
Algunos me piden detalles de la charla del sábado.
Sepan que, a veces, cuando escribo estos posts, me debato entre ventilar o no ventilar.
Después del episodio de infidelidad de Nicolás, me sentí un poco mal. Sentí que me había excedido y que estaba mal que me expusiera de esa forma. Más que nada por mis chicos.
Este es un medio masivo y ellos están en edad escolar. No da.
Si bien hay ciertos detalles de mi intimidad que preservo (por seguridad, más que por pudor), la historia es bastante identificable.
Entenderán que por eso no pongo más que una foto de mi ojo.
A veces me dan ganas de explayarme. Creo que hasta grabaría conversaciones y las postearía en MP3, para que me entiendan, para que me reten un poco menos y vean que quizá no se lea en mi relato, pero yo le pongo garra. En serio.
La charla del sábado a la noche fue, como conté ayer, así, medio como anestesiada.
Hablamos de los problemas técnicos de separarnos. Dijimos "bueno, se ve que no nos va bien juntos (sic)" y empezamos a hacer una hipotética división de bienes.
Hablamos de los chicos y de nuestra familia desmembrada.
Como si habláramos de otros.
El domingo a la mañana le cayó la ficha a Nicolás, y en cuanto me demostró una emoción me desmoroné y empecé a llorar. Me conecté. Nos conectamos cada uno consigo mismo.
Ahora falta que pase lo mismo, pero con el otro.
Para eso vamos a D. (el sexólogo terapeuta).
Qué difícil es DIOS MÍO, la vida, la pareja, la convivencia, la casa compartida.
Y eso que nada de lo que pasa es verdaderamente grave.
Se tratará de eso?
Habrá que darse cuenta de lo afortunados que somos?
Es que las crisis aparecen porque no pasan cosas en serio?
Sepan que, a veces, cuando escribo estos posts, me debato entre ventilar o no ventilar.
Después del episodio de infidelidad de Nicolás, me sentí un poco mal. Sentí que me había excedido y que estaba mal que me expusiera de esa forma. Más que nada por mis chicos.
Este es un medio masivo y ellos están en edad escolar. No da.
Si bien hay ciertos detalles de mi intimidad que preservo (por seguridad, más que por pudor), la historia es bastante identificable.
Entenderán que por eso no pongo más que una foto de mi ojo.
A veces me dan ganas de explayarme. Creo que hasta grabaría conversaciones y las postearía en MP3, para que me entiendan, para que me reten un poco menos y vean que quizá no se lea en mi relato, pero yo le pongo garra. En serio.
La charla del sábado a la noche fue, como conté ayer, así, medio como anestesiada.
Hablamos de los problemas técnicos de separarnos. Dijimos "bueno, se ve que no nos va bien juntos (sic)" y empezamos a hacer una hipotética división de bienes.
Hablamos de los chicos y de nuestra familia desmembrada.
Como si habláramos de otros.
El domingo a la mañana le cayó la ficha a Nicolás, y en cuanto me demostró una emoción me desmoroné y empecé a llorar. Me conecté. Nos conectamos cada uno consigo mismo.
Ahora falta que pase lo mismo, pero con el otro.
Para eso vamos a D. (el sexólogo terapeuta).
Qué difícil es DIOS MÍO, la vida, la pareja, la convivencia, la casa compartida.
Y eso que nada de lo que pasa es verdaderamente grave.
Se tratará de eso?
Habrá que darse cuenta de lo afortunados que somos?
Es que las crisis aparecen porque no pasan cosas en serio?
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