DENPASAR.- La crisis política y económica por la que atraviesa Indonesia no parece afectar a esta paradisíaca isla de Bali. Todo lo contrario: los precios de los paquetes turísticos siguen cayendo y se diría que éste es un buen momento para aprovechar la coyuntura.
Claro que una prudente planificación del viaje deberá evitar la siempre caótica capital del país, Yakarta, transformada hoy, más que nunca, en un volcán en erupción.
Claro que el viajero que espere encontrar en Bali el prototipo de las islas de los mares del Sur (aguas transparentes, arenas blanquísimas y chicas semidesnudas) va por un camino poco correcto.
Sus apacibles playas no son de arena blanca, sino de tierra negrísima, muy rica en minerales ferrosos, dado el origen volcánico de la isla.
Con excepción de este detalle no menor, Bali se exhibe como un paraíso para los que buscan desenchufarse, en un lugar donde las malas noticias nunca llegan, los balineses son algo más que buenos anfitriones y la naturaleza nos da la bienvenida a cada paso.
Por más que los nativos se empeñen en advertir que la isla es un gran destino turístico -a ellos, como al indonesio en general, no les gusta el mar-, los turistas siempre caerán bajo el multitudinario encanto de Kuta, la playa más popular y donde pueden codearse con ricos y famosos.
En realidad, lo que los balineses quieren vender es el atractivo de la isla, esto es, los centenares de volcanes en actividad -muchos de ellos explotados como spa por sus surgentes aguas termales-, los milenarios templos budistas en plena selva y la tradicional barong dance, típico baile en el que señoritas con la cara enharinada representan leyendas campesinas donde el bueno siempre acaba eliminando al perverso.
Se puede hacer base en Kuta que, a pesar de que sus estrechas calles la hacen intransitable a toda hora, tiene la mayor oferta hotelera, y de allí partir en excursiones por el día a playas más solitarias y alejadas del ruido.
Para los que buscan tranquilidad, nada mejor que las playas de Candidasa, distante a 230 kilómetros de Kuta. El viaje se puede hacer contratando a cualquier chofer de la compañía de taxis Bluebird (carrocería celeste, techo azul), que por 25 dólares se pondrá a disposición por toda la jornada. Si se consiguen más socios, más barato resultará.
Candidasa tiene su mejor virtud en que no es una playa descubierta aún por el gran público, que por no viajar prefiere retozar en las piletas de los hoteles o en las contaminadas aguas de Kuta beach.
En ese apartado rincón se puede salir a navegar en canoa hasta la barrera de coral por 2 dólares la hora, y los bajos coralinos son excelentes para el snorkeling y el avistamiento de los omnipresentes peces de colores.
La noche, para los que gustan del ruido, es obligadamente de Kuta, donde se encontrarán pubs, disco y barras para todos los paladares. No hay reductos gays, eso sí, ya que esa franja es prohibidísima en Indonesia. Al menos por ahora.
Para los argentinos que a poco de dejar Ezeiza ya sienten nostalgias de Gardel y el bife de chorizo está The Salsoteca, restaurante danzante comandado por Luis Alberte, un rosarino hincha de Newell´s Old Boys que hace bailar el tango a todo el mundo. Sirve carnes asadas importadas de Australia, pero con cortes argentinos. Está situado a pasitos de Bemo Corner. Sólo hay que preguntar por el restaurante argentino y ya está. Es imperdible.
Diego Pérez Andrade
Un tema de cotización
Moneda
La devaluación constante transformó al país en meca de turistas, los precios se mantienen en dólares. Un dólar equivale a 38 rupias.
Souvenirs
Se puede confiar plenamente en los negocios y artesanos de Bali, que están acostumbrados a realizar envíos de muebles y objetos de arte al resto del mundo.
Entre los objetos característicos de la isla se cuentan los muebles de rattan, pinturas naïf, móviles y artesanías en madera de color, manteles, vestidos y camisas de batik (pareos, $ 2), joyería en plata con detalles de oro (anillos, 5), barriletes con formas animales (3), bolsos y carteras de rattan (8).
Más precios
Un masaje balinés en la playa (de pies a cabeza durante 50 minutos 9) cuesta $ 8.
Uñas pintadas en la playa con motivos de florcitas o guardas, $ 5.
Una comida, $ 5.
Alquiler diario de un jeep, con seguro $ 28; sin seguro $ 18.
Paseos
(Todos los precios incluyen traslados desde el hotel)
- Tour de una tarde en Denpasar (museo, Art Centre y mercado local), $ 30.
- Tour de cuatro horas a los centros de fabricación artesanal de artículos de plata y oro (Ubud y Celuk), y fábrica de artesanías en madera (Batuan), $ 34. El mismo tour, más una hora de visita a Bedulu, el Centro del Elefante, $ 43.
- Arte y volcán se combinan en una salida de 8 horas, pasando por diferentes villas de artesanos, incluye el oro y la plata en Celuk, trabajos de madera en Mas, las pinturas de Ubud, almuerzo en Kintamani, con panorámica al humeante volcán Batur (todavía activo). Termina con visitas a templos del siglo XI, Pura Kehen y Bedulu, $ 62.
- En recorrida de cuatro horas se puede ver el viejo Templo Real de Mengwi y el Monkey Forest en Sangeh, y terminar con el atardecer sobre las arenas negras del santuario de Tanah Lot, construido sobre la roca viva, en el mar, $ 42.
- Danzas. Una visita de 3 horas a uno de los centros culturales más conocidos de baile, donde se podrá ver la interpretación teatral de sus danzas típicas: Monkey, Legong, Barong y Kris, $ 34.
- Para mayor información: la embajada de Indonesia en Buenos Aires deriva la atención al Centro de Información Oriente es así, San Martín 1009, 4º piso B. Horario de lunes a viernes, de 10.30 a 13 y de 14 a 17.30.