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Mendoza echa leña en los Andes

Hay centros invernales que son especiales para hacer tablas y que se dejan probar en cada bocado




VALLE DE LAS LEÑAS.- Ya pasaron algunas figuritas de los shows de la pantalla chica y la fiesta de Direct TV, en lo alto del restaurante La Cima. Los fuegos artificiales iluminaron la inacabable tersura blanca -en la madrugada del domingo último-, pero tanta pirotecnia no logró entibiar el sólido apisonado de nieve de la base, que se calcula de un metro de espesor.
Hasta ahora, las legiones de esquiadores que pasaron por este centro de esquí mendocino retornaron a sus casas con una amplia sonrisa. La nieve no cedió, pero sí el mal tiempo con soleado paréntesis en los cuatro primeros días de la temporada. La nieve pisada en la base era de 60 centímetros y abrieron progresivamente todas las pistas.

La largada

El 16 del mes último fue la jornada inaugural de la temporada -y sin cargo en los medios de elevación-, pero los cómputos de los tres días siguientes de ese fin de semana largo, registró 2500 esquiadores por jornada. La cifra superó a otras estaciones de esquí. Aunque en Chapelco y Catedral no hubo nieve suficiente en las faldas inferiores, Alta Patagonia logró 3000 esquiadores en la jornada inaugural.
Bajó a 2000 al día siguiente y a 1000 el lunes feriado, en que el mal tiempo y la falta de visibilidad acobardaron a muchos. En total, ese primer paso sumó 6000 prestaciones día-esquiador contra 3000 que sumó Chapelco, tampoco con muy buena meteorología.
Las Leñas agregó un estadio de tubbing , una modalidad para echarse sobre gomones forrados de tela plástica y que resulta vertiginosa. La infortunada experiencia de años atrás, acumulada sobre todo en el área Marte, que no es precisamente una pista, decidió a Valle de las Leñas SA a exigirse el cierre y la anulación de los lugares libres. Con buena nieve y con muy experimentados instructores, podrán experimentarse paseos que requerirán los más serios recaudos.

Avalanchas que no hacen daño

Ya funcionaban tres explosores mecánicos -por sobre el área de Neptuno- para provocar avalanchas, fuera del horario de la actividad deportiva y durante las grandes nevadas. Esta maniobra logra producir avalanchas de manera controlada y apenas se producen las grandes acumulaciones.
Desde lo alto del macizo Los Fósiles, adonde arriba la aerosilla más aérea -Marte- y corona la cumbre el poma Iris, se llega a la ladera que baja de manera espectacular hacia Vulcano.
Allí se estrenó una gruesísima y metálica trompa de elefante que no es otra cosa que el gran cañón que deflagra una mezcla de oxígeno y de propano detonada por expertos desde la base, electrónicamente.
La orden trepa la montaña hasta la antena de la casilla que abre las válvulas de gases y luego operará la explosión que cae sobre un área de 100 metros de radio y produce la avalancha provocada.
La operación se repite, de ser necesario, varias veces, siempre que la acumulación obligue a tomar medidas de previsión. En las zonas de seguridad se cierran las áreas con poca visibilidad, porque es más saludable perder un día de esquí que la propia vida. Las decisiones las toma el gerente del valle Roberto Thostrup y las ejecuta Coco Torres, dos experimentados hombres de la montaña.

Para comer hay buenas pistas

No todo funciona en esta aldea de montaña, ya que no han abierto los restaurantes Pirámide Ramona y El Refugio. Pero sí ya lo hizo Brasero, con platos sustanciosos a 7 pesos (milanesas con papas fritas, canelones o sorrentinos).
En el autoservicio se consigue guiso a la borgoña y hasta lomo a La Strogonoff. En la altura funciona La Cima -minutas y fast food- y para las vacaciones de invierno prometen abrir el legendario Bacus, con comidas sencillas, y Elurra, al que se llega por la telesilla Minerva.
La comida de alto nivel está en los restaurantes Cuatro Estaciones e Il Legno, del hotel Piscis.
Pero lo novedoso en materia de hotelería está en Aries, un emporio de confort en un área diferenciada de la aldea principal y con un pomita que conecta al poma mayor Urano, desde donde se puede conectar a la aerosilla Vulcano y a todo el llamado sector Dos del Cerro.
En Aries las habitaciones son más amplias que en Piscis y está a un costo promedio de 60 pesos por persona con desayuno. "Lo que intentamos es brindar una atención mucho más personalizada", asegura Jorge Barrios, el gerente de hoteles. Su supervisor, Domingo Franchetti, gerente general y de la familia inversora, pondera los demás servicios del hotel, pero se detiene en el nivel de las comidas y en su precio, que promedia los 15 pesos.

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por Redacción OHLALÁ!


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