M.O

11 de agosto de 2011 • 13:09

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CEJAS Y PESTAÑAS

Tantos años de ver CSI y series policiales no han sido en vano; ahora detecto perfectamente cuando alguien cambia su Modus Operandi. Esta noche no es un bar, tu casa, mi casa. La propuesta es ir a comer afuera, así con pasada a buscar y todo. Nada de "te veo ahí a las 9.30" como solía ser. Obviamente esto no quiere decir nada más que han pasado unos cuantos años y cambia, todo cambia, como decía la canción.

Esta mañana me fui y le dí una última mirada a mi casa. Está todo impecable (lo que está a la vista, no te metas debajo de la cama ni en los placares) y a último minuto hice un cambio de sábanas engañándome a mí misma diciendo "es jueves, igual tocaba cambiarlas". Qué distintas somos algunas minas de los hombres, éste ni se tomaba el trabajo de levantar las cosas del piso y ni hablar de esa vez que encontré gomitas de pelo en el baño y dos hebillas.

Luz dice que me estoy metiendo en la boca del lobo, claro, me vio llorar varias veces diciéndole que este imbécil me tenía atrapada. Yo digo que 4 años son bastantes como para no haber aprendido nada. Yo también cambié mi modus operandi, ya verás.

Voy tachando las horas, como los presos.

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