
La cocina maltesa, igual que la identidad de los habitantes de ese archipiélago, está impregnada de los sabores de las diversas culturas que influyeron en la isla durante casi seis milenios de historia. Si bien todos los restaurantes sirven comida internacional, especialmente de la cocina italiana y francesa, vale la pena probar las especialidades maltesas. Entre ellas, el guiso de conejo o stuffat tal-fenek , o bien el conejo con ajo al vino, que tienen un sabor salvaje y novedoso para los paladares porteños, tan acostumbrados a la carne vacuna. El precio de estos platos oscila entre 6 y 12 dólares.
La sopa de las viudas es otra comida típica y muy casera, hecha con huevos, vegetales, fideos y queso: ideal para el invierno. Como es de esperar en una isla, el pescado fresco es un clásico de la dieta maltesa. El lampuki , una especie local de carne blanca y firme, con vegetales, es una buena opción, 5 dólares. La cercanía de Italia se percibe en la variedad de pizzas y por los platos de maccherone y spaghetti con diversas salsas, 3,50 dólares. Por las tardes, en el café Cordina, los pastizzi son los bocados con más salida. De origen turco, son masitas de hojaldre rellenas de ricota y queso, 1 dólar. Es posible comer mariscos en varios restaurantes, pero nunca tan deliciosos y abundantes como en Ta Grabiel, en la zona de La Valletta.
SEGUIR LEYENDO


Lanzamos Wellmess, el primer juego de cartas de OHLALÁ!: conocé cómo jugarlo
por Redacción OHLALÁ!

Gala del Met: los 15 looks más impactantes de la historia
por Romina Salusso

Kaizen: el método japonés que te ayuda a conseguir lo que te propongas
por Mariana Copland

Deco: una diseñadora nos cuenta cómo remodeló su casa de Manzanares
por Soledad Avaca Cuenca
