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Misterios de las pirámides de Teotihuacán

El sitio arqueológico más visitado del país, a una hora de la capital mexicana, todavía conserva enigmas sobre la civilización que lo habitó y desapareció hace casi 2000 años




La pirámide del Sol, la más grande del sitio arqueológico

La pirámide del Sol, la más grande del sitio arqueológico

CIUDAD DE MÉXICO.- Basta una hora para pasar de la capital mexicana y su intenso tránsito a una pequeña calle adoquinada, bordeada por algunos restaurantes y protegida de los duros rayos del sol por algunos árboles magros. Estamos en Teotihuacán y sus famosas pirámides ya se dejan entrever detrás de las cercas de tunas cargadas de frutos y las tienditas de recuerdos. El contraste es fuerte. Estamos a menos de 40 kilómetros del Zócalo, la plaza más céntrica de la ciudad, pero el entorno y hasta la noción de tiempo cambiaron drásticamente.
Hace dos mil años el viaje hubiese entregado sensaciones opuestas, explica Ester, una guía que varias veces por semana recorre el trayecto hasta el sitio arqueológico con sus grupos de visitantes. "En aquellos tiempos Teotihuacán era una gran ciudad, una de las mayores del mundo, piensan los historiadores. Mientras que México -o mejor dicho Tenochtitlán- todavía no existía y en su lugar sólo había algunas islitas sobre el lago Texcoco donde vivían apenas algunas familias". La Calzada de los Muertos, la gran avenida central, era seguramente muy transitada y estaba bordeada de imponentes construcciones en policromía. Era el teatro de rituales religiosos y de las grandes manifestaciones de esta cultura que desapareció hace mucho sin dejar explicaciones para la posteridad. De la misma manera que nos intriga hoy, llamó también la atención de los aztecas.
Fueron ellos quienes le dieron este nombre al sitio: Teotihuacán es un vocablo nahuatl que se podría traducir como la "Ciudad de los Dioses". Cuando recién estaban empezando a construir su propio asentamiento sobre chinampas (en el origen fueron islitas artificiales hechas de caña y tierra sobre las cuales cultivaban maíz) la urbe abandonada era todavía majestuosa e imponente. Pensaron que había sido construida por divinidades que luego la abandonaron por alguna razón desconocida. Hoy no se sabe mucho más sobre quienes eran ni por qué se fueron sus habitantes, que sólo estuvieron durante los primeros siglos de nuestra era.
Ester cuenta que "se barajan varias hipótesis. La más plausible es la falta de agua o algún cambio climático que hizo insoportable la vida en el lugar. Para construir las pirámides y los grandes edificios se necesitó mucha madera y se talaron los bosques de los cerros vecinos. Quizá por esta razón, o quizá por algún cambio climático, las lluvias escasearon y el valle se volvió muy seco. La ciudad dependía mucho del agua, por su gran cantidad de habitantes y por los cultivos. Durante la visita vamos a ver algunos restos de un ingenioso sistema de canalizaciones subterráneas que permitía llenar pozos luego de cada lluvia". "Lo cierto -agrega- es que Teotihuacán no ha sido atacada ni destruida aunque se han encontrado algunas evidencias de un incendio en un sector, que nos hace pensar que puede haber habido algún motín contra la clase dirigente. Seguramente provocado por la escasez de agua y la falta de comida".
En varios sectores del sitio se han levantado carpas: al pie de la Pirámide de la Luna o frente a la Ciudadela, por ejemplo. Son investigaciones arqueológicas, que campaña tras campaña tratan de aportar pequeños fragmentos de respuesta al gran enigma de aquella brillante pero desconocida civilización. Ester subraya que se trabaja sobre un sector muy pequeño de Teotihuacán: "Aquel que vemos durante el recorrido de las visitas. Pero la ciudad original era mucho, mucho más grande. Observamos en la actualidad solamente una décima parte. Era realmente inmensa. Se estima que en sus tiempos de mayor esplendor podría haber reunido a varios cientos de miles de habitantes. Las ruinas de sus casas se extienden debajo de los campos, de las casas y de las rutas vecinas".

De palacio en palacio

Para visitar con método este lugar tan grande se puede recorrer un sector a partir de la Entrada Uno y el otro desde la Dos o la Tres. La primera lleva a la Ciudadela y el llamado Templo de Quetzalcoatl. Luego de cruzar una pequeña calle de tiendas de recuerdos y artesanías, Ester lleva a su grupo al lado de una carpa donde los científicos están trabajando y excavando. "Se han descubierto pasadizos y sepulturas en torno a esta explanada. Estamos frente a la pirámide mejor conservada de Teotihuacán. La única donde perduraron algunas de las decoraciones de piedra tallada. Seguramente todas tenían estos adornos hace dos mil años".
Este templo del dios de la Serpiente Emplumada es una pirámide de siete niveles protegida por otra yuxtapuesta. "Fue construida hacia el año 150 de nuestra era en honor a este dios venerado en todo el centro del antiguo México. Algunas cabezas de piedra siguen aferradas a las paredes de la pirámide. Se estima que cada una pesa cuatro toneladas. Para muchos turistas que vienen aquí por su cuenta, la meta es subir hasta arriba de la Pirámide del Sol y desgraciadamente muchos no se informaron lo suficiente y se pierden de venir hasta este recinto para admirar esta maravilla".
La visita sigue luego hacia otros lugares no menos sorprendentes, como el Palacio de Quetzalpapalotl. Hay que caminar a lo largo de la Calzada de los Muertos o volver al estacionamiento y seguir en vehículo hasta las Entradas Dos o Tres. En español se lo conoce como el Palacio de la Mariposa y está ubicado cerca de la Plaza de la Luna. Su patio central, rodeado por pilares esculpidos, es un salto hacia tiempos en los que los sacerdotes de Teotihuacán deambulaban a la sombra de su galería techada, admirando la finura de las mariposas y las plumas de quetzal esculpidas en la piedra.
"Como en el resto del sitio -comenta Ester- las suposiciones sobre el uso exacto de esta parte de la ciudad no han podido ser confirmadas. Ni por los arqueólogos en la actualidad ni por los aztecas que encontraron la ciudad vacía. Se supone sin embargo que vivían allí personas importantes. Se deduce por el refinamiento de las decoraciones y de la construcción. Por suerte hubo poca intervención en este palacio, a diferencia de las pirámides".
La Calzada de los Muertos, la gran avenida central

La Calzada de los Muertos, la gran avenida central

El complejo arqueológico fue rescatado y restaurado por medio de un plan del presidente Porfirio Díaz como parte de las celebraciones del Centenario de la Independencia de México. Las primeras excavaciones se llevaron a cabo en 1917. Cuando se sacó la vegetación de las pirámides se consolidaron las paredes con cemento y el agregado de piedritas en las junturas. En aquel palacio se ven los retoques realizados, con piedras sin tanta pátina como las originales.
A unos pasos, el Palacio de los Jaguares es otra supuesta morada de grandes sacerdotes. Las paredes conservaron sus frescos rojos de grandes felinos mientras por debajo del Palacio de Quetzalpapalotl otra sala deslumbra por murales de aves y otros motivos en varios tonos de verdes, rojos y amarillos.

Cuestión de escalones

Saliendo del laberinto de pasillos y salas de aquellos palacios, el grupo conducido por Ester llega a la Plaza de la Luna, al pie de la Pirámide homónima. Ya es tiempo de cumplir con el ritual más esperado de Teotihuacán. La guía avisa que "como estamos a más de 2200 metros de altura y los escalones son muy empinados, hay que ir despacio si se quiere llegar hasta arriba. Es ascenso es muy demandante. No se puede subir hasta la plataforma superior de la Pirámide de la Luna, pero se llega lo suficientemente alto como para tener la mejor vista sobre toda la ancha avenida, que se despliega a nuestros pies con las construcciones en cada uno de sus bordes".
Naturalmente, el mayor desafío es subir hasta arriba de la Pirámide del Sol, el punto más alto de Teotihuacán, a más de 70 metros por encima de la Calzada de los Muertos. Desde allí se ven los pueblos de la vecindad, los cerros que rodean las ruinas y por supuesto la Pirámide de la Luna bajo su mejor perfil. Para amenizar tanto la penosa subida como la empinada bajada, todos contamos la cantidad de escalones.
Las fuentes no concuerdan tampoco en el material publicado. Algunos hablan de 245, otros de más de 260. De todos modos, una vez llegado en la cima, la cantidad de escalones poco importa. La asombrosa vista es lo que realmente cuenta.
Si los aztecas hicieron alguna vez lo mismo que los turistas de hoy, pudieron ver la ciudad original extenderse hasta donde se pierde la vista, con sus paredes cubiertas de motivos coloridos y piedras talladas con precisión. Se habrán preguntado entonces qué clase de hombres habían podido construirla para sus dioses. O cuáles eran los dioses que la habían regalado a los hombres? Ester extiende el brazo como para englobar todo el sitio en un gesto y concluye: "Los aztecas recibieron una fuerte influencia con lo que vieron aquí. Por razones espirituales pero también arquitectónicas a la hora de construir su propia ciudad, Tenochtitlán. Ella también fue, en su momento de máximo esplendor, una de las más grandes y avanzadas del mundo".

Datos útiles

Cómo llegar. Vuelos a México: Latam tiene un vuelo diario a la Ciudad de México, vía Santiago de Chile. A partir de US$ 915 con impuestos incluidos. www.latam.com.
Qué hacer. Tours a Teotihuacán: por lo general se trata de salidas de día completo que combinan la visita a las pirámides con un desayuno optativo en uno de los restaurantes frente a las distintas puertas. Por la tarde se regresa a la Ciudad de México parando en la Basílica de la Virgen de Guadalupe. A partir de 370 pesos argentinos . El sitio arqueológico abre todos los días de 9 a 17. La entrada individual cuesta 50 pesos argentinos por persona. Sirve para ingresar por las distintas puertas.
Dónde dormir. Entre las muchas opciones de la ciudad, la cadena Presidente tiene varios establecimientos con distintos niveles de servicio y de precios. El más prestigioso de todos ellos es el Intercontinental, en el barrio de Polanco. Está frente al Auditorio Nacional y su estación de subte, sobre el Paseo de la Reforma, muy cerca del Museo de Antropología. Habitación a partir de US$ 240 por noche en base doble. www.presidenteicmexico.com
Más info. Además de las tiendas en los mercaditos de cada entrada al complejo, muchos vendedores ambulantes proponen artesanías y objetos de obsidiana al borde de la Calzada de los Muertos y al pie de las Pirámides. Antes de comprarles hay que regatear y hacer bajar los precios a más de la mitad.
En Internet: www.visitmexico.com

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por Redacción OHLALÁ!


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