–¿El viaje más trascendente de tu vida?
–Creo que a los 12 años hice mi primer viaje lejos de mis padres, a El Bolsón. Fui en verano y los dos meses que me quedé ahí me sirvieron para conectarme totalmente con la naturaleza. La posibilidad de explorar a esa edad fue determinante para el futuro.
–¿Un teatro del mundo?
–La Opera de París. Sentarse en sus butacas y dejarse llevar por la historia de los artistas que actuaron en esa sala me llena de satisfacción.
–¿Tres características del viajero virtuoso?
–Tener mucha información de cada lugar que visitás, la capacidad de sorprenderse en cada aventura y ser amable con los habitantes locales.
–¿Cuál es tu ciudad favorita?
Tengo varias: París, Viena, Roma, El Cairo.
–¿Un pueblo de la Argentina al que te gustaría volver?
–Muchos, pero si tengo que elegir, me encantaría regresar a Mallin Ahogado (El Bolsón).
–¿Un mercado que recuerdes especialmente?
–No sé si un mercado en particular, sí me encantan las ferias artesanales de todo el mundo.
–¿Una decepción como viajero?
–La ansiedad de querer hacer todo en tan poco tiempo. Uno es responsable de sus alegrías y decepciones como viajero.
–¿Te gusta viajar solo?
–Sí, me gusta viajar solo, por el tiempo que uno se dedica a conocer, todo lo que ves es un regalo para tus ojos.
–¿Cómo te considerás como compañero de viaje?
–Aventurero, explorador, gracioso. Me gusta que las personas que viajan conmigo se diviertan y disfruten las mismas cosas que yo.
Sin rumbo
"Salí un día cualquiera sin dirección fija en un auto sin saber adónde, ni cómo ni cuándo, y así llegué y conocí por dentro la hermosa tierra uruguaya: sus campos, sus rutas ondulantes, sus morros, sus costas y su gente maravillosa. Es un viaje que emprendo todos los años y que amo hacer solo o acompañado, siempre con la certeza de que algo maravilloso va a suceder cada vez."
Sergio Surraco