En mi post consumista semanal, confieso: Me enamoré de una guitarra.
Sí. A primera vista. No es una guitarra cualquiera.
Es eléctrica, rosa y de Hello Kitty. Te juro que te dan ganas de aprender a tocar...
La historia de siempre. La ñata contra el vidrio, y sigo camino diciéndome: "Dale, ¡qué te vas a comprar una guitarra de Hello Kitti! Madurá."
Sí. A primera vista. No es una guitarra cualquiera.
Es eléctrica, rosa y de Hello Kitty. Te juro que te dan ganas de aprender a tocar...
La historia de siempre. La ñata contra el vidrio, y sigo camino diciéndome: "Dale, ¡qué te vas a comprar una guitarra de Hello Kitti! Madurá."
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