Chicas, ¡qué decirles! La verdad es que en estos días de corridas, me encanta parar un segundo y poder sorprenderme (y ponerme contenta) por todo lo que me está pasando.
Piensen que estoy de novia hace mucho, muchísimo tiempo y ya se está haciendo realidad este momento tan importante, este pasaje a una nueva etapa, la confirmación de que cada uno está seguro de querer pasar toda la vida con el otro, para siempre.
¿Para siempre? ¿Qué significa el para siempre? ¿Somos capaces de internalizar esas dos palabras? ¿Entendemos la inmensidad de lo que se viene? ¿Es para tanto?
Una vez, hace mucho (todavía estaba en el colegio), una amiga me preguntó si pensaba que Martín era el hombre de mi vida, si creía que me iba a casar con él en un futuro, si íbamos a estar juntos para siempre. Me acuerdo "patente" mi respuesta mientras dábamos vueltas por el patio del colegio:
-No sé que va a pasar. Es imposible saberlo. Pero hoy creo que voy a estar con él toda mi vida, hoy siento que es para siempre. Porque si no lo pensara así, dejaría de estar con él ahora –le contesté segura.
Siempre tuve eso en la cabeza. Yo lo elegí a Martín cada día de mi vida durante los últimos 10 años. Nunca seguí porque sí. Cada vez que surgió algo me pregunté:
-¿Qué quiero hacer?
Y me respondí:
-Hoy quiero estar con él y hoy quiero estar con él para el resto de mi vida.
Así avanzamos y así seguimos. Seguros de que nos complementamos, de que nos hacemos bien. Convencidos de que queremos seguir juntos para siempre. A punto de dar el gran salto.
¿Ustedes cómo se toman el para siempre? ¿Las asusta? ¿Se lo creen o no pueden pensar en el largo plazo? ¿Cuándo se dieron cuenta que la persona con la que están era el hombre con quien querían compartir su vida?
¡Beso grande a todas!
Mery Bride merybride@gmail.com
P.D.: Estuve eligiendo las lecturas, intenciones y demás detalles de la ceremonia religiosa. Les dejo la copia del consentimiento (sería algo así como nuestros votos) que más me gustó.
Yo, NN, te recibo a vos NN como esposa/o y prometo serte fiel
tanto en la prosperidad como en la adversidad,
en la salud como en la enfermedad,
amándote y respetándote durante toda mi vida.
Porque quiero compartir con vos todos los tiempos,
tanto los buenos como los malos;
alentarte sin empobrecerte y acompañarte sin imponerme,
y elegirte y amarte como hoy todos los días de mi vida.
NN, recibí este anillo como signo de mi amor y de mi fidelidad.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, amén.