Estoy en shock. Los padres de mi íntima amiga se están separando después de 35 años de casados. La pareja perfecta, los clásicos uno para el otro, los interminables nunca un sí ni un no entre ellos.
No entiendo nado.
Juro que si me hacían poner una millonada de billetes en una pilita para apostar que estos dos morían juntos, la ponía.
Y me quedaba más pobre que nunca, claro.
Mi amiga está más perdida que yo. La llamaron el otro día para contarle. La citaron a ella y a los hermanos. Todos casados y hasta con hijos algunos. Se toma el cafecito número 4 y me mira incrédula. Temo que la cafeína la enloquezca.
-Parece una joda.
Me dice que al padre le agarró el viejazo pero muy de viejazo, que lo único que le falta es tener una mina, una pendex. Que dice que quiere disfrutar de la vida y que no está más enamorado de la madre.
-¿Enamorado? ¿Me seguís la boludez que está diciendo este tipo? ¿Quién está enamorado a los sesenta y largos? Me mato, eh, te lo digo. No me quiero imaginar el estado de mi vieja si se entera.
-Ah, ¿pero es posta lo de la mina?
-No, digo, se me ocurre. Le pegué Julio Iglesias a este. ¿O era el viejo de Julio que se seguía casando a los 90? Sino, ¿qué otro motivo puede haber? Tiene una mina, eh. Yo no le pregunté pero descuidate que cuando lo agarro sólo le hago un careo. Que se dejen de joder, che. No te das una idea el despelote que se arma si hay que arrancar un divorcio. Gente grande... Deberían tenerla un poco más clara. Que se dejen de joder.
Y se quedó repitiendo ese "que se dejen de joder", enojada, como si hubiesen venido a complicarle la vida.
Anoche me quedé pensando. Nunca se me ocurrió imaginarme algo así de mis viejos pero se ve que nadie está exento y en algún lugar tal vez nunca sea tarde para volver a arrancar.
Eso sí, de sólo pensar en volver al mercado de la soltería después de treinta y pico de años casada me baja la presión.