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Misiones: riqueza natural e histórica

Un corredor con vista al río Paraná para ver de cerca la historia al rojo vivo en las ruinas y el ímpetu de los saltos de agua




POSADAS.- Por la ruta nacional 12, que atraviesa Misiones, paralelamente al río Paraná, se encuentran las desembocaduras de numerosos arroyos, que ofrecen una serie de saltos de agua y ruinas del legado jesuita desperdigadas entre la exuberante selva. Un circuito para detener la marcha a cada paso, donde además se presentan poblados y rincones en medio de la naturaleza. El Corredor del Paraná, como se denomina este recorrido, comienza en Posadas, capital nacida como reducción jesuítica en 1615.
De aquí, a poco de andar está la pequeña Garupá con su arroyo homónimo y el llamado Cañadón de la Profundidad, que alberga un profuso bosque en galería y un salto de agua de 6 metros que domina la región. La cercana Candelaria, que nació en 1947 por la unión de tres colonias agrícolas, cobija las ruinas de Nuestra Señora de la Candelaria (1665), reducción que fue sede superior de las misiones religiosas. Santa Ana, después, es una progresista urbe con puerto de embarque para la producción de yerba mate y madera. También conserva sus ruinas jesuíticas (1636) entre frondosa vegetación. Pueden verse las columnas de lo que era la fachada principal y las amplias escalinatas del templo.
De nuevo en la ruta, hasta dar con las vecinas ruinas de Loreto, diseminadas a lo largo de 75 hectáreas selváticas. En esta reducción funcionó la primera imprenta de América del Sur.

Las más famosas

Más adelante, el camino conduce a la mítica población de San Ignacio donde se conservan las ruinas más famosas del recorrido. Esta misión fue fundada en 1610 en la región brasileña, pero dado los continuos ataques bandeirantes, se trasladó a su actual ubicación en 1696. Por su amplitud e interesante recuperación y restauración, las ruinas de San Ignacio Miní denotan la magnificencia que alcanzaba aquel pueblo guaraní extendido no sólo en el litoral argentino, sino también en Brasil y Paraguay. En San Ignacio, además, se encuentra la vivienda-museo del escritor Horacio Quiroga.
Corpus es el próximo destino, diminuto poblado a orillas del Paraná, con las ruinas más devastadas de la región. La reducción de Corphus Christi (1701) fue arrasada casi en su totalidad. Enfrente está la isla Pindo-i a la que se puede llegar cruzando el río en balsa o lancha para practicar deportes náuticos. Vendrá luego el floreciente poblado de Jardín América, que exhibe su moderna arquitectura y la iglesia de llamativos vitrales. Más allá Leoni, con su fantástico salto del Tabay, que cae desde 10 metros de altura al arroyo homónimo. Un sitio ideal para acampar entre la tupida arboleda.
Después, el camino llevará por Mineral y sus complejos industriales de papel misionero para llegar a Capiovi, otro interesante rincón con un nuevo y espléndido salto de agua, esta vez se desploma desde 7 metros de altitud, pero extendido por casi 20 metros de ancho, único en la zona, con distintos pozones naturales para bañarse, y buenas instalaciones y servicios para pasar el día.
La ruta lleva a Puerto Rico, que es diferente: más ciudad y mayor movimiento. Los lapachos rosados y amarillos engalanan las pacíficas calles, nutriéndolas de un aroma muy particular.

Una gruta en la selva

Cerca, Garuhape devuelve el aspecto puebleril, al mostrar orgulloso, además, su significativa obra natural. En plena selva se encuentra una imponente gruta india de 20 metros de entrada por 30 de fondo, que fue utilizada como vivienda por los antiguos habitantes del Alto Paraná. Está a orillas del arroyo Tres de Mayo, que tiene además un salto de agua de 5 metros de altura.
El itinerario conduce a Montecarlo o la Ciudad de las Orquídeas por sus ocho orquidiarios que producen cuantiosas variedades de esta sugestiva herbácea. Alberga, además, el Zoo Bal Park y el Parque Provincial Isla Caraguatay, que protege la región isleña selvática del lugar.
Las plantaciones de pinos anuncian la llegada a Puerto Piray, que tiene grandes áreas industriales dedicadas a la madera, y más allá Eldorado, ciudad en la que se afincaron inmigrantes suizos y polacos. Merece una visita el salto Elena, de 12 metros, y el salto Küppers. Muy cerca está el arroyo Piray Miní, en Victoria, que ofrece balneario, camping y solitarias playitas. Esperanza muestra vastas franjas selváticas y empresas madereras, y luego Wanda recibe en la entrada con el salto Bonito, muy ancho. Esta localidad se caracteriza por su paisaje de canteras de piedras semipreciosas.
Si la idea es visitar establecimientos yerbateros, un punto ideal es Puerto Libertad; además se puede recorrer la represa Urugua-i, el mayor emprendimiento hidroeléctrico de Misiones, con un embalse de 9000 hectáreas y un dique de 76 metros de altura, por donde pasa la ruta nacional 12.
Vendrá luego el último tramo hasta la ciudad fronteriza de Puerto Iguazú, y a las cercanas y magníficas Cataratas, famosas en el nivel internacional por sus 275 saltos y la extraordinaria Garganta del Diablo. Nada mejor para finalizar este circuito, que en 300 kilómetros de ruta ofrece un apretado ramillete de posibilidades y alternativas, óptimas para recorrer.
Por Marcelo Ruggieri
Para LA NACION

Vestigios imborrables de América

En nuestro país hay 15 poblaciones que todavía conservan importantes vestigios del gran imperio erigido por la Compañía de Jesús y el pueblo guaraní. Están distribuidas en las provincias de Misiones y Corrientes, y en todas se cumplía la misma función: reunir a los aborígenes para educarlos y convertirlos al cristianismo, así como enseñarles actividades rurales y productivas.
La reducción de San Ignacio Miní (1610) es la que mejor se conserva. Fundada por los jesuitas Simón Massetta y José Cataldino, fue declarada Monumento Histórico Nacional en 1943. Está asentada sobre un perímetro de 10 hectáreas, rodeadas de amplios espacios verdes. La Plaza de Armas está en el centro del solar y frente a ésta, la iglesia linda con el cementerio y las residencias de los jesuitas. El templo mide 74 metros de largo por 24 de ancho, manteniéndose casi intacta la fachada.
Rodeando la plaza central, las viviendas indígenas se agrupan en hileras. Se puede observar la construcción de los gruesos muros de asperón rojo hechos sin argamasa, apoyando los bloques de piedra uno sobre otro hasta lograr un increíble ajuste. En esta comunidad vivían unos 3000 guaraníes, con 40.000 cabezas de ganado, 1400 caballos, y grandes cultivos yerbateros y algodoneros.

Datos útiles

Como llegar

Desde Buenos Aires en auto son 1007 kilómetros hasta la ciudad de Posadas, por las rutas nacionales 9 y 12. En avión, desde 260 pesos y en ómnibus, desde 80 pesos.

Peajes

En el Corredor del Paraná, desde Posadas hasta Puerto Iguazú hay dos cabinas de peaje sobre la ruta nacional 12. Una en Santa Ana ($ 3,30) y otra en Victoria ($ 2,40).

Alojamiento.

El promedio en hoteles de 3 estrellas es de 100 pesos por habitación doble. En el recorrido, varios sitios junto a los saltos de agua poseen camping, algunos gratuitos y otros con valores que varían de 2 a 4 pesos por persona.

Más información

Casa de Misiones. Av. Santa Fe 989 Capital. (4322-0686/77).

Internet

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por Redacción OHLALÁ!


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