

Sólo hay que tener alma de marinero para animarse a cambiar la perspectiva y, en lugar de mirar desde la costa el paso de los veleros, subirse a uno y ver cómo el mundo desfila según la velocidad del viento.
Todo lo demás lo ponen la naturaleza y los operadores de los barcos especialistas en armar opciones para todos los gustos: el Delta, Colonia, Punta del Este o Angra dos Reis dejan de ser destinos convencionales cuando se llega a bordo de un velero.
Para programar unas vacaciones en velero no hace falta tener conocimientos de navegación: esa parte se puede dejar en manos del capitán. Pero difícilmente se vuelva sin la curiosidad de saber manejar estas embarcaciones dóciles y ágiles que vibran en sintonía con el agua y el viento. Una primera experiencia a bordo es ideal para familiarizarse con el lenguaje marinero, los instrumentos y las herramientas. Por eso el viaje turístico en velero tiene un componente activo y de aventura en el que reside gran parte de su atractivo.
En aguas del Río de la Plata hay muchas opciones para quienes quieren navegar, desde las salidas románticas a la luz de la luna hasta las excursiones de varios días hasta las costas brasileñas.
Algunos operadores son empresas que funcionan con numerosos veleros y cruceros de diferente capacidad, e incluso organizan en sus embarcaciones eventos, seminarios y jornadas de coaching para empresas; otros, en cambio, prefieren manejarse con su velero particular, en grupos pequeños y en forma más artesanal. Cada cual encuentra así la opción que más cumple con sus expectativas.
En Puerto Norte, frente al Aeroparque, Antonio Ballester ofrece calidez y atención personalizada para los turistas que eligen subirse a su velero, el Finis Terra, un Victory 34 de 10,5 metros de largo y tres de ancho, con el que pueden viajar hasta cinco personas (aparte de la tripulación). Sus opciones son las tradicionales: la salida de medio día (cuatro horas), que permite recorrer entre 20 y 25 millas, rebautizada para los iniciados como la vuelta al perro.
Entre las 10 y las 14 o entre las 14 y las 18, se puede, por ejemplo, navegar hasta San Isidro y volver. La salida diurna es más larga, dura todo el día y lleva hasta río abierto. "Habitualmente -explica el capitán- se fondea frente al Yacht Club Argentino para comer a bordo y luego poner proa hacia el punto de partida. En el día también se puede ir al Delta, fondeando en los arroyos San Antonio o Pajarito (primera sección) y, si la idea es una travesía más larga, lo más tradicional es Colonia, una salida de dos días con pernocte a bordo."
"Somos artesanales y anarquistas", agrega Ballester, que organiza las salidas junto con la narradora de cuentos Marta Lorente. Este es un ingrediente adicional de sus propuestas de navegación, ya que Marta narra cuentos a bordo.
Una flota completa
En el otro extremo de la escala de opciones se encuentra Internautic, empresa que opera desde el Yacht Club Puerto Madero y desde San Fernando con una importante red de barcos asociados. Su flota incluye desde una goleta de 36 metros de largo, con capacidad para 30 personas, hasta un Jeanneau 51, de 15,5 metros, para 10 personas, pasando por todas las opciones intermedias y los veleros más pequeños, que transportan entre cuatro y seis personas como máximo.
Internautic cubre una parte importante de las salidas charter desde Puerto Madero, y organiza en sus barcos eventos corporativos y privados.
Sus comienzos fueron particulares. Nació como un tiempo compartido de veleros y cruceros, un sistema por el cual varios copropietarios comparten un barco y se reparten las semanas a lo largo del año. Actualmente están volcados al alquiler de embarcaciones para turismo, a través de un sistema de puntos, lo que da la opción de utilizar distintos barcos. Otra idea original es su Club de Navegación, por el cual una persona puede participar en los distintos programas de vela junto con otros socios del club: se organizan así salidas de medio día, día completo o travesías a Uruguay.
"El público es mayoritariamente local -dice Jorge Risolo, gerente de operaciones de Internautic-, pero hay alrededor de un diez por ciento de extranjeros, que en caso de ser veleristas se sacan el gusto de navegar por el Río de la Plata, famoso por su anchura.
Según los tiempos, podrán elegir la salida de medio o un día, o extenderse hasta las 36 horas que requiere la travesía a Punta del Este. Sobre todo, "el velerista quiere navegar en río abierto, como el Río de la Plata. Y si bien no es preciso saber nada para embarcarse, en general la gente toma el timón o maneja la vela. El público del velero es deportista, aventurero, y aunque el barco tiene un capitán, son los pasajeros los que hacen las maniobras", dice.
Para los que comienzan en la aventura de navegar hay una opción: las salidas de iniciación, una serie de cuatro salidas en las que se afrontan distintas situaciones de navegación, y que abren las puertas a la realización de cursos de timonel.
Hay que recordar, además, que una salida de navegación significa abandonar la dictadura del reloj y los límites fijos que impone una ruta terrestre. Otra forma de libertad, dada por el agua y el viento, los únicos encargados de dibujar el paisaje, el nido donde nacen las anécdotas que los navegantes atesoran luego para siempre. En el río no hay tiempos fijos ni horarios como en tierra, porque la naturaleza se impone y es, en última instancia, la que determinará el horario de regreso.
Por Pierre Dumas
Para LA NACION
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Don Sala, relax y asado
El velero oceánico Don Sala ofrece paseos de medio día, día entero o travesías al Delta y Uruguay, llegando incluso hasta Brasil, todo desde el Yacht Club de Puerto Madero.
Una de las opciones más pedidas son los paseos con fines fotográficos hasta la costa de La Boca. El velero tiene capacidad para 8 o 10 personas y, como recuerdo, los viajeros se llevan las fotos digitales de la navegación capitaneada por Jorge Gianolini.
Don Sala tiene además una alternativa interesante para porteños al borde de un ataque de nervios: la navegación antiestrés, parte de un programa de control del estrés y calidad de vida, coordinado por la psicóloga Mara Diz. Los programas, que se adaptan a los tiempos de navegación elegidos en cada caso, buscan introducir a los participantes en el conocimiento de los síntomas de la tensión nerviosa y sus consecuencias, aportándoles herramientas concretas para dominarlo.
Todo mientras se practica velerismo, una de las mejores actividades para estar en contacto con la naturaleza y lejos del ruido. Además ofrecen asados a bordo, gracias a una parrilla diseñada para el velero.
Salidas con seguro de lluvia y bajo la luna
Dicen que si entre los pescadores la leyenda es quién sacó el pez más grande, entre los capitanes es quién capeó el peor temporal? pero para los turistas no hay nada que temer.
Las condiciones meteorológicas se tienen muy en cuenta a la hora de salir a navegar, y los operadores que alquilan sus veleros ofrecen una suerte de seguro de lluvia, que permite desplazar la fecha cuando el buen tiempo no acompaña. A lo sumo, el mayor inconveniente del viaje será esa vela que tapa el sol e impide el bronceado parejo y perfecto que buscan muchas marineras.
Una vieja canción italiana hablaba de la tintarella di luna, el bronceado de luna. Se la puede probar en las navegaciones nocturnas por el Río de la Plata, que permiten ver bajo el disco plateado el perfil de los edificios céntricos, multiplicados en su reflejo acuático. Los veleros Smile on Sea (para cuatro personas) y Porto Soledad (para tres), que prometen un servicio premium en barcos capitaneados exclusivamente por sus propietarios desde el Yacht Club de Puerto Madero, incluyen entre sus propuestas de navegación las salidas nocturnas junto a la costa rioplatense, para cambiar la perspectiva y admirar la ciudad desde el río. Se verán así los edificios de Puerto Madero, el puerto porteño, la Costanera, el Aeroparque, el Club de Pescadores, la cancha de River y la Ciudad Universitaria, durante dos horas y media. Las salidas empiezan antes del atardecer para apreciar la puesta de sol, y se regresa con la luna llena ya bien instalada en el cielo.
El mismo itinerario puede ser diurno, lo que permite llegar hasta la costanera de Vicente López, las mansiones de San Isidro, el río Luján y el comienzo del Delta. Smile on Sea también va hasta Colonia y el puerto uruguayo de Riachuelo, a ocho km, donde se fondea para visitar las piletas de las canteras y la playa. Federico Enguix, el capitán, asegura que privilegian calidad sobre cantidad, combinando los paseos turísticos con las regatas corporativas.
Su destino preferido es la travesía a Uruguay, gracias a los numerosos sitios con playa y bosque, un paisaje agreste matizado con puertos cercanos que permiten, en las travesías más largas, acostumbrar a los turistas a la navegación. Por eso los paseos hasta Punta del Este duran dos semanas: en la primera se hace escala casi todos los días y luego se hacen tramos más largos, de mar abierto.
Datos útiles
Para agendar
Internautic. Navegación a Vela, medio día: $ 100 por persona, base cuádruple. Día completo: $ 150 por persona. Navegación dos días: a partir de $ 400 por persona, base cuádruple. En el sistema de Club de Navegación (mínimo cuatro salidas en un año): medio día $ 80; día entero $ 120; programa Colonia $ 320. Informes: 4300-2404 y 15 4412-2359. www.internautic.com.ar
Don Sala. En el sitio www.donsala.com.ar se puede consultar el calendario de luna llena para las salidas nocturnas de todo 2006. Buenos Aires desde el río (cuatro horas de navegación por el Río de la Plata): $ 65 por persona. Buenos Aires desde el río con Delta (ocho horas): $ 95 por persona. Delta o Colonia (dos días, una noche): $ 110 por persona por día. Salidas nocturnas: $ 50 por persona. Luna llena (en promoción): $ 35 por persona, incluye sándwiches de miga. Informes, 4894-1875 y 15 4 410-4010.
Smile on Sea. Salida nocturna: por barco completo, máximo cinco pasajeros: $ 400 + IVA. Dura entre dos y tres horas, y los horarios se acomodan a los deseos de los clientes, aunque el capitán aconseja el atardecer más que plena noche. Salida diurna día completo (ocho horas): barco completo, máximo cinco pasajeros, $ 800 + IVA. Informes: 15 5018-8662; www.smileonsea.com
Finis Terra. Salida por el día (de 10 a 18): US$ 30 por persona. Salida de medio día (de 10 a 14 o de 14 a 18): US$ 20 por persona. Salida nocturna (de 18.30 a 22): US$ 20 por persona. En todas las salidas se sirven gaseosas, vino y ron. Reservas: velerofinisterra@yahoo.com.ar y 15-4424-6621.
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