
RIAZA, España (El País, de Madrid).- Un paseo por los pueblos rojos segovianos puede ser la opción más acertada para descubrir rincones y ermitas escondidas en el hayedo de la sierra de Ayllón. El verde poderoso que han dejado las lluvias no consigue ocultar el manto granate que tiñe la tierra en la vertiente norte de la sierra. La villa castellana de Riaza sirve de punto de partida y de aperitivo para el espectáculo cromático que viene después, a medida que avanza la ruta de los pueblos rojos de Segovia.
A 1190 metros de altitud, a la sombra del pico del Lobo y rodeada por extensos bosques de roble, Riaza invita a perderse por sus callejuelas, donde se suceden casas serranas, muchas con grandes escudos y blasones que revelan la importancia que alcanzó la villa en el siglo XV. Además de la iglesia renacentista de Nuestra Señora del Manto, patrona de Riaza, el mayor atractivo es, sin duda, la plaza del pueblo, donde en septiembre se instala una plaza de toros desmontable. A pocos metros, los mesones que rodean el temporal coso muestran las fotos de los matadores que por allí han pasado, carteles de otros tiempos para ser admirados mientras el posadero sirve un buen vino tinto castellano.
La gente de Riaza es devota de la buena comida, pero también de la Virgen de Hontanares. El camino hacia la ermita dedicada a ella esconde un hermoso bosque de hayas y robles, que ya empieza a mostrar su esplendor.
Villacorta esconde un tesoro
En dirección a Santibáñez de Ayllón, la carretera se adentra en un paisaje que no deja de subir de tono a causa de la arcilla roja sobre la que se asienta. La próxima parada es Villacorta, en pleno corazón de un valle ferruginoso del que sus habitantes tomaron la tierra y las piedras para construir el pueblo.
En el centro de un pequeño entramado de calles sin asfaltar se encuentra la iglesia de Santa Catalina, que en su interior, también de intenso granate, esconde un tesoro largamente oculto: un artesonado mozárabe que se está recuperando gracias a la constancia de los habitantes del lugar.
Tres kilómetros más adelante sorprende el perfil esbelto y rojizo de una iglesia, con una magnífica espadaña y el cementerio adosado a un costado. Es la iglesia de San Pedro y la imagen más representativa de Madriguera, el pueblo mejor conservado de la zona. En los últimos años se han restaurado gran cantidad de viviendas siguiendo la arquitectura popular y con los mismos materiales de antaño.
En Madriguera, hasta el agua que sale de una de sus fuentes es de color tostado por la alta cantidad de hierro que contiene el subsuelo. Esta localidad, que no se integró en el término municipal de Riaza hasta 1979, fue un importante núcleo de comercio a lo largo del siglo XIX. Llegó a tener un ayuntamiento propio, una escuela y hasta un casino, que se mantiene cerrado desde la guerra civil.
Arcilla y pizarra
A la vuelta de una curva que sube en dirección a Santibáñez se aprecia una espectacular vista de Madriguera antes de llegar hasta El Negredo. El rojo de la arcilla convive aquí con el negro de la pizarra, que ya anuncia los pueblos negros de la serranía de Ayllón.
A dos kilómetros surge la carretera que lleva hasta Estebanvela, pueblo famoso por su agricultura. A dos kilómetros del lugar, por un camino de tierra cruzado por riachuelos de agua fría, se llega a la ermita del Padre Eterno.
La ruta de los pueblos rojos segovianos culmina en Ayllón, a la sombra del pico del Grado y lindando con la provincia de Soria. Estas tierras, donde antaño se asentaran los celtíberos, vivieron su máximo esplendor a mediados del siglo XV, con ocasión del destierro del condestable don Alvaro de Luna, señor de la ciudad.
La iglesia de San Miguel, cuyo recio campanario tiene unos 40 metros de altura, y los restos de la muralla que rodea el pueblo son algunos de los atractivos de Ayllón, cuya sierra, en el límite de la provincia de Guadalajara, es el punto de partida para visitar los pueblos negros de pizarra.
Datos útiles
Alojamiento
* * US$ 70
* US$ 25
Una habitación doble en Riaza
* US$ 25
Una habitación doble en Riaza
Dónde comer
Casa Quemada.
Isidoro Rodríguez, 18 (Riaza). Clásico mesón castellano.
Restaurante Plaza. Plaza Mayor, 4 (Riaza). Tradicional chuletón segoviano.
Guías
Rutas a caballo, José Antonio Montejo (0034 659 82 28 61). La Vereda (Riaza). Imprescindible reservar.
Senderos de Riaza. Si prefiere la excursión a pie, encontrará guías por el 0034 639 89 13 32 (Jorge Pérez).
Más información
Oficina Española de Turismo, Carlos Pellegrini 1163, 3er. piso (4328-9664/9619). Atención de lunes a viernes, de 9 a 17.
En Internet
A. Sánchez Juárez y S. Velasco
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