Supongo que será normal eso de imaginarnos qué haríamos si descubriéramos que nuestra pareja nos es infiel.
Durante mucho tiempo fantaseé con qué haría si me ocurriera.
Qué castigo implacable aplicaría.
Imaginé una montaña de ropa prendida fuego, una casa entera en llamas.
Ideé planes macabros, que incluían meses de piloteada, preparando la presa para atacar en el mejor (peor) momento, y así llegar a la destrucción total (que en los seguros de los autos, es más barata que el robo, por caso)
Bueno, no sé, un montón de pavadas.
Será que le dediqué tanto tiempo y concentración a estas elucubraciones, que una noche, volviendo a casa por Junín, veo salir del Village a S, de la mano con la que en ese momento era su profesora de guitarra, la que en este momento es la madre de sus hijos, y realmente, no me la ví venir.