No soy fan

Me gustó Lost por ejemplo, pero cuando dejaron de pasarme los DVD´s con las nuevas temporadas, dejé de verlo. Vi todos los episodios de Friends y Seinfeld, pero ahora cuando los encuentro, seguramente pase de largo y cambie de canal. Me encantan los Stones pero un recital en mi vida y me quedo contenta. Adrien Brody me calienta, pero no lo correría ni media cuadra por una autógrafo (una noche juntos, la conversamos, claro). Adoro los zapatos pero no me da el tiempo ni el efectivo para coleccionarlos. Kureishi es de mis escritores favoritos pero no haría cola para que me firme el libro.

Veo a las "nenas" de Sandro y trato de imaginarme lo que sienten. No puedo.

De chica, nos cruzamos con Harrison Ford en el aeropuerto de Los Ángeles y si bien yo moría por el en las películas apenas sonreí y la agarré a mi mamá del brazo cuando lo reconocí, no atiné a dar dos pasos. Lo mismo con Cerati una noche en el Faena.

Me hubiese gustado ser fan. Y si de fans se trata, nada como esas chiquilinas en mini falda corriendo atrás de los Beatles, agarrándose los pelos y llorando desconsoladamente por una sonrisa que juraron iba dirigida a ellas y a nadie más en el mundo. Debe estar bueno sentir eso.

Mi madre lloró cuando se murió Sinatra. Mi viejo también. Se la pasaron escuchando sus discos por semanas. Yo los miraba sorprendida.

-Fue la banda sonora de toda mi vida, de nuestra vida juntos, dijo mi viejo.

Por ahí debe pasar.