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Los acordes de La Marsellesa llegan a todas las latitudes

Una de las canciones más conocidas, el himno francés, tuvo numerosas versiones, desde una reggae hasta otra punk




El miércoles próximo, 14 de julio es el día de la toma de La Bastilla, fiesta nacional de Francia. En todo el mundo, esta fecha está asociada también con La Marsellesa, el himno nacional francés, que fue durante mucho tiempo -y lo sigue siendo- un símbolo de libertad supranacional. De todos los símbolos que tiene cada país del mundo, La Marsellesa es quizás uno de los más conocidos en todas las latitudes, y basta que suenen sus primeros acordes para que ya sea reconocida.
Como otras canciones revolucionarias, tiene una historia rica en curiosidades y anécdotas. Y la primera de ellas es que esta canción que simboliza el 14 de julio y el inicio de la Revolución Francesa no existía cuando se produjeron aquellos hechos. En realidad, La Marsellesa fue escrita el 25 de abril de 1792, tres años después de la toma de La Bastilla. Su primer título fue el belicoso Chant de guerre pour l´armée du Rhin (Canto de guerra para el ejército del Rin). La letra de la canción recuerda su primera función, que fue acompañar a los soldados que caminaban hacia los campos de batalla. Es incluso uno de los himnos nacionales más guerreros del mundo.
La Marsellesa había sido encargada por el entonces alcalde de Estrasburgo a un oficial del ejército, Claude Rouget de Lisle, al que le pidió un tema para acompañar a las tropas que combatían en las campañas contra los príncipes germánicos. En una sola noche se compuso la música y fueron escritas las seis primeras estrofas. Un famoso cuadro de Isidoro Pills, pintado en 1848, recuerda el momento en que Rouget de Lisle interpreta su canción frente al alcalde, en una atmósfera febril de patriotismo, que debe recrear con cierta fidelidad la escena, ya que fue compuesta durante otro año revolucionario y las mentes debían estar tan exaltadas como en 1792.
Junto con otros temas, el Canto de guerra para el ejército del Rin fue impreso y distribuido a lo largo y a lo ancho de Francia. Llegó así hasta la remota ciudad de Marsella, en el Sur, donde una tropa de reclutas revolucionarios la adoptó como canto de marcha en su largo viaje a pie, de Marsella a París. Durante este trayecto, la canción fue escuchada y apreciada por poblaciones civiles, y se la bautizó con un nuevo nombre, La marche des Marseillais (La marcha de los marselleses). A su llegada a París en julio, la canción ya era un increíble éxito popular y las autoridades del régimen de la Convención decidieron darle más difusión para asociarla con el movimiento revolucionario. Su suerte definitiva fue sellada en la batalla de Jemmapes, en noviembre de 1792, cuando la melodía fue arreglada por un compositor académico y se agregó una séptima estrofa (hoy se cantan y se conocen sólo la primera y la última).
La Marseillaise fue un éxito duradero en todo el imperio napoleónico, antes de ser prohibida durante la Restauración y rescatada en el breve episodio de la II República. Hubo que esperar hasta 1879, casi cien años después de la toma de La Bastilla, para que fuera oficialmente proclamada como el himno nacional de Francia.
Su primer éxito internacional se lo ganó en Rusia, cuando la adoptaron los revolucionarios de 1917. La película Casablanca hizo también mucho a favor de su promoción.
Hoy, luego de 125 años al servicio de la república francesa, el himno perdió en solemnidad, pero ganó en afectividad. Está lejos el tiempo en que alumnos de las escuelas eran castigados si agregaban un irrespetuoso pied de cochon al final del estribillo (... qu´un sang impur, abreuve nos sillons...).
Sin embargo, no hace tanto estuvo ligada a varios escándalos. En 1979, el cantante popular Serge Gainsbourg grabó una versión en reggae del himno. Prohibida en la radio durante un par de meses por las autoridades, el éxito popular le valió la venta de cientos de miles de placas. El escándalo, sin embargo, no era tanto por haber vestido su melodía de reggae, sino por haber abreviado el estribillo.
El conjunto punk francés Oberkampf fue más lejos todavía y grabó una versión con gritos de animales y guitarras eléctricas. No era la primera vez que La Marsellesa incursionaba en el rock, ya que sus acordes iniciales sirvieron de introducción al tema All you need is love, de los Beatles. Más recientemente, el ex tenista y actual cantante pop Yannick Noah presentó una versión pacifista de La Marsellesa. No cambió una sola nota de la melodía, pero sí toda la letra para ponerla de acuerdo con el símbolo de paz y la universalidad que se ganó durante sus dos siglos de existencia. Otros tiempos, otras mentalidades, si bien esta versión -cuyo estribillo decía O rêves (Oh sueños) en lugar de Aux armes (A las armas)- no fue un éxito duradero ni provocó ninguna revolución...

Para escuchar:

  • Aux armes etc - Serge Gainsbourg, Philips - Mercury, 1979 (reedición de 2003)
  • Intégrale - Oberkampf, Remedy Records (reedición de 2001)
  • Live - Yannick Noah, Sony Music, 2002
  • Anthologie - Django Reinhardt, Blue Note, 2004 (con una excelente versión swing del inolvidable guitarrista de jazz)
Pierre Dumas

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por Redacción OHLALÁ!


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