

FRIBURGO.- El Estado federal de Baden-Württemberg tiene muchos rostros. Su economía es floreciente, sus productos gozan de fama mundial, es meta predilecta de turistas y posee una gran tradición espiritual. Con una superficie de 35.752 kilómetros cuadrados, linda con Francia en una extensión de 200 kilómetros y con Suiza, en una longitud de 334 kilómetros.
En esta ciudad, Gottfried Daimler y Karl Benz construyeron el primer automóvil; el conde Zeppelin nació en esta tierra y el dirigible que lleva su nombre también partió de aquí. Otro acontecimiento que enorgullece es que el reloj cucú se difundió desde esta zona hasta todo el mundo. Además, en esta región nacieron Friedrich Schiller, Hölderlin, Hegel y Heidegger, Kepler y Einstein. Cuenta con el mayor número de universidades de Alemania y, por cada mil habitantes, ocho trabajan en la investigación.
Todo el Estado posee una red de rutas para caminar que supera los 50.000 kilómetros, mucho más extenso que dar la vuelta al globo, a la altura del ecuador.
Ciudad matrioska
Como en las matrioskas rusas, dentro del Estado de Baden-Württemberg se abren otras sorpresas, cada una más subyugante.
Tres son las grandes regiones inmersas en su territorio: la Selva Negra, con 160 kilómetros de largo por 60 de ancho; Friburgo, la capital, que tiene una catedral, donde en el año 1200 se comenzó a construir la más bella torre de la cristiandad. Además, aquí también está la prestigiosa universidad donde impartió clases de filosofía Martin Heidegger.
Se suma el valle del río Neckar, bañado de viñedos, junto con la romántica Heidelberg, sede de la Universidad más antigua de Alemania. En esta región encantada se alza el magnífico castillo medieval de los Hohenzoller, fundadores de Prusia.
El lago de Constanza y Suabia meridional constituyen la tercera sección del Estado de Baden-Württemberg, que está atravesado por 20 rutas turísticas. La más apasionante es la del tren que se ensambla con la de los relojes.
El tren y los relojes
El viaje se realiza en el Schwarzwaldbahn (tren de la Selva Negra) entre las poblaciones de Offenburg, al Norte, y Singen, cerca del lago de Constanza, a 320 kilómetros de distancia. El tendido es obra del ingeniero Robert Gerwig y fue inaugurado en 1873.
Este tren de montaña fue modelo para el que se instaló en San Gotargo, en los Alpes, en Berna y en otros tantos lugares de los Estados Unidos, Nueva Zelanda y Perú. Desarrolla una velocidad de 70 km por hora y circula tanto en verano como en invierno. Al encanto de los floridos valles se suma la sugestión de los paisajes nevados. Atraviesa 39 túneles y un viaducto. Escala una pendiente de 660 metros y la subida más escarpada es de 448 metros, en una distancia de sólo 11 km, que se realiza entre Hornberg y St. Georgen. Durante el recorrido se suceden interesantes poblaciones como Gutach, que posee el más maravilloso conjunto de antiguas casas, el Museo de Costumbres y Trajes y la fábrica de los típicos Bollenhut. Estos son sombreros de terciopelo, adornados con pompones de lana roja, si la que lo lleva es soltera y negra, si es casada.
Pero, en esta fascinante ruta, el viajero debe hacer un alto en Triberg, situada a 1000 metros de altura. Allí comenzará la intensa caminata de 200 km por la llamada ruta de los relojes. La comida de la zona es suculenta: trucha rellena de hongos frescos, ciervo con crema de enebro y hongos del bosque o las populares costillas de cerdo ahumado.
Al compás del tiempo
Con un poco de suerte aún se puede ver a los vendedores de relojes Uhrenträger que, como desde la Edad Media, llegan caminando hasta Praga. Ya no ofrecen sus mercancías, sino que llevan el equipaje del turista hasta la próxima posta, anticipando su llegada. La ruta de los relojes se puede realizar en tres, cinco o nueve días con sus correspondientes noches en los hoteles identificados con el nombre Selva Negra sin equipaje . El trayecto más largo, de 200 km, tiene un costo de 400 dólares, incluido alojamiento en habitación doble, desayuno y cena de jamones ahumados con maderas de enebro y ricos licores.
En esta intensa caminata el turista visitará el museo de Furtwangen, que posee una colección de relojes típicos antiguos. Se deleitará con cascadas y casas ornamentadas con murales. Ya de regreso a Triberg, el lugar donde inició su paseo, volverá a tomar el tren de la Selva Negra que lo transportará a otro paraíso, el lago de Constanza.
Datos útiles
Cómo llegar
- El aéreo a Francfort, ida y vuelta, cuesta alrededor de 1400 dólares. El tren desde Francfort a Offenburg, alrededor de 100 dólares, mientras que el pasaje en el Tren de la Selva Negra, desde Offenburg hasta el lago de Constanza, vale 105 dólares.
Alojamiento
- Una habitación doble en un hotel tres estrellas vale entre 40 y 115 dólares; en uno de cuatro, alrededor de 95 dólares y en uno de cinco, hasta 220 dólares.
Más información
- Embajada de Alemania, Villanueva 1055, de lunes a viernes, de 8.30 a 11.30;Tel. 4778-2500
En Internet
Olga Costa Viva
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