EL CHALTEN, Santa Cruz.- Fuera de los circuitos más frecuentados por el turismo que llega al Parque Nacional Los Glaciares, el lago Viedma ha permanecido poco o nada conocido en su interior.
Sólo ahora y con el mayor movimiento que registra El Chaltén y el servicio que ofrece la estancia Helsinfors a los turistas, se ha incorporado como otra alternativa al programa de actividades que se pueden realizar en la zona.
Nada mejor para visitar los espléndidos paisajes que lo bordean por Occidente, que navegarlo en sentido norte-sur, con la visión de cerros graníticos, glaciares, entre ellos el Viedma, -el segundo en tamaño del parque nacional, después del Upsala-, lagunas y cascadas originadas por los deshielos. Aguas muy verdes
Una navegación tipo ocupa todo un día haciendo El Chaltén -puerto de bahía Túnel-, estancia Helsinfors, con posterior regreso a El Chaltén. Se parte en El Huemul, barco con capacidad para sesenta pasajeros, y dispone de una terraza exterior, cabina y baños.
Al salir del puerto de bahía Túnel, a las 9.30, se abre un paisaje de rocas graníticas que corresponden a los afloramientos que hacia el Noroeste dan lugar, entre otros cerros, a los imponentes Fitz Roy y Torre.
Después de navegar un rato por sus aguas de verde intenso y dejar la península El Ventisquero con la silueta del cerro Huemul, que tiene 2677 metros, aparece detrás uno de los mayores atractivos, el glaciar Viedma que desciende del hielo continental hacia el lago.
Hacia el Sur, y donde drenan las lagunas formadas por la alimentación del glaciar, se abre el Anfiteatro de la Cascada, con paredes verticales de granito.
Habitante muy estimado
El cordón Mascarello, que culmina con el cerro de este nombre de 2342 metros, tiene un significado muy especial. Está todo cubierto con un bosque muy denso y es el hábitat de una de las poblaciones de huemules que subsisten en nuestro país.
Este es uno de los sitios donde efectúa sus estudios la Fundación Vida Silvestre Argentina y no es improbable ver asomar algún ejemplar de este ciervo manso y curioso, que se desplaza a sus anchas amparado por la soledad y el silencio.
Otro momento interesante se vive al atravesar las profundas paredes del canal Viedma, conocido localmente como Moyano y que está definido por los cerros Mascarello y Huemules. Abundan los arroyos, las cascadas y los bosques espesos que alternan con paredes desnudas y verticales. En una de esas cascadas, que tiene unos 100 metros de altura, se encuentra una condorera desde donde se lanzan estas aves en un vuelo espectacular, aprovechando las fuertes corrientes de aire.
En el canal suele soplar el viento con mayor intensidad. Pero cuando está calmo, el bosque se refleja en el agua y se puede ver con nitidez, en el fondo, el glaciar Moyano que desciende del cordón de este nombre. En cambio, si las ráfagas son muy potentes, este tramo no se navega.
Al mediodía y después de dos horas y media de navegación se desemboca en el muelle de la estancia Helsinfors para comer la vianda que lleva cada uno. Luego se recorre en visita guiada el casco de la centenaria estancia que se levanta en la orilla sudoeste del lago Viedma y, posteriormente, se emprende el regreso.
Para tener en cuenta
El Huemul es una embarcación diseñada especialmente para el transporte de pasajeros; está equipada con dos motores Caterpillar de 360HP. Navega con autorización de Prefectura Naval, la cual está al tanto de los horarios, matrícula mercante y habilitación para el transporte de pasajeros por la Secretaría de Transporte de la Nación.
El servicio se realiza desde el 15 de este mes y hasta el 18 de febrero próximo. Las salidas son diarias, partiendo de El Chaltén, a las 8.30, en micro hacia el puerto de bahía Túnel. El precio es 60 pesos, e incluye el traslado desde El Chaltén. Se ofrece más información en Buenos Aires, por el 824-6623, y en el Centro de Información Turística de la provincia de Santa Cruz, por el 325-3098/3102.