Desde el Yacht Club de Puerto Madero, el capitán Néstor Ringel y su tripulación trabajan en los últimos detalles antes de soltar amarras y poner proa hacia el Río de la Plata. Es viernes de luna llena y está a punto de comenzar una navegación de tres horas con vista de la ciudad y el puerto de Buenos Aires.
El Brigante Q, como se llama este velero con capacidad para nueve personas, arranca sus motores sólo para salir del puerto. Una vez en aguas abiertas desplegará la vela para comenzar a deslizarse silenciosamente, y alejarse de la ciudad.
"Este barco es un velero oceánico y está preparado para hacer largas travesías. Por ejemplo, recorrió toda la costa de Brasil, cruzó el Atlántico y llegó hasta Barcelona", dice Ringel, que desde hace un tiempo organiza este tipo de salidas para todo público. "Esto surgió hace ocho años. Yo comercializaba servicios médicos y cuando me cansé de trabajar de eso empecé a ver la forma de realizar estos viajes dedicados a los navegantes sin embarcación, que de otra manera no tendrían oportunidad de vivir esta experiencia. Lo hice en la época de De la Rúa y no me fue bien. El proyecto quedó stand by hasta que empezó a llegar el turismo, y ahí volví a ponerlo en marcha", comenta el piloto, que vive en su propio barco desde hace un año y tres meses.
"Mi objetivo es que la gente disfrute del río, que la pase bien, y si le interesa, aprenda también algunas nociones básicas de navegación", sigue Ringel, que entre sus próximas metas planea salir a dar la vuelta al mundo en su embarcación.
Se sabe, los navegantes tienen supersticiones. Una antigua tradición dice que una mujer a bordo trae mala suerte, aunque hoy las mujeres que navegan y corren regatas alrededor del mundo demostraron que pueden navegar tan bien como los hombres; otra, asegura que dos capitanes hunden un barco, razón por la cual está contraindicado que dos personas den las órdenes en una misma nave.
Siempre con las ganas cómo brújula, para participar de estas salidas no existe ningún requisito previo. Pueden ser familias con chicos, gente sola o parejas que quieran disfrutar de una velada romántica o festejar un aniversario. "Una vez vino un chico con la novia encapuchada, porque quería darle una sorpresa para su cumpleaños. Cuando le sacó la venda de los ojos estaba arriba del barco lista para salir. La novia estaba encantadísima. Fue un regalo muy original y, sobre todo, muy placentero", sigue el capitán.
"Yo soy de Entre Ríos, estoy paseando por Buenos Aires y como buena entrerriana me encanta el agua -cuenta Sonia, uno de las pasajeras de este paseo a la luz de la luna, que vino sola para disfrutar de la navegación y sus misterios-. Yo ya había navegado otras veces de día, pero hacerlo de noche es algo completamente diferente. La noche tiene otra energía, y la luna sobre el río es un verdadero poema."
Una vez a bordo, los flamantes marineros empezarán a familiarizarse con el lenguaje del barco: ya no hay sogas, sino cabos; no hay ventanas, sino ventanillas; no hay puertas, sino portas; se habla de la proa y de la popa, de babor (izquierda) y estribor (derecha), de cazar la vela, y también otros motes insospechados.
A mitad de la navegación, casi llegando a Costanera Norte, se bajan las velas y después de tirar el ancla, el mismo Ringel pone manos a la obra en la preparación de una deliciosa cena a bordo. Esta vez el menú es una merluza con vegetales -la comida se prepara a pedido de los pasajeros- y después de descorchar un vino, convida a los navegantes con sus especialidades.
Comienza el regreso, completando las tres horas de navegación al llegar a Puerto Madero. Desde el agua se acercan las luces de la metrópoli. Tiempo de abandonar el barco y, sin mirar atrás, adentrarse una vez más en la ciudad de la furia.
Datos útiles
Navegación en velero
Brigante Q. La navegación en luna llena, con cena a bordo, cuesta 150 pesos. También organizan salidas de día completo para navegar por la costa de Buenos Aires hasta llegar al Delta. La salida cuesta 150 pesos (incluye asado y aperitivo). Las salidas de medio día, 60. Informes, (15) 6271-6683.
Don Sala. Sale del Yacht Club de Puerto Madero. El precio de la navegación de dos horas a la luz de la luna es de 35 pesos, por persona. Además, organizan viajes de dos días y una noche a Colonia, Uruguay, y salidas diurnas de cuatro horas los sábados y domingos. Miércoles y jueves, after office. Sólo con reserva previa por el 4304-4206 y (15) 4410-4010.
Capitán Nemo. Sale todos los días desde San Isidro. La navegación cuesta 50 pesos para 3 personas. Horarios y días a combinar. Informes, (15) 5509-3847. www.navegacionartesanal.com.ar
Alejandro Rapetti