Para pescar, la mosca es la mejor aliada

Actualmente, el departamento de Malargüe cuenta con más de 500 kilómetros para la pesca deportiva y de recreación en ambientes naturales, un escenario privilegiado para esta actividad, estrechamente vinculada con el origen del hombre y su instinto de supervivencia. Todo empieza a orillas del río, y el primer paso consiste en detectar los insectos que recorren el hábitat y determinar cuál de los señuelos se va a utilizar. Por tratarse de una pesca artesanal, Morales los construye pacientemente con sus propias manos. Son piezas únicas, diseñadas con pelos, plumas y cualquier elemento que contribuya a la mejor caracterización del insecto.

"Hay que destacar que el pescador con mosca no mata. Es decir, practica la captura y luego la suelta con el menor daño posible para el pez. Por eso, hay que tomar recaudos para que sufra lo menos posible. Debe evitarse agotarlo y hay que tenerlo lo menos posible fuera del agua, sin apretarlo, golpearlo ni tocarle las agallas. Esto no es una pesca al azar. Cuando el pez toma el señuelo, lo reconoce y lo devuelve enseguida. Tenemos que estar muy atentos, porque en ese breve instante debe consumarse la captura", señala.

La acción del lanzamiento se llama castear , pero la técnica debe ajustarse al medio circundante. La standard se llama cast de levante y tendido. El roll cast se utiliza cuando hay una pared detrás, el cast belga es una suerte de revoleo con mucho swing y el doble hole, un lanzamiento donde se combinan las dos manos para arrojar la línea a mayor distancia. Igualmente, como afirma Morales, "no hace falta castear mucho tiempo, porque los peces están en el agua".

Entonces se elige un buen lugar donde arrojar la línea, en los recodos más profundos, donde el agua corre suavemente y las truchas se reúnen a descansar. Se utiliza un anzuelo sin rebaba para no lastimarlo mucho y un reel cuya única función es acumular la línea. "Esto no es una competencia. No hay que pescar a semejanza de nadie. Es un desafío personal con la naturaleza", concluye Hugo Morales.

La veda para la pesca de la trucha en el río Malargüe se extiende desde mayo hasta principios de octubre, y el resto del año sólo se requiere un permiso de pesca, que cuesta 15 pesos.

Zapatos de vadeo (calzado rígido con base antideslizante); medias de neoprene; wader de neoprene; chaleco de vadeo; lentes; gorro; caña de grafito para línea 6, fibra de vidrio o bambú; reel con backing (reserva); línea o cola de ratón; leader; tippet; moscas varias; un termómetro (la temperatura ideal para la trucha es de 14º a 17º).