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Naturaleza al desnudo y paseos al por mayor

El parque Pereyra Iraola es puro verde




A 40 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires y a unos 20 de La Plata, el parque Pereyra Iraola constituye hoy un ámbito natural único que reúne una magnífica forestación a lo largo de mil hectáreas, cruzadas por innumerables senderos.
Sitio ideal para ser recorrido a caballo, en bicicleta o a pie, propone, además, una oferta gastronómica que incluye parrilladas y choripanes al paso, y en determinadas zonas hasta se puede hacer picnic, siempre que el tiempo y las hormigas lo permitan.

Historia de toros y árboles

La historia de este famoso parque comenzó en 1850, cuando Simón Pereyra compró una gran parte de la estancia Las Conchitas, rebautizándola posteriormente San Juan.
Años después, su hijo Leonardo se hizo cargo del establecimiento convirtiéndolo en una estancia modelo.
Es en este mismo lugar donde pastaron los primeros reproductores Shorthorn, Durham y Hereford, que ingresaron en el país y dieron así inicio a la afamada cabaña de reproductores San Juan.
Hombre visionario, Leonardo Pereyra, junto a otros ganaderos, fundó la Sociedad Rural Argentina y fue pionero de la forestación a gran escala y, sobre todo, posibilitó la preservación de ejemplares exóticos tales como el célebre Arbol de Cristal, Aghatis alba con solamente dos dos réplicas existentes en el mundo.
Durante el verano este exótico ejemplar, llegado a nuestras costas desde Asia, libera una resina que con la luz del sol produce un efecto visual cristalino. Este parque es también el viejo hogar de los primeros eucaliptus importados de Australia por Domingo Faustino Sarmiento.

San Juan y su belle epoque

Durante el recorrido, aún pueden apreciarse los singulares diseños de los parques que pertenecieron a San Juan, realizados por el belga Carlos Verecke (también constructor del porteñísimo parque Lezama). En ese mismo lote se destaca la capilla proyectada por Ernesto Bunge, afamado arquitecto que, entre otras tantas obras, erigió la capilla neogótica Santa Felicitas. En San Juan fue donde giraron los primeros molinos llegados a estas tierras. Recibió en su época de esplendor a ilustres visitantes como la infanta Isabel de Borbón, en 1910; Humberto de Saboya, en 1929, y al príncipe de Gales, tres años después.
A su muerte, ocurrida en 1899, los seis hijos de Leonardo Pereyra, casado con su prima Iraola, subdividieron San Juan en otras estancias: Las Hermanas, El Carmen, Santa Rosa y Los Dos Abriles (que no fueron expropiadas cuando se constituyó el parque).

Un gigante maduro y popular

El parque de Santa Rosa fue proyectado en 1904 y finalizado en 1918 por el arquitecto francés Esteban Guichet.
La casa principal, la cabaña y la capilla Santa Elena, proyectada por Francisco Pereyra Iraola y Carlos Berro Madero, fueron construidas en las décadas del 30 y del 40.
En 1949, el gobierno nacional expropió las estancias San Juan y Santa Rosa, una superficie de 10.248 hectáreas, para crear el Parque de los Derechos de la Ancianidad, luego llamado Parque Presidente Perón, y más tarde -en 1955- parque Pereyra Iraola.

Siesta a la sombra

Actualmente son unas mil hectáreas las que pueden ser visitadas por el público. Cuenta con sectores especialmente dispuestos para hacer fogones, realizar cabalgatas, picnics, travesías en bicicleta, a pie y dormir la siesta bajo la sombra de una añosa arboleda.
Entre la amplia oferta de cabalgatas, existe la posibilidad de que a los interesados se los busque en su hogar, participen de una travesía guiada dentro del parque antiguo y se los lleve de regreso a su casa, con asado incluído.
Esta salida puede ser concertada por medio de la dirección del parque. Informes, 0221-4870221.

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por Redacción OHLALÁ!


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