Mejor que Disney: conocé la ruta de los castillos de Alemania
19 de junio de 2018 • 14:09
Mejor que Disney: los castillos medievales europeos. Castillo de Fussen - Créditos: gentileza Denise Tempone
Muchos de los cuentos de hadas provienen de las aldeas medievales alemanas que se agrupan en "La ruta de los castillos". Podés hacerla en tren, en auto o en bici.
Cuando pensamos en Alemania, solemos pensar en tecnología, industria y modernidad. Sin embargo, el espíritu alemán es profundamente romántico. El punto estratégico para comenzar a explorar esa faceta, es el sudeste de ese país, especialmente los estados de Baviera y Baden-Württemberg. La también llamada "ruta de los cuentos de hadas" mide 372 kilómetros, lo cual se traduce en 5 horas y media de conducción contigua. Durante ese recorrido, los castillos suceden a los valles, a los bosques y a las praderas y te hacen preguntarte qué sentido tiene ir a Disney cuando podés recorrer las locaciones verdaderas de los cuentos de tu infancia.
Rutas fáciles que hasta podés hacer en bici
Castillo de Neuschwanstein - Créditos: Pixabay
Como todos los circuitos alemanes, las rutas de esta región son un placer: fáciles de entender y de transitar a toda hora. Se pueden recorrer en auto, en bicicleta o seguir por tren. En verano, los alemanes aman combinar estos dos últimos transportes y es perfectamente posible: todos los trenes tienen vagones que te permiten llevar bicicletas, por lo que podés alternar cuando te cansás o cuando el camino se complica.
Aunque las distancias sean chicas, es recomendable dedicarle una semana o diez días a hacer el recorrido con tranquilidad. La idea es disfrutar de todo: de la comida, de bañarse en los lagos (¡los alemanes se bañan desnudos!), de las flores y de las siestas bajo los árboles centenarios.
Es interesante además aprovechar el viaje para dejarse impregnar por la historia de la Europa más antigua y entender la importancia estratégica de esta zona, una de las más rica del continente desde hace siglos. Por esas mismas rutas circulaban los famosos feudales y terratenientes que estudiabas en el colegio. De hecho, muchos de los castillos que vas a visitar, todavía pertenecen a esas mismas familias, dueñas de los caminos, el único medio de comunicación que existía por entonces.
Qué castillos visitar
Castillo de BurgEltz - Créditos: gentileza Denise Tempone
El circuito cuenta con tres decenas de posibles paradas ¡de nombres imposibles! que representan el romanticismo alemán. Todos son hermosos pero hay algunoas que no son extra especiales.
Desde el norte hasta llegar a Neuschwanstein. Tené en cuenta que en general, se recomienda empezar desde el norte para ir bajando y terminar con la cereza del postre que es el castillo de Neuschwanstein, el palacio más fantástico del recorrido. Para ser exactos, su construcción no responde a la era medieval sino al momento romántico, en el que los alemanes buscaron reflejar ciertos ideales estéticos de forma exagerada. Eso es parte de su encanto: su majestuosidad es digna de una caricatura. Llévate lindos vestidos, vas a traerte las mejores fotos de tu vida.
Arrancá en Würzburg. Pero antes antes de pensar en ese final, disfrutá el paseo. Por su aproximación con el aeropuerto de Frankfurt, Würzburg suele ser la ciudad ideal para empezar el circuito, la única más o menos grande que vas a pisar en este recorrido. Es adorable, romántica y te va a parecer super amigable.
Seguí por los pueblos cercanos. Sin embargo, es enorme al lado de todo lo que te espera: pueblitos que parecen maquetas y aldeas amuralladas. Tauberbischofsheim, Lauda-Königshofen y Bad Mergentheim son los primeros lugares en dirección al sur que empezarán a mostrarte de qué va este viaje. Tienen sus viñedos, sus casitas encantadas, lugares para pedir deseos y el último en particular, cuenta también con manantiales de propiedades, dicen, curativas.
Otras paradas como Creglingen y Rothenburg ob der Tauber. Revelan por completo cómo era vivir en la edad media. Están atravesados por senderos para ciclistas así que si te decidís por este medio de transporte, tenés asegurado tu paso por los principales atractivos. Si vas en invierno, Navidad, es un gran momento. El viaje es distinto pero no menos soñador. Los mercadillos, la decoración y hasta los aromas (el vino caliente con anís se apodera de todo) te van a dar un perfecto panorama de cómo se viven las fiestas en esa parte del planeta.
Una ciudad construida sobre un cráter
Castillo de Draggen - Créditos: gentileza Denise Tempone
La sorpresas en este circuito no paran nunca. Para entrar a Dinkelsbühl y Nördlingen hay que pasar una auténtica muralla. Y como si eso no fuera fascinante de por sí, esta última ciudad además tiene una particularidad asombrosa: se encuentra construída sobre un cráter de 26 km producido por un asteroide que impactó hace 15 millones de años.
Hacia el sur aún tendrás más de dos decenas de lugares para explorar. El punto es desembocar en Füssen, justo en la frontera con Austria. Füssen es el perfecto resumen de todo lo que esta ruta tiene para ofrecer. Queda a pocas horas de Munich por lo cual podés permitirte salir de la ruta y conocer la ciudad más cara y elegante de Alemania. Si bien Munich es moderna y actual, representa de alguna forma la aspiración a la majestuosidad y la elegancia que caracterizaron al país en cierta era y eso la linkea los aire de grandiosidad de su castillo vedette, el Neuschwanstein. Para cerrar este viaje, no dejes de probar la torta "selva negra" en el bar de la torre del castillo, con vista a los valles austríacos. El detalle no es menor: la torta lleva el nombre de la región en la que fue creada, que queda a muy pocos kilómetros de donde la estarás disfrutando.
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