
Los trazos de la elegancia se cruzan en Goya y Velázquez
Tal como se observa en esta tradicional esquina del barrio de Salamanca, todas sus calles son más ordenadas que en otros rincones madrileños
16 de abril de 1999

MADRID.- En un salón de té del barrio de Salamanca, dos madrileñas de las que dejan el aire impregnado de perfume al pasar conversan ininterrumpidamente en tanto encienden un cigarrillo y lo acomodan entre los dedos cargados de anillos de oro. Parecería que las palabras quemaran sus lenguas y sólo las mitigan con bocanadas de humo. Lo cierto es que no están apuradas, después de todo están tomando un té. Mencionan a Goya, luego a Velázquez, después los relacionan, y hasta es posible que confundan a algún turista desprevenido porque tal vez no se refieran a los grandes maestros de la pintura española, a las concurridas salas del Museo del Prado, ni a sus clases de pintura, es más probable que en ese distinguido salón estén intercambiando datos sobre las últimas tendencias de la moda. Es que en Salamanca, Goya y Velázquez son dos calles que confluyen para rendir culto al arte, con sus nombres, y a la alta costura con las tiendas. Como todos los rincones de Madrid, éste también tiene su historia. Fue creado en el siglo XIX para ensanchar la ciudad porque ya no había lugar para todos. Los espacios eran cada vez más reducidos y había quienes pasaban sus días hacinados. Este crecimiento se debía a la fuerte emigración del campo a la ciudad, como consecuencia de la tardía Revolución Industrial. Las líneas ferroviarias que fueron tendidas hacia Madrid llegaban cargadas de jornaleros, burgueses y nobles en busca de nuevos horizontes.
Este barrio de aire señorial, impulsado por el malagueño marqués de Salamanca, banquero y político, no cumplió con el propósito original de descongestionar la ciudad, pues a corto plazo se convirtió en el sector de la aristocracia. La vivienda era excesivamente costosa. Fue así como el resto de los habitantes se fue instalando en núcleos fuera de los límites de Madrid.
La elegancia, todo un arte
A diferencia del Madrid medieval o de los Austrias, el trazado de las calles de Salamanca es ordenado. Las calles y avenidas son simétricas, más anchas y se cortan perpendicularmente.
La planta baja de los edificios, que alojó a los obreros que servían a los burgueses que ocupaban los pisos superiores, en la década del 40, se convirtió en grandes y pequeños comercios de lujo: galerías de arte; elegantes cafeterías; las firmas más cotizadas del mundo de la alta costura; además del símbolo del consumo español, El Corte Inglés, con dos sucursales. Muchas veces estos shoppings de aire británico con sello español son para los madrileños un punto de referencia geográfico. Si uno se desorienta alguna voz amigable explicará: Haz tres cuadras, pasarás por El Corte Inglés y gira a la izquierda. En Serrano, cerca de la plaza de Colón, está la elegante tienda inglesa de cinco pisos Marks and Spencer. Frente a los negocios, también hay puestos callejeros que ofrecen imitaciones para los que salen de paseo por la zona y evitan cruzar el umbral de los negocios más cotizados de la moda, como Kenzo, Armani, Gianni Versace, Louis Vuitton, Chanel, Hermés y Escada, que están concentrados en la avenida Ortega y Gasset, a pasos de Serrano. De más está decir que los precios son muy altos.
En Goya, las innumerables vidrieras ofrecen más oportunidades para hacer compras y vestirse a la española, que sin duda es como hacerlo a la argentina.
En medio de toda esa parafernalia de ropa y calzado, señoras con largos tapados que pasean a sus perros peinados; hombres de pipa y bastón; adolescentes uniformados que salen de la escuela haciendo bulla; desde lo alto de la iglesia de la Purísima Concepción, coronando la torre, la escultura de la Virgen, escoltada por cuatro ángeles en su parte inferior, custodia la convulsionada avenida. La iglesia data de 1914 y representa una de las últimas manifestaciones del movimiento neomedievalista de Madrid.
Galerías y paseos
Si la idea es conocer algo más que los lujosos comercios de Salamanca, hay lugares que merecen una visita. Las galerías de arte, por ejemplo, que convierten el barrio en una muestra permanente. Las más importantes están sobre Claudio Coello, desde la altura 10 hasta el 30. Allí están Aele, Alcolea, El Coleccionista, Heller, Oliva Arauna, Rayuela, Sokoa y el Supermercado del Arte. Sobre Serrano, Hermosilla y Villanueva también hay más. La debilidad de este barrio por el arte también puede apreciarse en las salas de la Fundación Juan March, uno de los centros culturales con más vida de la capital; la Fundación Caixa de Pensiones, que tiene en su haber una muestra de Modigliani; la Biblioteca Nacional, y el Centro Cultural de la Villa. Algunas calles también tienen lugares para detenerse. En Claudio Coello al 25, entre las galerías de arte, una placa recuerda el lugar donde murió el poeta del amor y del dolor, Gustavo Adolfo Bécquer. En la avenida Príncipe de Vergara, hay dos colegios enfrentados, el de las Ursulinas y Nuestra Señora del Pilar, que fue concebido en un principio para que las niñas pobres pudieran estudiar para ser maestras e institutrices.
Este imponente edificio de estilo neogótico al fin fue cuna de políticos y escritores. Pasaron por sus aulas Juan Luis Cebrián, el fundador del diario El País y el presidente José María Aznar.
Quien quiera visitar el palacio del Marqués de Salamanca se encontrará con una sede del Banco Hispano Hipotecario, entre otros elegantes palacetes de la misma época que pueblan el área del Paseo de los Recoletos. Antes de que éstos fueran erigidos, este sitio era el elegido por los madrileños como paseo dominical. Había edificios antiguos, que finalmente fueron demolidos, y varias filas de árboles donde la gente permanecía al aire libre, con sus reposeras después de la misa. Actualmente, el barrio continúa siendo un paseo, aunque mucho más burgués que el sueño propio del marqués.
Para agendar
Sala de exposiciones
- Centro cultural de la Villa: funciona en la plaza de Colón. Abierto todos los días, de 10 a 21, salvo los domingos y feriados, que abre de 10 a 14.
Cierra los lunes; 91-575-6080.
- Fundación Juan March: está en Castelló 77. El horario de atención es de 10 a 14 y de 17.30 a 21. Los domingos y feriados; por consultas, llamar por el 91-435-4240.
- Fundación La Caixa: Serrano 60. Funciona de 11 a 20; los domingos y feriados, de 11 a 14.30; y los martes está cerrado; más datos por el 91-435-4833.
- Fundación Banco Central Hispano: Marqués de Villamagna 3. Atiende de 11 a 14 y de 17 a 21; domingos y feriados, de 11 a 14.30; los lunes permanece cerrado.
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