
Pedro sigue inflado de ego por ahí.
-Temo que te eleves y vueles. Estás insopor, nene.
Hoy volvió a los inamovibles jeans y zapatillas. Las zapatillas y los jeans son a Pedro lo que los zapatos y los Roberto Cavalli son a Susana. El tipo tiene una fila inagotable de jeans que a los ojos de cualquier inexperto parecen iguales; todos ordenaditos uno atrás del otro casi como el muchachito trastornado de 9 semanas y media que tenía no sé cuántos trajes y camisas iguales.
El sábado tenemos el casamiento de este compañero de la agencia y El Chico todavía no sabe si va a poder cambiar el fin de semana con la madre de los chicos para venir conmigo. Me consuelo pensando que de todas formas es algo medio laboral y que voy a estar sentada con todos los de la agencia (incluido Gran Jefe que se prende en todas) y hasta es mejor ir sola a estos eventos para no hacerte cargo del otro que no conoce a nadie.
Mentira, pero ya no tengo ni energías para pelearla. Que haga lo que quiera, si quiere venir conmigo bien y si no iré sola como he ido trescientos millones de veces a eventos de este tipo. Una mancha más al tigre. A esta altura uso más animal print que Moria Casán.
SEGUIR LEYENDO


Lanzamos Wellmess, el primer juego de cartas de OHLALÁ!: conocé cómo jugarlo
por Redacción OHLALÁ!

Gala del Met: los 15 looks más impactantes de la historia
por Romina Salusso

Kaizen: el método japonés que te ayuda a conseguir lo que te propongas
por Mariana Copland

Deco: una diseñadora nos cuenta cómo remodeló su casa de Manzanares
por Soledad Avaca Cuenca
