La vida se encarga de encauzarte cuando venís patinando.
Y si no, Gran Jefe.
Mis planes de escapada con El Turco están out. Me tengo que quedar acá lunes y martes seguro, el miércoles está por verse. Se ve que los astros se conjugan contra mis planes. El fin de semana sólo nos vimos el viernes, el estaba lleno de cumpleaños y eventos (a los que por supuesto no podemos caer juntos, ni me dan ganas tampoco). Las chicas siguen en dulce montón en contra de los encuentros así que he pasado al modo "te filtro todo" y no cuento no lo que no quieren escuchar. Salvo Luz que pide datos.
-Me dan ganas de matarte pero contame igual.
Tampoco es TANTO para contar después de todo, nos encontramos, nos tomamos un vino, salimos a comer y el resto del tiempo es en la cama. Puedo que esto se termine naturalmente o mal, nunca se sabe. Lo único que quiero a esta altura es tener suficiente agua acumulada en las jorobas del camello digamos.
-Está interfiriendo en tu vida esto, sabelo. ¿Y si te invita alguien a salir?
-Nada que ver, nena, si me invita alguien a salir el día que lo veo al Turco salgo otro día.
-¿Ves? Interfiere. No sirve.
Muchas teorías para muy poca cosa. La gente sobredimensiona al sexo y si lo buscás te la cobran caro. Yo misma se ve. Acá estoy sucumbiendo a un poco de acción. Pero ya se me pasará.
El vecinito cibernético atina a hacer esporádicos contactos (por chat, obvio). En esta semana ni siquiera me lo crucé en el chino.
Como explicarle que la carne está tanto mejor que el mouse...