
Esta noche voy a comer con Nicolás.
Me pasa a buscar por casa tipo 10 y media. Viene mamá a quedarse con los chicos, que igual a esa hora están durmiendo.
Estuvimos los últimos días hablando por teléfono por lo menos una vez al día. Anoche me mandó un mail que decía: "Ahora que estamos divorciados nos gustamos un poco?"
Me dio risa y tristeza. "Un poco" puso. Es que la verdad es que muy probablemente nunca nos hayamos gustado. Creo que empecé a asumir que el desinterés que yo sentía por Nicolás es igual al que él sentía por mí y agradezco haber terminado esa relación.
Me queda una pregunta: ¿las personas podemos cambiar? Y frente a la posibilidad de hacerlo, efectivamente lo hacemos?
SEGUIR LEYENDO


Lanzamos Wellmess, el primer juego de cartas de OHLALÁ!: conocé cómo jugarlo
por Redacción OHLALÁ!

Gala del Met: los 15 looks más impactantes de la historia
por Romina Salusso

Kaizen: el método japonés que te ayuda a conseguir lo que te propongas
por Mariana Copland

Deco: una diseñadora nos cuenta cómo remodeló su casa de Manzanares
por Soledad Avaca Cuenca
