
Mi amigo Matu dice que las mujeres somos un espanto, el horror mismo, que no da que nos contemos todo (hasta los más ínfimos detalles).
-¿Entendés que todas las amigas de mi ex saben de qué tamaño la tengo, cada cosa que le dije, cada grito que nos dimos? ¿Vos te creés que yo hablo de esas cosas con los chicos?
-¿Qué tiene de malo eso? Ustedes hablan cualquier cosa de las minas hasta que se convierten en la novia o la mujer. Ahí se corta todo. Mucho más inmaduro es eso. ¿Qué onda, con las minas sí con mi mujer no? Debe ser la raíz de muchos problemitas, te digo…
Matu se queda pensando pero mi argumento no lo convence.
-No sé, son jodidas las minas.
-Vos estás un poco resentido todavía...
Y después agrega que las relaciones de amistad entre mujeres no son tan auténticas como las de los hombres. Ahí es donde me vuelvo loca y entramos en una discusión acalorada. Mis relaciones con mis amigas son lo más cercano a la hermandad que conozco, fidelidad absoluta, confianza total.
-Entre minas se hacen y dicen cosas que no dan ni un poco, Sofía. Una se da vuelta y le empiezan a dar con un caño. Entre hombres eso no pasa. Cero lealtad, unas incoherentes…
-Entre hombres no pasa porque no hablan, nene. Vos te separaste y cuando estabas tirado en la cama llorando como un perro me llamabas a mí. Los muchachos un amor, pero lo único que hacían era llevarte a jugar un fulbito.
-Era lo que yo necesitaba en ese momento.
-¿Y entonces para qué me llamabas?
-Para hablar. Porque necesitaba hablar…
-...
Queda clarísimo. Vienen de Marte y nosotras de Venus. O Júpiter o algún lado. Pero ¿quién los entiende?
SEGUIR LEYENDO


Lanzamos Wellmess, el primer juego de cartas de OHLALÁ!: conocé cómo jugarlo
por Redacción OHLALÁ!

Gala del Met: los 15 looks más impactantes de la historia
por Romina Salusso

Kaizen: el método japonés que te ayuda a conseguir lo que te propongas
por Mariana Copland

Deco: una diseñadora nos cuenta cómo remodeló su casa de Manzanares
por Soledad Avaca Cuenca
