Miami, guía gourmet
Desde cafecitos y paradores hasta restaurantes o bares top, datos para no perderse ningún sabor
11 de julio de 2010
MIAMI.- Clásica y moderna, turbulenta y ociosa, Miami Beach es la mezcla de situaciones, culturas, espacios e intereses de lo más dispersos. Pero lo que la acompaña siempre es su encantadora playa de arenas blancas y un mar azul turquesa que hipnotiza la mirada.
Miami, ciudad-Venus se despereza/ de norte a sur y hacia el oeste/ sin pausa, sin prisa, indulgente/ y de frente, duerme abrazada a un mar verde. (...) Su sexo descansa sobre la arena,/ exacerbado hedonismo de Miami Beach: (...) Indulgente, un poco loca, remoja los pies en el agua. (Extracto del poema Ciudad-Venus , de Irene Beibe.)
Unos pocos días para un completo recorrido gourmet no alcanzan, menos pensar en un cálido chapuzón en el cristalino océano. Pero pudo ser. Porque la playa es parte del circuito, separada por pocos metros de la transitada Collins, avenida que conecta SoBe con el norte de Miami Beach.
SoBe, como la llaman sus habitués, South Beach, es el lugar donde la movida se mantiene en su punto más intenso. Está en la parte sur de la isla de Miami Beach que se une al continente al cruzar el puente Mac Arthur. Allí nomás está la famosa Ocean Drive en el distrito Art Decó; es la calle costera que recorre las primeras quince cuadras sobre la playa.
La llegada matutina habilita para tomar un copioso desayuno americano (dos huevos, papas fritas, panceta, salchicha de pavo, café y jugo por 10,75 dólares), o si la idea es almorzar luego, mejor optar por un café expreso con el tradicional bagel y queso crema (3 dólares).
News Café es el primer sitio que se inauguró cuando la joven zona comenzó a florecer en 1988 y también fue donde el diseñador Versacce compró su último diario antes de ser asesinado en su domicilio ubicado al lado. El menú, más allá de los desayunos, ofrece ensaladas, sándwiches, jugos de frutas, platos con huevos y café italiano, acompañado por discos de jazz y lecturas.
Desayuno, baño de mar y el apetito está listo para disfrutar del único lugar en SoBe donde se puede almorzar mirando el horizonte acuático. Sin protocolo, las coquetas y veraniegas mesas del DiLido, restaurante de playa del Ritz Carlton, reciben a los descontracturados clientes que buscan sabores frescos y equilibrados con técnicas de la alta cocina creativa a cargo de Jeff McInnis.
Sabores del norte de Africa elaborados con productos locales, según el estilo de la nueva movida de los cocineros comprometidos con su entorno. El chef sale a pescar atún y langosta que luego sirve en sus creaciones. Consigue cangrejos de caparazón blando que se deshacen en la boca junto a la salsa de mango y curry, para continuar con un shish kebab (nombre de la brochette en Medio Oriente) de carne con berenjena y hongos cosechados de la granja cercana de unos amigos.
Increíble el finger food de cangrejo con coco y espuma de pomelo, un regalo al paladar en sabor y textura, al igual que la refrescante sandía con cremoso y suave queso por encima. El precio siguió sumando estrellas. Además de pagar lo mismo que en cualquier bar de la Collins, uno de esos maravillosos platos más bebida sale menos de 20 dólares.
Americano, de alta cocina, pero informal, son las claves que definen a Prime 112, en un edificio histórico de Ocean Drive. Elegante, contemporáneo y con clientela famosa es uno de los top de la zona especializado en carnes de ternera y kobe. Cuenta con un menú de clásicos y piezas de lomo que van del cuarto kilo al kilo y pico o la libra (medio kilo) de hamburguesa de kobe. Acompañamiento con todo tipo de preparaciones con papas. Los postres son otro cantar, como el pastel de chocolate blanco con cerezas.
Si de caminar las peatonales se trata, entre la 15 y la 17 están Española Way y Lincoln Road, con propuestas sencillas y variadas para disfrutar del clima y el ambiente sin grandes gastos desde una mesa en la vereda.
Española tienen sólo dos cuadras y allí está la A la Folie, lugarcito tipo café parisiense que sirve ricos panqueques elaborados con un trigo especial y buenas ensaladas francesas. En la famosa Lincoln, el Van Dyke Café ofrece shows de jazz en vivo al mejor estilo Nueva Orleáns además de pastas y carnes a la barbacoa, y está abierto hasta tarde. En la otra cuadra de la peatonal está Zeke´s, parador que vende 200 marcas de cervezas de todo el mundo por 4 dólares cada una.
Sobre Collins y la 15 está el famoso Jerry´s Deli, que abre las 24 horas y salva cualquier situación con un espíritu de comedero yanqui de los 50. Más de 600 platos: hamburguesas, sopas, helados y un apartado para los especiales de cocina judía como el pastrami (el restaurante Rascal´s Rascal House de la zona norte cerró); higadito con cebolla o el chicken in pot, la clásica sopa de pollo con kneidalaj. Los platos, a partir de 10 o 12 dólares salvan con honor la comida del pos-shopping o after party.
Famosos, langosta y cómics
Derecho por Collins hacia la zona norte continúa el circuito. En la 71 se encuentra Prima Pasta. Restaurante de impronta italiana, sabores caseros, productos de primera calidad que llegan desde Italia, y cocina elaborada por manos conocedoras y paladar argentino. Reducto cálido y porciones generosas. Arturo es el padre; Gerardo, el hijo y pulmón, además de su hermano y su madre que hacen del local el lugar con mejor predisposición para comer y pasarla bien.
Es el elegido por todos los famosos, los desconocidos y las familias. Lenny Kravitz, John Travolta, Maradona, Diego Torres, actores y músicos de todo el mundo llegan para sentirse como en casa. Ensaladas exóticas con verdes, alcauciles y camarones, carpaccio con olivas y parmesano, o linguini negros con mariscos y salsa de langosta. Para sumarse a los paliativos de la crisis implementaron una increíble rebaja del 50% sobre la cuenta final (incluidos los vinos) en la cena del primer turno, que comienza a las 17.
Llegando a la 74 sobre la playa se encuentra Ocean Terrace, tres cuadras frente al mar que quedaron en medio de la antigüedad de los 50 y principios de una remodelación anterior a la crisis. Tiene un par de hotelitos muy baratos y alguna propuesta para comer como Valentino Sul Mare. En un gran patio o como lo llaman al fresco sirven platos mediterráneos y pizzas. Emprendimiento de un italiano y una colombiana, proponen un mix cultural típico de Miami Beach y, sobre todo, listo para ir después de la playa.
¿Pero cómo olvidar la langosta en una ciudad costera? The Palm, que llegó a Miami como hermana de la de Nueva York, es un restaurante americano clásico con su plato top: la langosta jumbo de Nueva Escocia de tres libras o más (un kilo y medio). El ambiente incluye comics de empresarios, políticos, celebridades y clientes habituales. Hasta el 30 de agosto ofrecen 4 libras de langosta (2 kilos) para dos con dos ensaladas y un acompañamiento por $ 89,95. Si prefieren una de 5 o 6 libras hay que sumar 12,50 dólares por cada libra adicional.
Turco sobre el mar
Llegó nuevamente el momento de ver el mar. Cada vez más turquesa que contrasta con la blanca arena de Hollywood Beach, barrio que comienza a la altura de la 200 de la continuación de la Collins, la A1A, que más adelante conecta con el norte costero.
Hollywood es una zona ideal para pasar un día de playa o un par de días en familia. Pequeño centro playero, al mejor estilo de una isla caribeña o brasileña con cientos de bares y restaurantes que sacan sus mesas a la vereda frente al mar. Gran abanico de opciones gastronómicas, pero el restaurante turco es el mejor, sobre la peatonal.
Desde 1991, Istanbul es el primer y único turco sobre la playa en el sur de Florida y fue elegido el mejor restaurante étnico en Hollywood durante los últimos tres años. Riquísimas, las berenjenas mixtas con cebollas cocidas, morrones, tomate, ajo y los condimentos orientales, rico y económico (12 dólares); la tarta de espinaca con queso, una delicia de entrada; las costillas de cordero grilladas con verduras y arroz. O un clásico sándwich de pollo o cordero cocido en el tradicional Gyro y servido en pan pita con verduras y yogur casero.
La última parada, antes de volver al Sur, será Le Tube. Un enigmático restaurante construido con troncos sobre el canal. Para sentirse como Robinson Crusoe mientras los yates amarran y comer una exquisita ensalada de mar con langosta, cangrejo, mariscos y salsa marinada especial que llega chica por 10 dólares (para una persona sobra), grande por 17 o en sándwich, 9; o las locas y gigantes hamburguesas, grandes en serio (12 con queso). Tienen 350 gramos de carne picada y tardan 45 minutos en cocinarse. Un final bien norteamericano con un paisaje de ensueño.
En general, las propinas suelen estar incluidas y son del orden del 18%, pero a causa de la crisis local muchos optaron por bajar el monto al 15% o no sumarlas a la cuenta final. Es esperable, bien visto y casi obligatorio, si quiere uno adaptarse a las reglas de la casa, que si la gratificación no está en la adición el cliente deje como mínimo ese porcentaje.
Para el final de fiesta, las barras del hotel Delano y la del Fontainebleau se lucen con los mejores tragos y reciben a las celebridades que le imprimen ese perfil glamoroso a la ciudad.
DIRECCIONARIO
The Dilido Beach Club en el Ritz-Carlton, South Beach
1 Lincoln Road
(Entrada al restaurante directo por el camino de la playa)
1 Lincoln Road
(Entrada al restaurante directo por el camino de la playa)
Zeke´s Roadhouse
625 Lincoln Road
Miami Beach
625 Lincoln Road
Miami Beach