Les escribo desde Ezeiza. Mi padre ya se fue para casa. Los chicos se quedaron contentísimos y me despidieron con una frescura sorprendente. Yo moqueé un poco en el auto pero enseguida me repuse.
El check in siempre me pone nerviosa, aunque JAMÁS tuve un problema. Vine con muy pocas cosas y espero volverme con muchas.
Veo gente con todo tipo de expresión. Algunos felices por irse de vacaciones. Un par, acá al lado, apretando a lo pavote (se irán de luna de miel). Tipos de traje (qué incomodidad!) con su bolsito mini (qué placer ni despachar valija).
Niñitos que corren. Y gritan. Y sus padres. Que los retan.
Y yo sola, empezando a disfrutar no tener a nadie en este viaje.
Les mando un beso.