Matías, cerca de dos puntos del mapa geográficamente enfrentados e históricamente hermanos: San Antonio Oeste y San Antonio Este.
Marea va, marea viene
Las Grutas vive al ritmo de un reloj de agua: pero su particular clepsidra tiene la forma de las amplias mareas que durante varias horas al día cubren completamente las playas, arrinconando literalmente a los bañistas contra los acantilados donde el mar fue horadando las cavernas naturales que dan nombre al balneario, para luego descubrir horas más tarde una playa inmensa, en cuyas restingas se excavaron piletas naturales de distintas formas y profundidades, que el paso de las olas deja llenas de agua de mar.
El vaivén no cesa y al ritmo de las mareas se mueve la gente sobre la playa, desde las grutas costeras hasta esa segunda rompiente lejana que se forma cuando bajan las aguas. Lo más curioso es comprobar que, cuando el agua sube, se cumple aquello que muchos no pueden creer: las aguas suben calientes, y sólo pierden temperatura a medida que va aumentando la altura.
El fenómeno tiene razones combinadas: la amplitud de las mareas por un lado, el fuerte calentamiento solar de la capa caliza de la costa por otro, y la diferente salinidad de las aguas de Las Grutas, que impide la mezcla completa de la masa líquida procedente del golfo San Matías (más frías) con las aguas más cálidas de la bahía.
Cerca de Madryn
El turismo que llega a Las Grutas es heterogéneo, pero salvo excepciones tiene algo en común: todos llegan de lejos. Sólo a los rionegrinos los favorece la distancia. Pero la cercanía del balneario con Puerto Madryn agrega la ventaja de combinar la estada playera con la visita a Península Valdés y sus reservas faunísticas.
Mucha gente joven les pone un toque deportivo a las aguas de Las Grutas, con salidas en jet-ski o las clásicas bananas para darse un buen remojón en el Atlántico austral, mientras los curiosos de lo nuevo se acercan hasta Piedras Coloradas -unos cinco kilómetros en las afueras- para practicar sandboard en las dunas.
Esta otra playa, adonde se accede por un camino de ripio, es un lugar extraordinario: rocas rojizas afloran entre el mar, restos de la formación geológica más antigua de esta región, que se data en el período precámbrico.
Algunas embarcaciones de pesca artesanal esperan en la playa, mientras los turistas que se animan practican buceo, snorkeling o se suman a las caminatas interpretativas que parten desde aquí hacia El Cañadón de las Ostras y El Sótano, dos parajes desérticos un poco más al Sur. Después de un rato de caminata, a lo lejos, se divisa la silueta de la meseta conocida como Fuerte Argentino, donde se realizan excursiones de aventura.
Un San Antonio al Este y otro al Oeste
A pocos kilómetros de Las Grutas hay que visitar San Antonio Oeste y San Antonio Este. La primera es la principal ciudad de la región, que tuvo su edad de oro entre 1910 y 1930, cuando Río Negro exportaba lanas y construía el ferrocarril que conectaría la costa con Bariloche. Hoy parece vivir de sueños pasados. En el muelle pesquero del puerto, donde duermen esqueletos de antiguos barcos varados, se dan cita los lobos marinos cuando los pescadores vuelven con su cargamento de pescado. También se visita el Barrio Ferroviario, donde quedan algunas casas históricas, entre ellas la del ingeniero Jacobacci, que dirigió las obras del tren hacia el Oeste. Más lejos de Las Grutas, a unos 50 kilómetros, se levanta San Antonio Este, el puerto de aguas profundas por donde se exportan las frutas del Alto Valle de Río Negro. Sus playas son un paraíso inesperado.
Datos útiles
Cómo llegar
Se llega a Las Grutas por la RN 3, desde Viedma (al Norte) o desde Puerto Madryn (al Sur). Desde el Alto Valle se accede por la RP 2, y desde Río Colorado, por las rutas 3, 22 y 251.
Alojamiento
El alquiler de departamentos para seis personas, $ 200. Una doble en un hotel tres estrellas, entre $ 130 y $ 188. Las cabañas del ACA, para cuatro personas, entre $ 165 y $ 205. www.lasgrutas.com.ar/alojamientos
Actividades
Sandboard: en el parador de Piedras Coloradas proveen tablas y cera.
Excursiones de aventura: DesertTracks: Viedma 1145; (02934) 497843; www.deserttracks.com.ar .
Buceo: Cota Cero, Tercera Bajada, Las Grutas, (02920) 15628344; cotacero@canaldig.com.ar
Más información
Subsecretaría de Turismo de San Antonio Oeste , avenida Río Negro 715, Las Grutas. (02934) 497463; sao.turismo@canaldig.com.ar.
Por Pierre Dumas
Para LA NACION
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