Meriendas y picadas legendarias en el Sur

La primera parada meriendística nos lleva a los famosos kilómetros de la avenida Bustillo. En el kilómetro 20, en la península de San Pedro, funciona un clásico salón de té llamado Paila-Co. El lugar, atendido como un relojito por sus dueños germanos, tiene una vista increíble sobre un jardín soñado para dar vueltas como la Novicia Rebelde y un menú con casi una decena de variedades de tortas caseras, waffles y licuados. Se rumorea que el lemon pie de Paila-Co es uno de los mejores que se gestaron desde la noche de los tiempos, pero las canastitas saladas tampoco son para despreciar. Todo viene servido en vajilla decorada a mano con obsesividad suizo-alemana o viceversa. En cuanto a precios, un par de porciones de torta con sus licuados respectivos cuestan cerca de 200 pesos.

A dos kilómetros de Paila-Co se encuentra otro hit en la materia: la casa de té galés Equs, que sigue el protocolo de la merienda del imperio, con scones, tartas dulces y la clásica torta galesa. Mientras uno toma el té (hay un tea bar para acodarse en la barra y contarle los problemas al cantinero, que en vez de whiskies sirve tazas con hebras), los encargados de Equs se ocupan de contar a los comensales el origen de los galeses en la Patagonia, reviviendo sus periplos y aventuras.

Siempre sobre Bustillo se puede seguir hasta el kilómetro 25 y trepar la cuesta del clásico hotel Llao Llao. La merienda es una excusa de cabotaje para conocer, por sólo 270 pesos por persona, las fauces del gran hotel barilochense. La tarifa habilita a un gigantesco buffet dulce y salado en el llamado Winter Garden, un salón vidriado que oficia de invernadero de tortas, tarteletas, jugos, infusiones y sándwiches de salmón. "Son imperdibles la torta Llao Llao, con chocolate en tres texturas, los scones y los alfajores con masa de piñones, bañados en chocolate", da fe el chef ejecutivo del hotel, Federico Domínguez Fontán.

Otra reseña merece, en el kilómetro 24,6 de Bustillo, la casa de té Bellevue, atendida por Karin Geczynski y su buen hijo Rolf Leo. Se sabe que el cheesecake de frambuesa de este lugar es el mejor de Bariloche. También acompañan los vinos, las cervezas, los ahumados, quesos y panes caseros. La vista, de fondo, regala lo mejor del lago Moreno y el cerro Tronador. Ideal para ir a ver el atardecer. Sólo cierra los martes.

Luego, bajando por Bustillo hasta el kilómetro 11,5, está el hotel El Casco, que durante los años 70 fue una famosa hostería manejada por los barones alemanes Alfred y Ruth von Ellrichshausen. Comprado décadas más tarde por el empresario y curador Ignacio Gutiérrez Zaldívar, que lo convirtió en un hotel de arte, con más de 500 pinturas y esculturas de artistas locales, este sitio también es ideal para tomar el té. Sentarse en el lobby, con la vista puesta en el Nahuel Huapi, es la experiencia previa al embuche de la especialidad de la casa: la torta El Casco, de chocolate y praliné de avellanas. Tampoco es para despreciar la fondue de chocolate -cuesta 200 pesos-, para dos personas, que pueden acompañar el sacrificio al oro negro con distintas variedades de té o con un servicio de mate que incluye pastelitos de membrillo y batata. Si está realmente lindo vale la pena pasear por la costa del hotel. Eso sí, las esculturas con forma de pato en el jardín son tan reales que es fácil confundirse y quedarse embobado acariciando el metal, como si de un peluchito se tratara (tal vez sean los delirios que provoca la sobredosis de azúcar posmerienda).

Otra opción al té y las tortas son las picadas. Y en Bariloche son especialmente buenas las que se sirven en las cervecerías. La primera se llama Berlina, en el kilómetro 11,7 de Bustillo, y tiene aires de happy hour porque a la tardecita se llena de la pujante y ruidosa juventud barilochense. Muy recomendable la pinta de cerveza negra Patagonia Foreign Stout, con un popurrí de pizzas gourmet -hay una que tiene jabalí, parmesano y mozzarella-, picadas con ahumados, sopas, cazuelas y trucha. El precio se va un poco de las manos, porque una tabla mixta grande para tres supera los 400 pesos.

A pocos metros de Berlina (en el kilómetro 11,6) aparece la cervecería Blest, otra fabricante artesanal del dorado brebaje, que acompaña con panes caseros, platos típicos patagónicos -ojo con los sorrentinos de cordero-, europeos (spätzle, goulash) y la imperdible picada completa, una megatabla para alimentar gigantes.

Finalmente se suma a la lista la cervecería Bachmann, en Vice Almirante O'Connor 1348 -a una cuadra del Automóvil Club Argentino que está sobre la calle 12 de Octubre-, con sus clásicas rabas, costillitas de cerdo, variedades de pizzas (la de panceta y ajíes es un hit) y unas salchichas con chucrut capaces de emocionar al teutón más recio de la comarca.

Cervecería Blest. Recomendados: la estrella es la picada completa, con una sorprendente colección de ahumados. También se sirven platos patagónicos y especialidades alemanas. Una curiosidad: la cerveza de frambuesa, que se sube a la cabeza en cuestión de minutos.

Precio por persona: 80-150 pesos. Tel.: (0294) 4461026. www.cervezablest.com.ar

Berlina. Recomendados: las pizzas gourmet -muy buena la de jabalí, parmesano y mozzarella- y las abundantes picadas con ahumados, sopas, bruschettas (excelente la de pollo ahumado), cazuelas y trucha, para acompañar con cervezas artesanales, entre las que destacan la Indian y la Stout. Precio por persona: 90-160 pesos. Tel.: (0294) 4454393. www.cervezaberlina.com.ar

Cervecería Bachmann. Recomendados: las clásicas rabas, costillitas de cerdo, variedades de pizzas (la de panceta y ajíes se lleva aplausos) y salchichas con chucrut. Muy buena la trucha al limón. La cerveza negra tiene fans por todo Bariloche. Precio por persona: 80-150 pesos. Tel.: (0294) 4436337

Llao Llao Hotel &Resort. Recomendados: el té Llao Llao incluye jugos de frutas, selección de té en hebras -hay que probar el blend Llao Llao, creado por la sommelier Inés Bertón- o un chocolate caliente con su selección de tortas, tarteletas de frutos rojos, scones, muffins, brioches, brownies y minisándwiches de salmón ahumado. Precio de una merienda por persona: 270 pesos. Tel.: (0294) 4445700. www.llaollao.com

El Casco Art Hotel. Recomendados: la torta El Casco, de chocolate y praliné de avellanas, y la fondue de chocolate. Se sirve una gran variedad de té en hebras y un servicio de mate con pastelitos de membrillo y batata. También se puede hacer una minidegustación de cinco tortas (muy recomendable el pie de naranja). Precio de la merienda por persona: 150-190 pesos. Tel.: (0294) 4463131. www.hotelelcasco.com

Paila-Co. Recomendados: el top tres de las tortas de Paila-Co lo componen el strudel de manzana, el lemon pie y la torta de frambuesas con merengue. Muy ricos los panes trenzados de salmón ahumado y queso crema, para acompañar con chocolate caliente, licuados y jugos naturales. Precio de una merienda por persona: 150 pesos. Tel.: (0294) 4448387. www.paila-co.com.ar

Equs Posada de Campo. Recomendados: la degustación del té con cinco tortas y panes caseros para untar con pasta de ciervo ahumado o confitura de frambuesas. Y la inolvidable torta galesa, por supuesto. Precio de una merienda por persona: 90 pesos por el menú-degustación. Tel.: (0294) 4448543. www.posadaequs.com.ar

Bellevue Tea House. Recomendados: el té de jengibre con rosa mosqueta, para acompañar un cheesecake de frambuesas de antología. El megatazón de chocolate va muy bien con los scones, que se sirven tibios. El licuado de frambuesa es el broche de oro. Precio de una merienda por persona: 80-120 pesos. Tel.: (0294) 4448389. www.bellevue.com.ar